Opinión

50 años del primer calendario de vacunaciones de España

En 1975 incluía cinco vacunas; el de 2025, cuenta con 18 y es el mejor, más completo y con mejores coberturas de toda Europa

Imagen de aquel primer calendario publicado en 1975
Imagen de aquel primer calendario publicado en 1975ARCHIVOLA RAZÓN

Este año se cumple medio siglo de la puesta en marcha del primer calendario de vacunaciones de España, que incluía desde el nacimiento hasta los 14 años. Los programas de vacunaciones sistemáticas tienen por objeto proteger a la población de un país o de un área geográfica determinada frente a las infecciones prevalentes, si para ello se dispone de vacunas que sean seguras, eficaces y eficientes. El calendario de vacunaciones es la secuencia cronológica de vacunas que se administran formando parte del programa de vacunaciones sistemáticas.

El primer calendario implantado en toda España en 1975 por la Dirección General de Sanidad (perteneciente entonces al Ministerio de la Gobernación) incluía cinco vacunas (antipoliomielítica oral, frente a la difteria, el tétanos y la tosferina en una vacuna combinada, y antivariólica). En 1977 se amplió el calendario con las vacunas frente al sarampión y la rubeola (esta solo para las niñas). A finales de 1979 se iniciaron las transferencias en materia de salud pública a las comunidades autónomas, lo que dio lugar a diferencias en la incorporación de vacunas, así como a distintas pautas y estrategias para las mismas vacunaciones en sus calendarios.

En 1995, el Ministerio de Sanidad, a través del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, aprobó su primer calendario (con ocho vacunas), que se publicó como Calendario de vacunaciones 1996. La propuesta de este calendario tuvo por finalidad unificar criterios y métodos de actuación en los diferentes programas de vacunación de las comunidades autónomas, y que las vacunas incluidas estuviesen en los 19 calendarios de las 17 comunidades y las dos ciudades autónomas. Este calendario es común, pero no único.

A partir de 2013 y hasta 2018, el calendario pasa a denominarse «Calendario común de vacunación infantil». En 2019 se publicó el primer calendario común de vacunación a lo largo de toda la vida, con la incorporación de tres franjas de edad en las personas mayores de 14 años. Este calendario integra, pues, la vacunación del lactante, del niño, del adolescente, del adulto y de las personas mayores.

En 2024, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud adoptó la denominación de "Calendario común de vacunaciones e inmunizaciones a lo largo de toda la vida", ya que en 2023 se había incorporado un anticuerpo monoclonal para la prevención de la infección por el virus respiratorio sincitial en el recién nacido y el lactante hasta los 6 meses de edad, en su forma más grave, que es la bronquiolitis. Este tipo de prevención no es una vacuna (o inmunización activa), sino una inmunización pasiva. Sin embargo, siendo fieles y agradecidos a la historia, el calendario no puede perder el término «vacunaciones» y por ello ahora se denomina muy acertadamente «de vacunaciones e inmunizaciones».

El calendario español de 2025, con sus 18 vacunas, es el mejor (más completo y con mejores coberturas) de Europa, y hay que señalar y destacar que Ceuta, Melilla y Cataluña tienen un calendario todavía superior, ya que protege frente a 19 enfermedades, al tener incorporada la vacuna de la hepatitis A. La Ponencia de Programa y Registro de Vacunaciones, creada en 1991, y sus grupos de trabajo han realizado una gran labor en la evaluación y la propuesta de los programas de vacunación y en el desarrollo del calendario de vacunaciones e inmunizaciones.

En un futuro próximo se irán incorporando nuevas vacunas en el calendario, tanto en la edad pediátrica (otros virus respiratorios) como en la embarazada (Streptococcus agalactiae, citomegalovirus) y en el adulto (virus respiratorio sincitial). Sin duda, será un éxito de la investigación, la vacunología y muchas otras especialidades médicas.

Hay que proseguir con las vacunaciones, que no son solo para los niños, porque el impacto que han tenido (salvando millones de vidas en los últimos 50 años) y tienen sobre la salud pública es enorme. Y debemos tener siempre presente que nosotros (o al menos algunos) podemos olvidarnos de las enfermedades, pero ellas no se olvidan de nosotros, y vuelven. Los brotes recientes de sarampión y tosferina así lo demuestran.

Vacunémonos siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias. La vacunación proporciona un beneficio directo para las personas que se vacunan y un beneficio indirecto para el resto de la población, de la cual una parte no puede recibirla por tenerla contraindicada. La vacunación es un acto solidario.

La vacunología debe poner énfasis en la globalidad de las vacunaciones, de tal manera que todos los niños y adultos del mundo puedan tener acceso a un calendario de máximos.