Salud mental
Crean un análisis de sangre para detectar pensamientos suicidas
Este importante desarrollo se da un contexto preocupante: el número de suicidios en España no para de crecer y ha aumentado un 128% en 40 años
¿Y si el riesgo de suicidio pudiera detectarse mediante un análisis de sangre? Una pregunta extraña, que puede dar lugar a un hallazgo importante en el terrible contexto en el que vivimos. Y es que los datos definitivos de mortalidad en España en 2022 han constatado que el año pasado fue el peor en relación al suicidio. Se contabilizaron 4.227 suicidios, la cifra más alta de la historia.
Además, este doloroso número avala una tendencia que no frena: los suicidios han aumentado un 5,6% respecto a 2021 y un 19,4% en los últimos cinco años. Si nos vamos a los últimos 40, la cifra parece increíble, pues han crecido un 128% en cuatro décadas.
No solo los suicidios aumentan; también lo hacen los trastornos que pueden conducir a ellos. En la actualidad, el 37% de las personas en España tienen algún problema de salud mental, incluidos depresión, ansiedad y problemas del sueño. Los principales síntomas de la depresión, suelen ser psicológicos, pero los científicos y los médicos han llegado a comprender que se trata de una enfermedad compleja que también presenta efectos físicos en todo el organismo.
A partir de esta hipótesis se están aumentando el conocimiento que tenemos de las enfermedades mentales y se están desarrollando nuevas formas de diagnosticarlas. De este modo, se persigue poder prevenirlas y tratarlas a tiempo, antes de que sea demasiado tarde.
En esta línea, un equipo de científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) han descubierto una manera de identificar a las personas con mayor riesgo de cometer suicidio, basándose únicamente en marcadores biológicos en su sangre.
Un hallazgo que podría ser "crucial" en los tiempos que corren, afirma Robert Naviaux, profesor del Departamento de Medicina, Pediatría y Patología de la Facultad de Medicina de mencionada universidad. Como en España, él recuerda que en Estados Unidos también se está viviendo un aumento de la incidencia del suicidio. Por tanto, este tipo de herramientas "podrían ayudarnos a estratificar a las personas en función de su riesgo de convertirse en suicidas" y "ayudarnos a salvar vidas".
Su equipo ha descubierto, tal y como publican en la revista Translational Psychiatry, que las personas con depresión e ideación suicida tienen compuestos detectables en la sangre que podrían ayudar a identificar a los individuos con mayor riesgo de cometer ese acto. También ha hallado diferencias entre hombres y mujeres en lo referente al modo en que la depresión afecta al metabolismo celular.
"Las enfermedades mentales como la depresión tienen impactos e impulsores mucho más allá del cerebro", explica Naviaux. "Hasta hace unos diez años, era difícil estudiar cómo la química de todo el cuerpo influye en nuestro comportamiento y estado de ánimo, pero las tecnologías modernas como la metabolómica nos están ayudando a escuchar las conversaciones de las células en su lengua materna, que es la bioquímica", dice.
Un test de sangre con una precisión del 90%
Aunque muchas personas con depresión experimentan mejoría con psicoterapia y medicación, la depresión de algunas personas es "resistente" al tratamiento, lo que significa que éste tiene poco o ningún efecto. La mayoría de los pacientes con depresión refractaria al tratamiento tienen pensamientos suicidas, y hasta un 30% lo intentará al menos una vez en su vida.
El análisis de sangre para detectar la depresión que han desarrollado no es infalible. Sin embargo, en una prueba de casi 200 participantes (la mitad de los cuales tenía un trastorno depresivo mayor e ideación suicida, y la otra mitad no), la precisión del diagnóstico fue de alrededor del 90%.
Ese impresionante resultado se logró utilizando sólo unos pocos marcadores. En concreto, cinco metabolitos en los análisis de sangre de las mujeres y cinco ligeramente diferentes en los hombres. En general, los individuos con trastorno depresivo mayor refractario al tratamiento mostraron deficiencias significativas en metabolitos sanguíneos como carnitina, CoQ10, ácido fólico, citrulina, vitamina D y luteína. Además, en personas con ideas suicidas, biomarcadores como el ácido láctico y el factor de crecimiento de fibroblastos 21 (FGF21) estaban elevados.
Esto no significa que ingerir "nutrientes" como la vitamina D vaya a curar una depresión. "Ninguno de estos metabolitos es una solución mágica que revierta completamente la depresión de una persona", se apresura a apuntar Naviaux. Lo que sus resultados dice es que "puede haber cosas que podamos hacer para empujar el metabolismo en la dirección correcta y ayudar a los pacientes a responder mejor al tratamiento". Y añade: "En el contexto del suicidio, podría evitar que las personas crucen ese umbral".
Lo que sugieren estos resultados, en sus palabras, es un nuevo enfoque para personalizar la medicina de la depresión. Pero, además, señala que la investigación podría ayudar a los científicos a descubrir nuevos fármacos dirigidos contra la disfunción mitocondrial, lo que podría tener amplias implicaciones para la salud humana en general.
Y es que algunos marcadores que presentaba la sangre de las personas con ideación suicida estaban relacionados con las mitocondrias. "Son una de las estructuras más importantes de nuestras células, y su alteración es la causa de numerosas enfermedades humanas", dice Naviaux. En este sentido, los investigadores plantean la teoría de que la función de comunicación entre células que propician las mitocondrias está "desregulada" en las personas con ideación suicida. "Nuestra hipótesis es que los intentos de suicidio pueden ser en realidad parte de un impulso fisiológico mayor para detener una respuesta de estrés que se ha vuelto insoportable a nivel celular", alade.
"Esto podría ser importante en términos de diagnóstico, pero también abre una conversación más amplia en el campo sobre lo que realmente está llevando a estos cambios metabólicos", ha detallado. Los marcadores sanguíneos que subyacen a la ideación suicida aún deben confirmarse en futuras investigaciones, pero los autores del estudio actual esperan que sus hallazgos algún día ayuden a salvar vidas.
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