Salud
Esto es lo que le pasa en tu estómago si bebes zumo de naranja todos los días
Descubre cuáles son sus beneficios y de qué manera puede afectar al organismo
El zumo de naranja es para muchos uno de los elementos fundamentales en el desayuno, convirtiéndose así en un imprescindible en los hoteles a nivel mundial. Quizás por eso sea tan difícil creer que es un hábito que, expertos en nutrición, recomiendan disminuir.
Esta bebida es rica en vitamina C, un potente antioxidante que juega un papel crucial en el fortalecimiento del sistema inmunológico, la reparación de tejidos y la absorción de hierro. Además, contiene potasio, que contribuye a la salud cardiovascular, y una variedad de otros micronutrientes, incluidas varias vitaminas del grupo B.
El momento más apropiado para tomarlo es durante la primera parte del día, especialmente en el desayuno o a media mañana. Esta recomendación se basa en el contenido rico en vitaminas, minerales y azúcares naturales del zumo de naranja, que pueden proporcionar un impulso de energía y mejorar la absorción de hierro de otros alimentos consumidos. Pero... ¿es verdaderamente beneficioso tomarlo?
¿Es bueno tomar zumo de naranja?
Aunque el zumo de naranja es rico en vitamina C y ofrece una serie de antioxidantes, suconsumo diario podría no ser tan beneficioso para nuestra salud, especialmente en lo que respecta a los niveles de glucosa en sangre.
El principal problema con el zumo de naranja radica en su alto contenido de azúcar y la ausencia de fibra. Durante el proceso de extracción, la fibra de la fruta se elimina, dejando atrás una bebida rica en azúcares naturales. Si bien estos azúcares son naturales, su impacto en el cuerpo puede ser similar al de los azúcares añadidos cuando se consumen en forma líquida.
"El efecto de beber un zumo que hemos exprimido en casa en comparación a comernos la naranja, tiene un impacto totalmente distinto en nuestro cuerpo" explica Alba Coll, nutricionista de Fundación Alicia. La fibra presente en las frutas enteras juega un papel crucial en la moderación de la absorción de azúcar en el torrente sanguíneo. Sin ella, el azúcar del zumo se absorbe rápidamente, lo que puede llevar a picos de glucosa en sangre. Estos se producen cuando los niveles de azúcar en sangre suben de una forma muy rápida en un corto periodo de tiempo y son especialmente preocupantes para personas con diabetes.
Además, su alto contenido en fructosa puede causarnos deshidratación, hinchazón y acidez, además de dificultar nuestro proceso digestivo y favorecer alergias, úlceras y gastritis.
Optar por la fruta entera en lugar de su zumo puede ofrecer beneficios significativos para la salud, ayudando a prevenir enfermedades a largo plazo y promoviendo un estilo de vida más equilibrado.
¿Zumo de naranja natural o de brick?
Los zumos de brick son para muchos una opción muy cómoda, fácil de transportar y de tomar, además de su gran variedad para elegir en todas las épocas del año..
Estos zumos están elaborados a base de concentrados de un zumo exprimido previamente que ha seguido un tratamiento de conservación y en muchos casos de deshidratación, y que luego se ha mezclado con agua para volver a obtener una bebida.
Este tipo de zumos suelen añadir conservantes, colorante y azúcares para obtener un sabor lo más parecido posible al zumo recién exprimido. Es cierto que esta es la forma de conseguir conservar el zumo por más tiempo, pero el aporte vitamínico que nos brinda es escaso, aunque no deja de tener un alto poder hidratante. Los podemos encontrar con pulpa o sin pulpa, pero según los expertos, esto no afecta a la cantidad de fibra, ya que suele ser mínima en los zumos envasados.
Sin embargo, a pesar de que su ingesta no sea del todo beneficiosa, el zumo natural extraído de la fruta se caracteriza por ser un producto natural que no lleva ningún conservante ni tratamiento térmico.
Azúcares buenos y azúcares malos
La palabra azúcar tiene dos acepciones. Desde el punto de vista nutricional, se refiere a los hidratos de carbono simples, es decir, de tan solo una o dos unidades (monosacárido/disacárido). Los más habituales son la glucosa, la fructosa, la lactosa, la maltosa y la sacarosa (sucrosa). Por otro lado está el azúcar de mesa, el que todos tenemos en casa y que solemos añadir al café o la leche.
Los azúcares libres son los que debemos evitar o, al menos, reducir al máximo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), "estos incluyen los monosacáridos y los disacáridos añadidos a los alimentos por los fabricantes, los cocineros o los consumidores, así como los azúcares presentes de forma natural en la miel, los jarabes, los jugos de fruta y los zumos". Por tanto, podríamos resumirlo en que todos los azúcares añadidos son libres.
Los azúcares naturales de las frutas, verduras, hortalizas frescas y leche no son considerados libres y, por lo tanto, son recomendados. Los del azúcar de mesa, la miel y los zumos, sí son azúcares libres y debemos evitarlos.
Todos los zumos son considerados azúcares libres, incluidos los exprimidos. Es cierto que, de tomar zumos, es preferible que sean exprimidos y sin filtrar. Pero igualmente cuentan como azúcares libres.
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