Salud

Un médico con cáncer de mama crea un "prometedor" algoritmo con IA para mejorar su pronóstico

Gregg utilizó datos de su propio tratamiento para crear un prototipo que mide con precisión los síntomas, detectados a partir de información vocal y conductual captada con un smartphone

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El Dr. Chris Gregg y su mujer, Denise GreggCedida por Chris Gregg

Los médicos le dieron la noticia en 2018: el doctor Christopher Gregg, miembro del Instituto Oncológico Huntsman de la Universidad de Utah, tenía cáncer de mama metastásico en estadio IV. El pronóstico era grave. El cáncer había hecho metástasis fuera de la mama hacia otras partes del cuerpo. A pesar del diagnóstico, el neurocientífico y profesor universitario de genética humana hizo lo que mejor sabía hacer: pensar en formas para mejorar su tratamiento.

Aunque el 99% de los diagnósticos se den en mujeres, el cáncer de mama también afecta a los hombres. En ellos, el pronóstico suele ser peor. La Sociedad Americana del Cáncer (ACS) calcula que en 2023 se diagnosticará cáncer de mama a unos 2.800 hombres en Estados Unidos y 530 morirán. A muchos se les diagnostica cuando la enfermedad ha progresado a estadios más avanzados porque es muy poco frecuente. La mayoría de los pacientes con cáncer metastásico reciben cuidados paliativos, que no intentan curar la enfermedad, sino aliviar los síntomas.

"Cuando me diagnosticaron, le pregunté a mi oncólogo del Huntsman Cancer Institute, si había algún tratamiento nuevo y emocionante que pudiera ser curativo", cuenta Gregg. "Me dijo que, tras una larga carrera en oncología, había visto muchas ideas y nuevos medicamentos que no resultaron ser curativos. Pensó que la solución pasaría por aprender a utilizar mejor los medicamentos que ya tenemos. Empecé a dirigir mi atención en esa dirección", relata.

Por lo general, a los pacientes metastásicos se les administra medicación y, si hay una buena respuesta, los médicos continúan administrándola con regularidad. "El principal problema del cáncer de mama metastásico es que evoluciona. Puede haber un tratamiento un día, y al siguiente la enfermedad se puede vuelve resistente a él", advierte Gregg. Cuando el cáncer desarrolla resistencia a una medicación, los médicos la cambian por otra.

Frente a ello, existe una terapia novedosa, llamada "terapia de extinción". En esencia, se basa en introducir la nueva medicación antes de que el cáncer desarrolle resistencia, atacando antes de que progrese. Gregg cree que este método se convertirá en una práctica habitual en el futuro que mejorará la atención del cáncer metastásico. Por ello, y para "salvar vidas", el profesor comenzó a desarrollar una herramienta con la que pretende ayudar a los oncólogos a decidir la vía de tratamiento adecuada en el momento preciso.

Trabajando sin descanso, el equipo de Gregg utilizó datos de su propio tratamiento del cáncer de mama para crear un prototipo. Finalmente, crearon un algoritmo que utiliza la inteligencia artificial para medir con precisión los síntomas del paciente detectados a partir de la información vocal y conductual captada a través del teléfono inteligente. Esto permitió medir con precisión cómo se encuentra un paciente durante sus tratamientos.

Un algoritmo que será utilizado en un ensayo clínico en pacientes con cáncer

A partir de sus síntomas, el algoritmo predice cambios en la sintomatología en el futuro. ¿El resultado? Que los oncólogos puedan ajustar los tratamientos para evitar la toxicidad de los fármacos y los efectos secundarios peligrosos, diseñando en última instancia el mejor plan para cada paciente. Con este ingenioso desarrollo, el equipo codirigido por Greg se alzó ganador del 11º taller anual de Oncología Matemática Integrada (IMO) del Moffitt Cancer Center. En este evento anual, destacados pensadores de todo el mundo desarrollan nuevas innovaciones en la atención oncológica.

Su herramienta pretende "darles la mejor oportunidad de eliminar el cáncer como la mejor calidad de vida" a los pacientes, dice Gregg. "Uno de los mayores retos del tratamiento del cáncer es que los fármacos son tóxicos, por lo que no sólo hay que tener en cuenta la respuesta de la enfermedad, sino también la cantidad de medicación que el cuerpo puede soportar durante un periodo de tiempo determinado".

Con una subvención de 50.000 dólares del taller de la OMI, Gregg y su equipo seguirán desarrollando la herramienta y la utilizarán en un ensayo clínico en Moffitt Cancer Center a partir de enero de 2024. "Mi equipo en el concurso de Moffitt Cancer Center incluía a 20 expertos diversos de todo el mundo. Matemáticos expertos, investigadores, desarrolladores de software y médicos trabajaron juntos para crear una solución para la atención del cáncer metastásico. Lo asombroso de este taller es que crea un entorno que fomenta la colaboración entre aquellos que normalmente pueden no trabajar juntos", cuenta.

Desde el diagnóstico de Gregg en 2018, él y su oncólogo han podido gestionar eficazmente la resistencia al tratamiento en su cuidado. Gregg y su equipo de atención continúan trabajando para prevenir el desarrollo de resistencia.

"Me va muy bien ahora mismo. He seguido innovando y proponiendo ideas para controlar la enfermedad", dice Gregg. "He dejado el tratamiento durante muchos meses seguidos y he conseguido mantener la enfermedad estable. Mi objetivo es convertir el cáncer de mama metastásico, que actualmente es una enfermedad letal, en una enfermedad crónica controlable que ofrezca a los pacientes una alta calidad de vida durante mucho tiempo".

Esta investigación ha contado con el apoyo de los Institutos Nacionales de la Salud y el Instituto Nacional del Cáncer, el Centro de Excelencia Moffitt para Terapia Evolutiva, Storyline Health Inc. y la Fundación Huntsman contra el Cáncer.