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Salud dental
Es probable que, aunque te laves los dientes a diario, la placa bacteriana fruto del residuo de comidas se acumule en tus dientes hasta endurecerse y formar el conocido sarro. La razón por la que ocurre este hecho encuentra su origen en varias vertientes, tanto factores externos como genéticos. La salud general y el estilo de vida que lleve cada uno también pueden influir en la aparición de dicha sustancia. Es por eso importante destacar la concienciación de los actos que rigen este suceso para tratar de revertir la situación.
En algunos casos, los malos hábitos son los principales causantes de todo. Dentro de este asunto, lo fundamental reside en conocer de primera mano los riesgos que pueden llegar a acarrear el descuido de este sedimento. En primer lugar, algunos síntomas leves como halitosis o el mal aliento dependen del componente genético, ya que, en cuestión de este se mide su propagación. Asimismo, cabe destacar algunas enfermedades que causan inflamación sobre la encía como la gingivitis, si no se cuida con el debido tiempo puede llegar a provocar sangrados.
El sarro puede llegar a provocar patologías verdaderamente graves. Una de ellas recibe el nombre de periodontitis, esta se concibe como una evolución de la antes mencionada. A diferencia de la primera, esta si que puede llegar a ocasionar una inserción periodontal y, de manera consecuente, la pérdida de hueso. Mientras que la gingivitis puede llegar a ser curada con un tratamiento básico periodontal, esta requiere unos cuidados más exhaustivos, puesto que, interviene en la estructura ósea.
El principal motivo de que el cepillado no haga su función correcta, o al menos no en todos los dientes. Solemos lavarnos los dientes casi de forma inconsciente a veces replicando los mismos movimientos y abarcando las mismas zonas, lo cual puede llegar a suponer el descuido de algunas áreas donde se acumula gran cantidad de comida. La parte no visible en el espejo es un nido de sarro, por lo que, hay que hacer especial Hincapié siempre que nos lavemos los dientes.
Además otros factores externos, como el tabaco o una alimentación poco saludable, pueden llegar a promover dicha acumulación. Los malos hábitos de los que hablábamos con anterioridad. También es relevante resaltar el uso insuficiente del hilo dental ya que a veces prescindimos de su empleo sin llegar a comprender que hay partes a las que los pelos del cepillo no llegan. No hay que descuidar este apartado.
La plaza bacteriana puede ser eliminada de diversas formas, pero, una vez que se endurece, el sarro presenta más dificultades en su erradicación:
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