Covid-19

El Gobierno dejó fuera de la bajada del IVA a las mascarillas FFP2 que varios países europeos quieren hacer obligatorias

Sólo las quirúrgicas desechables pasaron del 21 al 4% mientras que las que más protegen contra el coronavirus mantienen el impuesto más elevado

El Gobierno rebajó el año pasado el IVA de las mascarillas del 21 al 4%, pero dejó fuera las higiénicas y las FFP2, que son precisamente las que varios países como Alemania o Austria han impuesto sobre el resto, y sólo lo aplica a las quirúrgicas de venta en farmacias. Así figuraba, al menos, en el real decreto 34/2020 de medidas urgentes de apoyo a la solvencia empresarial y al sector energético, y en materia tributaria, que se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE). El artículo 7 de la norma, dedicado de forma íntegra a las entregas, importaciones y adquisiciones intracomunitarias de mascarillas, limita además la bajada en el tiempo, ya que sólo estará vigente hasta diciembre de 2021.

El primer país europeo en instaurar el uso obligatorio de la mascarilla FFP2 en supermercados y en transporte público fue Austria, una medida de las más restrictivas que se suman a la ampliación del confinamiento desde el pasado 26 de diciembre, junto a otras medidas como la implantación del teletrabajo o el aumento de las distancias de seguridad desde los dos metros a los 1,5 metros.

En Alemania, también la canciller Angela Merkel ha acordado el uso obligatorio de las mascarillas profesionales en los desplazamientos en transporte público y en los comercios, aunque esta puede ser quirúrgica o FFP2. Incluso en Francia, su máximo órgano asesor en materia de sanidad, el Alto Consejo de Salud Público, ha recomendado evitar las mascarillas de tela sin homologación y que se apueste por la protección profesional.

De este modo, las mascarillas de tela quedan ahora descartadas por su baja protección ante cepas tan peligrosas como la descubierta en Reino Unido o la sudafricana, que han probado ser mucho más contagiosas y están poniendo en jaque a muchos países europeos. Estas son las mascarillas profesionales que Europa quiere obligar a usar por la variante inglesa del coronavirus.

El precio final de las mascarillas quirúrgicas queda en 62 céntimos: hasta 42 más caras que su valor real de mercado

El texto apuntaba que “se aplicará el tipo del 4% del impuesto sobre el valor añadido a las entregas, importaciones y adquisiciones intracomunitarias de las mascarillas quirúrgicas desechables referidas en el acuerdo de la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos, de 12 de noviembre de 2020, por el que se revisan los importes máximos de venta al público, en aplicación de lo previsto en el artículo 94.3 del texto refundido de la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios”. La decisión de limitar la rebaja a este tipo de protectores bucosanasales frente a la Covid-19 no es baladí. Aunque mucho más baratas, las mascarillas higiénicas son las más utilizadas por la población con menos poder adquisitivo, que seguirá abonando un 21% en concepto de IVA. La organización de consumidores Facua ha subrayado que es “lamentable” que la rebaja no las afecte, igual que a las FFP2. Según señala en un comunicado, “la ministra de Hacienda aseguró el pasado miércoles 11 de noviembre en el Congreso de los Diputados que se produciría dicha bajada en las mascarillas, sin indicar que se limitaría a las quirúrgicas”.

“La decisión de no incluir a las mascarillas higiénicas y FFP2 en esta bajada del IVA perjudica a los usuarios que utilicen estos tipos de mascarilla, cuyo uso se ha generalizado junto a las quirúrgicas como forma de protección frente a la Covid-19”. Facua ya denunció que la bajada del precio máximo de las quirúrgicas a 72 céntimos era “un auténtico despropósito, ya que está por encima de la inmensa mayoría de precios del mercado. A finales de 2019, podían encontrarse mascarillas quirúrgicas por cinco céntimos”.

Llama la atención que el propio Ministerio de Sanidad explica que el uso precisamente de las FFP2 «reduce la emisión de aerosoles generados al respirar, hablar, gritar, toser y estornudar». «Dado que la eficacia de la mascarilla viene determinada por el tamaño de la partícula a filtrar, y no por el virus concreto que contenga, el uso de mascarilla será eficaz para reducir la emisión de SARS-CoV-2. Además, el uso de mascarilla reduce la exposición al virus al filtrar el aire inhalado a través de ella».

En este contexto, añade, «el tipo de mascarilla y el ajuste adquieren especial relevancia en el caso de la exposición». Para subrayar la relevancia de estos protectores Sanidad recopila información de experiencias internacionales que certifican una reducción significativa del riesgo asociada a su uso. En este punto, se detiene en los tipos de mascarillas existentes y detecta, según esas experiencias, «una mayor reducción» de ese riesgo de Covid-19, SARS y MERS «asociada al uso de FFP2 (N95), comparada con mascarilla quirúrgica o higiénica (reutilizable de algodón de 12-16 capas)».

«En otro estudio experimental realizado con maniquíes y nebulizadores con SARS-CoV-2 se constató la efectividad del uso de mascarilla, siendo más eficaz el uso por parte del emisor y el receptor (comparado con el uso unilateral). La reducción de la transmisión con una distancia interpersonal de 50 cm no alcanzó el 100% con ningún tipo y oscilaría entre el 70% con el uso de mascarilla higiénica, el 80% con quirúrgica y el 90-95% con la FPP2, incluso con especificaciones de mejor ajuste».