Análisis

El miedo es libre y la vacuna de AstraZeneca es segura y eficaz

Una enfermera cierra la puerta de entrada a la zona de vacunación en el Hospital Provincial de Ávila después de la suspensión provisional de la vacunación frente a la COVID-19 con la vacuna de AstraZeneca en Castilla y León
Una enfermera cierra la puerta de entrada a la zona de vacunación en el Hospital Provincial de Ávila después de la suspensión provisional de la vacunación frente a la COVID-19 con la vacuna de AstraZeneca en Castilla y LeónRAÚL SANCHIDRIÁNAgencia EFE

El nuevo informe de la Agencia Europea del Medicamento emitido ayer por la tarde sigue recomendando utilizar la vacuna de Oxford-AstraZeneca porque es «segura y eficaz»; si bien admite que el riesgo de trombosis debe figurar en su prospecto como «efecto secundario muy raro y excepcional». Su directora, Emer Cooke, insiste en que «los beneficios superan claramente estos posibles efectos adversos».

Una vez más conviene recordar que «el riesgo cero no existe» en medicina y la vacunación y por supuesto que tampoco al utilizar cualquier medicamento de uso habitual como el parecetamol o el ibuprofeno. La utilización de anticonceptivos también puede desarrollar algunos casos detrombosis, dato que figura en el prospecto de estos fármacos y sin embargo se utilizan desde hace 50 años por una sencilla razón: los beneficios superan los riesgos.

Por supuesto que el miedo es libre, pero también es cierto que se incrementa entre la población general con las declaraciones que este mismo martes hacía el responsable de vacunación de Agencia Europea del Medicamento, quien desmarcándose de la línea de rigor de la institución, aseguró en una entrevista que existe una vinculación clara y directa entre la vacuna y los extraños casos de trombosis. Una aseveración muy diferente de las conclusiones a las que han llegado todos los expertos de la Agencia a la que él mismo pertenece como digo.

Por otra parte, ayer mismo se reunió el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud para entre otras cosas, tomar una decisión consensuada en relación a la utilización de esta vacuna, que posiblemente se administrará a las personas de entre 60 y 65 años como adelantaba la propia Ministra de Sanidad Carolina Darias.

Esperemos que, tras esta reunión, la Junta de Castilla y León retome el norte en la brújula de la vacunación, porque la decisión que tomaron ayer de suspender la administración de esta vacuna, por otra parte desautorizada por la propia Ministra de Sanidad, además de no tener ningún rigor científico, sin duda que ha contribuido a aumentar el miedo y a disminuir aún más la poca credibilidad de nuestros políticos y autoridades sanitarias, que desde luego en muchas ocasiones se han ganado a pulso.

No es de recibo que una comunidad autónoma tome un camino diferente al establecido en el «plan estatal y estratégico de vacunación», sobre todo porque entre todos debemos hacer frente a la Pandemia, que es un problema de Salud Pública que nos afecta a todos los ciudadanos.

De todos modos es fundamental informar a la población que si tras la administración de estas vacunas desarrollaran alguno de estos síntomas deben acudir a su centro de salud: dificultad para respirar, dolor de pecho, hinchazón en una pierna, sobre todo en la zona de la pantorrilla, dolor en el vientre y dolores fuertes de cabeza o visión borrosa. Y mientras tanto, los contagios siguen subiendo día a día, llegando a una incidencia acumulada de 167 casos por 100.000 habitantes y a tener que lamentar la muerte de 126 personas, además de tener un índice de ocupación de las camas de Unidades de cuidados intensivos que supera en algunas comunidades autónomas el 38%.

En definitiva, la única «vacuna peligrosa» es la que no se administra; el posible riesgo de esta vacuna es ínfimamente menor que el riesgo de padecer una trombosis y fallecer durante el desarrollo de la covid.