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Enigma

Qué es el “síndrome de La Habana” que padecen los diplomáticos estadounidenses

El Departamento de Estado denunció que los problemas de salud se debían a un ataque con un arma sónica desconocida que había sido desplegada para atacar a los funcionarios

Un grupo de personas sostiene una pancarta y agita banderas frente a la embajada de Estados Unidos en La Habana (Cuba). Lunes 20 de julio del 2015.
Un grupo de personas sostiene una pancarta y agita banderas frente a la embajada de Estados Unidos en La Habana (Cuba). Lunes 20 de julio del 2015.larazon

Los primeros reportes surgieron en La Habana en el año 2016 (de ahí su nombre). Docenas de diplomáticos estadounidenses (y sus familias) informaron que estaban sufriendo extraños síntomas físicos, como somnolencia, mareos, problemas visuales, vértigo, fatiga, dolores de cabeza y problemas cognitivos. Incluso se han llegado a reportar casos de pérdida permanente de la audición relacionados con el “síndrome de La Habana”.

Algunos de los damnificados aseguraron haber escuchado un sonido extraño antes de enfermar. Hablaban de una sensación parecida a la de conducir con la ventanilla bajada, solo que en este caso, los afectados percibieron que estas sensaciones provenían de una dirección específica.

Un coche pasa frente a embajada de Estados Unidos en Cuba.
Un coche pasa frente a embajada de Estados Unidos en Cuba.larazon

El primero en experimentar los síntomas fue un agente de la CIA, que había sido enviado a La Habana junto a otros funcionarios estadounidenses, tras la reapertura de lasrelaciones bilaterales entre Cuba y Estados Unidosen el año 2015.

Pero después de aquel “paciente cero″, otros trabajadores de la Embajada empezaron a percibir síntomas similares. De hecho, algunas de las dolencias fueron tan graves, que se vieron obligados a cancelar sus misiones antes de tiempo y regresar a Estados Unidos.

Los médicos de la Universidad de Miami y de la Universidad de Pensilvania que trataron por primera vez a los diplomáticos, encontraron evidencias de lesiones cerebrales y daños en el sistema vestibular del oído interno de los afectados.

Symptoms associated with Havana syndrome, which has afflicted Americans serving at diplomatic posts in several countries. (AP Graphic)
Symptoms associated with Havana syndrome, which has afflicted Americans serving at diplomatic posts in several countries. (AP Graphic)Kevin S. VineysAP

Desde entonces, más de 200 diplomáticos, agentes de la CIA y funcionarios de Seguridad Nacional, destinados en países tan dispares como China, Australia, Uzbekistán, Alemania, Vietnam o Colombia (incluso en el interior de Estados Unidos), han reportado padecer síntomas similares a los del “síndrome de La Habana”.

¿Un complot comunista?

El Departamento de Estado no tardó mucho en culpar al gobierno cubano de los problemas de salud que sufrían sus funcionarios. De acuerdo con sus investigaciones, este trastorno se debía a un ataque perpetrado con un arma sónica desconocida que operaba fuera del rango del sonido audible.

El senador republicano Marco Rubio, afirmó entonces:

“El daño personal a los funcionarios estadounidenses muestra hasta dónde llegará el régimen de Castro y claramente viola las normas internacionales“.

Como respuesta al presunto ataque, Estados Unidos deportó a dos funcionarios de la Embajada cubana en Washington DC y retiraron al personal no esencial de la delegación en Cuba. Limitando así la exposición de sus emisarios al artefacto.

A pesar de las acusaciones, el gobierno castrista negó en rotundo haber participado en cualquier fechoría de este tipo contra los diplomáticos, e inició sus propias investigaciones sobre lo sucedido, cogiendo muestras y entrevistando a los vecinos de los funcionarios. Aunque no encontraron ninguna anomalía.

En octubre de 2017, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó en unas declaraciones que creía que el gobierno de Cuba era el responsable de los supuestos ataques que provocaron el síndrome de la Habana. Fotografía tomada el 23 de septiembre de 2020. EFE/EPA/Yuri Gripas
En octubre de 2017, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó en unas declaraciones que creía que el gobierno de Cuba era el responsable de los supuestos ataques que provocaron el síndrome de la Habana. Fotografía tomada el 23 de septiembre de 2020. EFE/EPA/Yuri GripasYuri Gripas / POOLEFE

¿La propia observación cambia la naturaleza de lo observado?

Para muchos, la teoría de que “el síndrome de La Habana” es fruto de un ataque con un arma futurística es demasiado descabellada... y se inclinan por una opción más aburrida y menos sofisticada: es una enfermedad sicógena masiva. Es decir, una condición por la cual las personas de un grupo se sienten enfermas porque piensan que han estado expuestas a algo peligroso, aunque no haya habido una exposición real.

Esta es la teoría que defendió el doctor Robert Bartholomew en un artículo de la revista “Psychology Today”: “al advertir a los diplomáticos de que estuviesen atentos a la aparición de posibles síntomas anómalos, el gobierno de Estados Unidos ha creado un experimento global, mediante el cual, las expectativas negativas producen efectos negativos”.

O dicho de otra forma: que la propia alerta generada por las instituciones estadounidenses fue lo que provocó la aparición de nuevos afectados.

Fotografía tomada el pasado 5 de noviembre de 2021. El secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, se refiere al síndrome de La Habana, después de que funcionarios estadounidenses reportasen síntomas anómalos en la Sala Benjamin Franklin.Andrew Caballero-Reynolds / REUTERS
Fotografía tomada el pasado 5 de noviembre de 2021. El secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, se refiere al síndrome de La Habana, después de que funcionarios estadounidenses reportasen síntomas anómalos en la Sala Benjamin Franklin.Andrew Caballero-Reynolds / REUTERSPOOLREUTERS

Para el doctor Bartholomew, el hecho de que se le haya dicho a casi tres millones de personas que estén alerta por si surgen síntomas extraños, ha provocado que una pequeña parte de este grupo asocie multitud de trastornos físisocos (que pueden deberse a multitud de factores) a este “síndrome de La Habana”.

Según explica el experto, algunos de estos síntomas físicos pueden tener un origen psicosomático. Esto no significa que no sean reales, sino que se originan a raíz de fuertes cargas psicológicas. Y una de las causas que podría explicar estas dolencias, es el estrés que puede provocar sentirse objetivo de ataques sónicos producidos por un arma secreta.