Alimentación

¿Cómo de malo es el glutamato para nuestra salud?

Algunas empresas utilizan frases como “libre de glutamato monosódico” para convencer a sus potenciales compradores; pero en realidad, no están ganando nada eliminándolo. De hecho, es posible que lo estén perdiendo

Desde mediados del siglo XX, se ha popularizado la idea de que el glutamato tiene efectos perniciosos para nuestra salud; pero ningún estudio ha sido capaz de comprobarlo
Desde mediados del siglo XX, se ha popularizado la idea de que el glutamato tiene efectos perniciosos para nuestra salud; pero ningún estudio ha sido capaz de comprobarlolarazon

A menudo nos encontramos con prejuicios hacia ciertos alimentos que, por un motivo o por otro, han sido víctimas de la antipatía del imaginario colectivo... aunque no hayan hecho nada para merecerlo. Este es el caso del glutamato... pero también de otros productos como los huevos, la pizza, la leche entera o las verduras congeladas.

Esta mala fama ha provocado que las empresas de comida (supuestamente) sana utilicen frases como “libre de glutamato monosódico” para convencer a sus potenciales compradores. Pero la realidad, es que el producto no está ganando nada eliminando el glutamato... de hecho, es posible que lo esté perdiendo.

El MSG o glutamato monosódico fue patentado en el año 1908 por el químico japonés Kikunae Ikeda. El producto es sal sódica del ácido glutámico, un aminoácido que se suele encontrar en carnes curadas, tomates, algas o el queso parmesano. En realidad, el glutamato monosódico no tiene sabor por sí mismo, pero al añadirlo a otros alimentos como aditivo, potencia todos los demás sabores, es lo que se conoce como “umami” (”delicioso” en japonés)... e incluso puede corregir otros, como el del sabor metálico de las latas.

El glutamato monosódico comercial se obtiene de la fermentación del azúcar de caña o remolacha
El glutamato monosódico comercial se obtiene de la fermentación del azúcar de caña o remolachalarazon

Es muy común encontrarlo en productos como caldos y sopas envasados, en congelados... y en la comida china. Hoy en día, el glutamato monosódico comercial se obtiene de la fermentación del azúcar de caña o remolacha, en un proceso similar al del yogur, el vino o la cerveza, y solemos encontrarlo con el nombre E621, en algunos etiquetados.

¡Espera, no te alarmes! Todos los aditivos tienen nombres parecidos, y eso no significa que sean necesariamente malos. Por ejemplo, el nombre de la vitamina C es el E300; y el de la cúrcuma, el E100.

El “síndrome del restaurante chino”

Desde mediados del siglo XX, se ha popularizado la idea de que el glutamato tiene efectos perniciosos para nuestra salud, como náuseas, enrojecimiento, sudoración, dolores de cabeza o en el pecho, (...). Pero ya ha pasado mucho tiempo desde que el glutamato está en nuestras vidas, y aún así, ningún estudio ha conseguido encontrar ninguna conexión entre el aditivo y los efectos negativos que supuestamente causa su ingesta moderada.

De hecho, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU encargó una investigación específica sobre este asunto, y después de ellos, la Organización Mundial de la Salud hizo lo propio... y luego la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. En ninguna de las investigaciones que llevaron a cabo se encontró nada.

El glutamato monosódico es muy común encontrarlo en productos como caldos y sopas envasados
El glutamato monosódico es muy común encontrarlo en productos como caldos y sopas envasadoslarazon

En el año 2017, el organismo europeo puso unos límites para lo que consideró una “ingesta diaria aceptable”: 30 mg de MSG por Kilogramo de peso corporal. Es decir, que es perfectamente seguro y no supone ningún riesgo para la salud cuando la ingesta está dentro de los límites habituales.

Sí que es cierto que existe una dosis letal, pero habría que tomar mil veces la cantidad que puede consumirse en un día. También es importante apuntar que estos análisis se realizaron sobre el mismo glutamato monosódico, no sobre alimentos procesadosque contienen glutamato... pero también otros muchos aditivos que sí que es mejor evitar o controlar su ingesta.

Siempre es aconsejable para el cuidado de la salud escoger alimentos y preparaciones frescas, y reducir la presencia de productos procesados industrialmente en nuestra dieta.