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¿Peligra el carnet de conducir de la tercera edad?

El director de la DGT contempla la revisión de los requisitos que tendrán que superar los ciudadanos de la tercera edad para poder conducir

La estrategia de Seguridad Vial 2021-2030, presentada ayer en el Congreso de los Diputados por el director de la Dirección General de Tráfico, Pere Navarro, contempla la revisión y actualización de los requisitos que tendrán que superar los ciudadanos de la tercera edad para poder conducir por las carreteras de nuestro país.

En España no existe un limite legal en la edad para conducir (por lo alto). La ley establece que lo que capacita para circular no es la edad, sino la aptitud física y mental para hacerlo.

Por ese motivo, los conductores de más de 65 años deben renovar su permiso de conducir cada 5 años, demostrando que tienen las facultades necesarias para no poner en peligro al resto de ciudadanos. Para demostrarlo, la normativa vigente establece que el conductor de la tercera edad deberá superar las pruebas de los Centros de Reconocimiento de Conductores o CRC.

Imagen proporcionada por DGT
Imagen proporcionada por DGTLa Razón

Estos baremos son los mismos que aplican para todos los conductores. Es decir, el informe médico favorable de un especialista, un análisis psicotécnico, un estudio de audición y de capacidad visual, una anamnesis y un estudio del estado general.

Según explica Antonio Lucas, director de seguridad vial de RACE, son muy pocos los conductores de la tercera edad que no pueden superar estas pruebas... en torno al 1% de los mayores de 65 y el 2% después de los 86 años. Aunque sí que es posible que se les impongan ciertas restricciones si el médico especialista del CRC lo considera oportuno.

Las restricciones más típicas son la de expedir un carnet de conducir cuya vigencia se limite por debajo de los 5 años, no sobrepasar ciertos límites de velocidad o una restricción de la distancia hasta la que puede alejarse de su lugar de residencia.

Navarro -por su parte- considera estas medidas demasiado laxas, porque permiten que una persona de 90 años pueda coger el coche sin que se hayan examinado sus capacidades en mucho tiempo.

Mayores, pero no peligrosos

Es evidente que el paso del tiempo tiene efectos devastadores en nuestras facultades, pero eso no es necesariamente un factor determinante en nuestra tendencia a sufrir accidentes.

De acuerdo con lo expresado por la propia DGT, este colectivo no representa un peligro mayor para el resto de ciudadanos que otros conductores: “en 2019, los mayores de 65 años representaban un 16% del censo de conductores, y estuvieron implicados en el 9% de los accidentes en vías interurbanas y en el 7% en vías urbanas”.

Infografía de los accidentes provocados por mayores de 65 años, con los datos de 2018. Imagen proporcionada pro DGT
Infografía de los accidentes provocados por mayores de 65 años, con los datos de 2018. Imagen proporcionada pro DGTLa Razón

En general, las personas mayores son conscientes de sus capacidades, y actúan en consecuencia; evitando coger el coche con poca luz o con condiciones climáticas adversas, también se cuidan de aventurarse demasiado por trayectos con los que no están familiarizados.

Marta Posa, gerente del CRC Certimedic, explica en el diario La Vanguardia, que “como en todos los colectivos hay de todo; están los que son conscientes de sus limitaciones y nos dicen que no suelen conducir porque les da miedo, pero que lo quieren por un tema sentimental y otras personas que no aceptan el paso de los años y se ofenden cuando les comunicamos algunas restricciones. En general, si se determinan bien las restricciones y los conductores hacen caso, no deberían ser más peligrosos que otros colectivos”.

¿Es el momento de dejarlo?

La Dirección General de Tráfico recoge en su página web algunas señales que todos los conductores de la tercera edad, deberían tener en cuenta porque servirán como advertencia de que, quizás, ha llegado el momento de dejar de coger el coche.

  • Quién va en el asiento del copiloto está rígido, asustado, corrige errores de conducción o expresa claramente su temor.
  • El propio conductor empieza a notar cierta inseguridad.
  • Sufre con cierta frecuencia pequeños accidentes, rozaduras y choques.
  • Otros conductores se quejan y le pitan.
  • Tiene más despistes y equivocaciones en las rutas habituales.
  • Los desplazamientos conocidos le llevan más tiempo del acostumbrado.
  • Cree que hay más sobresaltos que antes, más gente que actúa mal a su alrededor, motoristas, ciclistas y peatones que “surgen de la nada”.
  • Los amigos y la familia expresan sus dudas para que siga conduciendo.