Ciencia

El hongo “zombie” que se alimenta de animales y que puede ayudar a curar el cáncer

Un equipo de investigadores de Corea y Egipto han logrado reproducirlo en laboratorio. Producirlo a gran escala sería un gran avance, debido a sus propiedades terapéuticas contra varios tipos de tumores

El hongo cordyceps es eficaz en el tratamiento contra varios tipos de cáncer
El hongo cordyceps es eficaz en el tratamiento contra varios tipos de cáncerEric Steinert

Un equipo internacional de investigadores de la Universidad Nacional de Chungbuk y la Universidad de Corea y la Universidad de Minia en Egipto han hecho un descubrimiento que puede suponer un gran avance en la lucha contra el cáncer. Los científicos ha logrado cultivar por primera vez en un laboratorio un hongo que cura el cáncer. El hongo cuestión es el cordyceps, que en trabajos anteriores lograron demostrar que mata a los insectos, se apodera de sus cuerpos y los utiliza para desarrollarse y multiplicarse.

Este extraño tiene propiedades para luchar contra las células cancerígenas, pero debido a su rareza y sus dificultades para cultivarlo en un laboratorio, nunca se ha logrado producir en grandes cantidades como para poder probarlo en pacientes

Con este descubrimiento, los científicos podrán producir cordicepina de manera más efectiva y económica para su uso como tratamiento contra el cáncer.

Los cordyceps infectan y matan insectos. Los restos del insecto y los hongos generalmente se recolectan a mano, se secan y se usan en la medicina tradicional china para tratar enfermedades inflamatorias y fatiga, entre otros problemas de salud. Cuando infecta a un huésped, invade y eventualmente reemplaza su l tejido. Este hongo se ha popularizado por crear hormigas “zombies” al infectar y crecer a través del cuerpo del insecto, penetrando sus células musculares.

A medida que la infección se propaga, las hormigas “zombies” se ven obligadas a abandonar sus nidos para buscar un lugar más húmedo. Cuando lo encuentran, trepan por el tallo de una planta y sujetan sus mandíbulas a la parte inferior de una hoja y esperan la muerte. Varios días después de que la hormiga muera, el hongo convierte el cuerpo de la hormiga en una plataforma de lanzamiento desde la cual puede propagarse.

La familia de este hongo la forman más de 600 especies, algunas de las cuales tienen propiedades para combatir el cáncer. El Cordyceps ha demostrado que puede estimular la apoptosis, o muerte de las células cancerosas, incluidas las de cáncer de ovario, próstata, colorrectal, leucemia y de vejiga.

El tratamiento de varias células cancerosas con cordycepin, un componente bioactivo principal en cordyceps, induce efectivamente la muerte celular y ralentiza las propiedades cancerosas de las células de carcinoma.

Otros estudios sobre el hongo cordyceps y su uso contra el cáncer

Un estudio de 2017 sobre el uso de cordyceps para tratar el cáncer de vejiga descubrió que el hongo inducía la muerte de las células del carcinoma al activar los receptores de adenosina A3, o proteínas de la membrana celular que se sobreexpresaron en una gran cantidad de tipos de cáncer.

En un estudio de 2005 liderado por médicos coreanos sobre la influencia del hongo en la leucemia descubrió que las células cancerosas tratadas con extracto de cordyceps inhibían el crecimiento de las células, lo que ralentizaba la propagación.

Mientras tanto, otro estudio posterior, señaló en 2013 el poder de cordyceps militaris para bloquear el crecimiento de células de carcinoma de próstata. “La cordicepina es uno de los análogos de nucleósidos citotóxicos con actividades terapéuticas complementarias en la antiproliferación y la antimetástasis en las células cancerosas”, según explicó Mi Kyeong Lee, autor principal del último estudio.

Cordyceps son algunos de los ingredientes más utilizados en la medicina tradicional china para el tratamiento de enfermedades inflamatorias y cánceres. Pero no ha sido hasta hace relativamente poco (unos 20 años) cuando la comunidad científica occidental decidió investigar las propiedades de esta familia de hongos.

En un primer momento se intentó cultivarlo en laboratorio en granos de arroz integrales pero el nivel de codicepina era muy bajo, probablemente, por el escaso contenido de proteínas, por lo que comenzaron a trabajar con insectos como grillos, gusanos de seda, gusanos de la harina (tenebrios), saltamontes, larvas de escarabajos de flores con manchas blancas y escarabajos rinocerontes japoneses.

Los cordyceps crecieron más en los gusanos de harina y pupas de gusanos de seda y menos en larvas de chafer y saltamontes. Pero los hongos más grandes no produjeron necesariamente las concentraciones más altas de cordicepina. Los cordyceps cultivados en los escarabajos rinocerontes japoneses produjeron los niveles más altos de cordicepina, 34 veces más que los niveles producidos en las pupas de gusanos de seda, que fueron los de peor resultado. “Los cordyceps cultivados en insectos comestibles contenían aproximadamente 100 veces más cordicepina en comparación con los cordyceps del arroz integral”, indicó Lee.