COP27

El secretario de la ONU: «Nos acercamos al infierno climático»

El máximo responsable del organismo advirtió ayer de la gravedad de la situación en la Cumbre del Clima

La COP27, que se celebra desde el domingo y hasta el próximo día 18 en la ciudad egipcia de Sharm el-Sheikh, contó ayer con la ponencia de uno de los personajes más relevantes. El secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió ayer de que la humanidad se encuentra en «una carretera al infierno climático con el pie todavía en el acelerador», por lo que tiene que «cooperar o perecer» para evitar los peores efectos del calentamiento climático.

Guterres indicó que la «en solo unos días» la humanidad llegará a 8.000 millones de personas, pero las emisiones de gases de efecto invernadero siguen creciendo, las temperaturas globales aumentan y el planeta «se acerca rápidamente a puntos de inflexión que harán que el caos climático sea irreversible», según recogió Servimedia.

«El tiempo corre. Estamos en la lucha de nuestras vidas. Y estamos perdiendo», indicó, antes de añadir: «Estamos en una carretera al infierno climático con el pie todavía en el acelerador. La guerra en Ucrania y otros conflictos han causado tanto derramamiento de sangre y violencia, y han tenido impactos dramáticos en todo el mundo, pero no podemos aceptar que nuestra atención no esté centrada en el cambio climático».

Guterres señaló que el cambio climático se sitúa en «una línea de tiempo diferente y en una escala diferente». «Es el tema definitorio de nuestra era. Es el desafío central de nuestro siglo. Es inaceptable, escandaloso y contraproducente dejarlo en un segundo plano. De hecho, muchos de los conflictos actuales están relacionados con el creciente caos climático. La guerra en Ucrania ha expuesto los profundos riesgos de nuestra adicción a los combustibles fósiles», dijo. Para el mandatario, «la actividad humana es la causa del problema climático», así que «debe ser la solución» porque «la ciencia es clara: cualquier esperanza de limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados significa lograr cero emisiones globales para 2050».

«Nos estamos acercando peligrosamente al punto de no retorno. Y para evitar ese terrible destino, todos los países del G20 deben acelerar su transición ahora, en esta década. Los países desarrollados deben tomar la iniciativa, pero las economías emergentes también son fundamentales para doblar la curva de emisiones globales», sentenció, en referencia al tema crucial de esta cumbre: definir la forma en la que los países más contaminantes históricamente financiarán la transición de combustibles fósiles a energías renovables de los países que más han sufrido las consecuencias del calentamiento global y a pesar de que han sido los que menos emisiones han producido.

En esta línea, Guterres llamó a «un Pacto de Solidaridad Climática» entre países ricos y emergentes con el que todos se esfuercen esta década en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en línea con el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento del planeta a 1,5 grados más respecto a la era preindustrial.

Ese pacto, añadió, supondría precisamente lo que comentábamos antes: que países ricos e instituciones financieras internacionales ofrezcan asistencia financiera y técnica para ayudar a las economías emergentes a acelerar su transición hacia las energías renovables y para poner fin a la dependencia de los combustibles fósiles y la construcción de nuevas plantas de carbón, de manera que se elimine gradualmente el carbón en los países de la OCDE para 2030 y en todos los demás para 2040.

«Las dos economías más grandes, Estados Unidos y China, tienen una responsabilidad particular de unir esfuerzos para hacer realidad este Pacto. Esta es nuestra única esperanza de alcanzar nuestros objetivos climáticos. La humanidad tiene una opción: cooperar o perecer. Es un Pacto de Solidaridad Climática o un pacto de suicidio colectivo», apostilló.

Y es que cerca de 3.500 millones de personas viven actualmente en países altamente vulnerables a los impactos climáticos. Para abordar las pérdidas y daños, la COP27 debe acordar «una hoja de ruta clara y con plazos», según Guterres, y obtener resultados concretos en este apartado es «una prueba de fuego del compromiso de los gobiernos con el éxito» de la cumbre.