Salud cardiovascular
Consejos para controlar la hipertensión en verano
"Adoptar hábitos saludables puede marcar una gran diferencia en nuestra salud cardiovascular, sobre todo en verano, cuando las altas temperaturas y la sobreactividad social y deportiva pueden alterar nuestra presión arterial"
Se dice pronto, pero más de mil millones de personas en todo el mundo tienen problemas de hipertensión arterial. Ahora bien, antes de adentrarnos en el problema, conviene explicar de qué estamos hablando.
La presión arterial es la fuerza con la que circula la sangre por las arterias del cuerpo. Se mide en milímetros de mercurio (mmHg) y en función de su intensidad se puede calificar como normal -la que se mueve entre 120 y 80 mmHg-, alta -cuando el valor máximo es igual o superior a los 135-, o hipertensión -cuando los valores se disparan por encima de los 140/90 mmHg-.
Los riesgos de la hipertensión son evidentes, puesto que conllevan una amenaza de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y otros problemas de salud graves.
Pocos síntomas
Para el Dr. Luis González, cardiólogo de Quirónsalud Alicante, el mayor problema de la hipertensión es que apenas presenta síntomas y se puede convivir con ella durante años sin ser conscientes del riesgo que comporta. Hay algunas señales de alerta, como son el dolor de cabeza, las náuseas, la dificultad para respirar, el dolor en el pecho, la confusión, los problemas visuales o el sangrado nasal, pero se trata de una sintomatología difusa y casi siempre leve sobre la que en muchas ocasiones se pasa sin atención suficiente.
La única forma de saber si tenemos hipertensión es medir nuestra presión arterial con regularidad. Para ello, podemos usar un tensiómetro casero o acudir a un centro de salud. Se considera que hay hipertensión cuando la presión arterial sistólica (la máxima) es igual o superior a 135 mmHg y la presión arterial diastólica (la mínima) es igual o superior a 85 mmHg.
Hay varios factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir esta enfermedad, como la edad, el sexo, el estrés, el consumo de alcohol o tabaco, el sobrepeso o la obesidad, el sedentarismo o la dieta.
De todos ellos, solo hay uno que no podemos controlar: la genética. El Dr. González lo resume así: “Se desconocen las causas de esta enfermedad, pero lo cierto es que existe un componente genético importante: de padres hipertensos, hijos hipertensos. La heredabilidad estimada se sitúa en el 35-50%”.
Ese componente hereditario en la hipertensión arterial implica que, si tenemos familiares directos hipertensos o que han sufrido un infarto antes de los 50 años, tenemos más probabilidades de desarrollarla nosotros también. Por eso es recomendable revisar nuestra presión arterial al menos una vez al año si estamos en este grupo de riesgo.
Hábitos saludables, también en verano
Pero no todo está perdido. Aunque no podamos cambiar nuestros genes, sí podemos modificar nuestro estilo de vida para prevenir o reducir la hipertensión, recuerda el Dr. González. Adoptar hábitos saludables puede marcar una gran diferencia en nuestra salud cardiovascular, sobre todo en verano, cuando las altas temperaturas y la sobreactividad social y deportiva pueden alterar nuestra presión arterial.
Estas son las 10 recomendaciones básicas para cuidar el corazón este verano:
- Vigilancia de las calorías que se consumen.
- Poca sal en las comidas y alimentos frescos y naturales.
- Consumo de frutas y verduras ricas en potasio, como el plátano, el melón o el tomate.
- Más calcio en la dieta, con productos lácteos desnatados o vegetales de hoja verde.
- Ejercicio moderado todos los días, como caminar, nadar o montar en bicicleta.
- Moderación en el consumo de bebidas alcohólicas.
- Dejar de fumar cuanto antes y evitar el humo del tabaco ajeno.
- Mantenimiento de un peso adecuado a la altura y la edad. El sobrepeso o la obesidad son un riesgo de primer orden.
- Aceite de oliva como principal fuente de grasa. Ni grasas saturadas ni trans.
- Mejor las carnes blancas y el pescado que las carnes rojas y procesadas.
Siguiendo estos consejos, el verano no pondrá en peligro nuestra salud cardiovascular. La hipertensión arterial es una enfermedad que se puede prevenir y tratar con hábitos saludables y, en algunos casos, con medicación. Si hay dudas o síntomas, hay que consultar al médico. ¡Nuestro corazón nos lo agradecerá!
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