Investigación

¿Existe la adicción a Chat GPT? La ciencia da la respuesta

Ante la democratización de la IA, muchas voces se han alzado para advertir de los riesgos de "engancharse" a preguntar a los chatbots

ChatGPT en un iPhone
ChatGPT en un iPhoneUnsplash

Los últimos avances en IA generativa parecen confirmar el proceso de democratización que ha vivido entre 2023 y 2024. La herramienta está ganando interés entre las empresas de todo tipo, al tiempo que se ha popularizado ya su uso a nivel social. En este contexto, muchas voces se han alzado para alertar de que el uso de app como Chat GPT podría generar una adicción similar a la que generan las drogas o al juego.

Pero, ¿esto es cierto? ¿está demostrado? Un estudio realizado por un equipo de investigación internacional en el que participa la Universidad de Valencia (UV) lo desmiente. El trabajo, publicado en la revista científica Addictive Behaviors, destaca que no existe evidencia científica sólida que respalde la existencia de una 'adicción a ChatGPT' o a otros chatbots de IA, y apunta a un "alarmismo mediático" detrás de estas afirmaciones.

Los investigadores Víctor Ciudad (Universidad de Valencia), Cora von Hammerstein (Paris Cité University) y Joël Billieux (Univeridad de Lausanne) analizaron los estudios que intentan medir este fenómeno y descubrieron un patrón preocupante: las escalas utilizadas para evaluar la supuesta adicción a Chat GPT han sido copiadas de cuestionarios originalmente diseñados para evaluar adicciones a sustancias como el alcoholismo o la dependencia a la cocaína.

"Se están utilizando criterios como 'tolerancia' o 'síndrome de abstinencia' para evaluar si alguien usa demasiado un chatbot. Es como diagnosticar adicción a bailar con los mismos criterios que a la heroína", afirma Víctor Ciudad, según recoge Ep.

Los autores advierten que "el pánico moral ante nuevas tecnologías no es nuevo". En los últimos 100 años, titulares han alertado sobre "adicción a la radio", "adicción a la televisión" y "adicción a Internet", todas ellas sin evidencia concluyente.

Según la investigación, los estudios que han intentado demostrar la existencia de esta "adicción" no han mostrado pruebas de daño clínicamente significativo, como deterioro funcional grave o consecuencias negativas importantes en la vida de los usuarios. En cambio, los investigadores sugieren que el uso frecuente de ChatGPT suele estar más relacionado con la curiosidad, el aprendizaje e incluso con estrategias de afrontamiento.

Los autores advierten que etiquetar prematuramente el uso de ChatGPT como una adicción puede tener graves consecuencias, como la estigmatización de los usuarios, la creación de tratamientos innecesarios y la promoción de regulaciones infundadas.

Así, "no se trata de adicción sino de cómo usamos la tecnología. Este estudio invita a un cambio de perspectiva: en lugar de patologizar el uso de herramientas de inteligencia artificial, es más importante analizar cuándo y por qué su uso se vuelve problemático". La clave, concluyen, está en un uso consciente y regulado, evitando caer en discursos alarmistas sin base científica.