Tráfico de drogas

Interceptan a un hombre en un aeropuerto francés que se acababa de desmayar: transportaba cocaína en su estómago

Su intención era transportar la droga bajo la denominada técnica de "mula", muy conocida en el narcotráfico cuyo riesgo es extremadamente alto para la salud

Imagen de archivo de una operación de incauto de Cocaína
Imagen de archivo de una operación de incauto de Cocaína istock

Un viajero ha sufrido un colapso cardiaco en la estación de autobuses del aeropuerto de Marignane, cerca de Marsella, mientras se disponía a emprender su viaje. Los servicios de emergencia han atendido rápidamente al hombre tras su desplome, trasladándolo posteriormente al hospital Nord para una evaluación médica exhaustiva donde los equipos sanitarios han descubierto un método extremadamente arriesgado de transporte de drogas: el paciente había ingerido decenas de envolturas con cocaína, una práctica conocida entre las denominadas "mulas" del narcotráfico. Esta técnica expone al portador a riesgos letales por posible rotura de los paquetes.

Los médicos han logrado extraer aproximadamente 220 gramos de cocaína del tracto digestivo del paciente. Su estado permanece crítico, con su vida en una delicada situación. La investigación policial se centra en determinar si el individuo forma parte de una red de narcotráfico y establecer el origen de la mercancía ilegal. Las autoridades enfatizan el peligro mortal de transportar drogas de esta manera, donde la ruptura de un envoltorio podría causar una intoxicación fatal.

Un fenómeno extendido también en España

En julio de 2025, las autoridades españolas desarticularon una red de narcotráfico que operaba en el aeropuerto de Madrid-Barajas mediante un sistema cuidadosamente organizado con el uso de mulas. La organización reclutaba a personas de diferentes nacionalidades para que, bajo la apariencia de pasajeros convencionales, accedieran a la zona de recogida de equipajes y se hicieran con maletas previamente marcadas que contenían cocaína. En el transcurso de la operación, las fuerzas de seguridad interceptaron cerca de 800 kilogramos de esta sustancia y detuvieron a decenas de implicados. El operativo puso de manifiesto el nivel de sofisticación con el que algunas redes criminales utilizan la infraestructura aeroportuaria y la vulnerabilidad de ciertos individuos para introducir estupefacientes en territorio español.

Unos meses antes, en mayo de ese mismo año, otra operación policial bautizada como “Deshecho” reveló una variante del fenómeno: el uso de vehículos particulares como mulas. En este caso, la Guardia Civil interceptó varios automóviles que transportaban droga desde la Península hacia Melilla, camuflada en compartimentos ocultos, conocidos como dobles fondos, adaptados específicamente para el contrabando. La operación culminó con la incautación de seis kilogramos de cocaína y la desarticulación de la red implicada. Aunque en esta ocasión no se trataba de transporte corporal, el método respondía a una lógica similar: aprovechar recursos ordinarios, como coches y rutas comerciales, para mover droga de forma encubierta y dificultar su detección.