Psicología

Qué significa interrumpir constantemente, según la psicología

Cortar a alguien a mitad de frase no es solo mala educación: suele esconder prisa, necesidad de control, costumbre… o simple falta de conciencia. Aquí va una guía clara para entenderlo y manejarlo sin convertir cada charla en un pulso

Qué significa interrumpir constantemente, según la psicología
Qué significa interrumpir constantemente, según la psicologíaUnsplash

Muchas interrupciones no nacen de la mala intención. En algunas familias y culturas, hablar "encima" es sinónimo de entusiasmo y participación; quien creció así puede no percibirlo como invasivo. Otros perfiles buscan "ir al grano" y tomar el volante de la conversación para dirigirla hacia su objetivo y, en el trayecto, pisan tu frase. Hay casos, también, de pura excitación, se les dispara la idea y saltan antes de tiempo. Y un grupo importante ni siquiera sabe que lo hace; hasta que alguien se lo señala.

Hay casos interesantes relacionados con el género. Por ejemplo, la psicóloga Sherri Gordon señala que los hombres interrumpen a las mujeres con más frecuencia que a otros hombres. Y también habla del factor clínico: "En TDAH, interrumpir o irrumpir en lo que hacen otros figura entre los comportamientos típicos, tanto en niños como en adultos", explica la experta. No es lo mismo para todos los casos, pero ayuda a entender por qué a algunas personas les cuesta esperar su turno.

Lo que provoca

Cuando alguien te corta, el mensaje suena así: "lo mío va primero". A la larga mina el respeto, desequilibra la conversación -quien interrumpe ocupa más espacio- y puede convertirse en una dinámica de poder. En relaciones con tensión o desigualdad, esa táctica sirve para desautorizar, corregir el rumbo o dejar al otro sin réplica.

Cómo manejar la situación de la mejor manera

Funciona mejor intervenir antes del choque. Si vas a exponer algo complejo, enmarca el turno: "Te cuento todo en dos minutos y luego abrimos preguntas". Si aun así te cortan, repesca la palabra con frases breves y neutras: "¿Me dejas terminar y ahora voy contigo?".

Ten preparado tu plan B para la próxima vez, -porque habrá recaídas- continuar hablando con calma hasta cerrar la idea, pausar en silencio hasta recuperar la atención, o señalar el desvío con una sola línea ("vuelvo a lo que estaba diciendo y ahora retomo lo tuyo"). La coherencia es la que cambia la dinámica.

Y si eres tú quien interrumpe

Prueba dos micro-hábitos: anota la idea en una palabra clave para no perderla y espera a que el otro cierre. También sirve contar mentalmente tres respiraciones antes de entrar. Si te descubres saltando por ansiedad o prisa, dilo en voz alta y pide turno: "Tengo un punto, ¿te parece si lo guardo para después?". En reuniones, delimita tiempos y cierra con un resumen para no sentir que, si no entras ya, la idea se esfuma.