
Robótica
Rodney Brooks, cofundador de iRobot, pincha la burbuja de la robótica: “Tendremos muchos robots humanoides dentro de quince años, pero no se parecerán a los humanos”
Las dudas acerca del futuro de los robots afloran en el escrito del precursor del robot aspirador, que considera que se están haciendo promesas de funcionamiento imposibles de alcanzar

Cada vez más expertos y analistas se pronuncian de forma abierta y sin tapujos acerca de la existencia de una burbuja en torno a la inteligencia artificial. En los últimos días ha sido la entidad bancaria Deutsche Bank quien ha alertado de la sobreexposición de la economía estadounidense en esta materia, en la que la robótica trata de hacerse un sitio entre tanto asistente conversacional y modelo generativo.
Como si de una ramificación inherente a la propia inteligencia artificial se tratase, compañías como la asiática Xpeng continúan con el desarrollo de sus robots humanoides. Cada vez con más capacidades y con la posibilidad de aprender tareas sencillas como poner la lavadora, la próxima generación de robots se ha encontrado con alguien que no les augura el mismo futuro que la corriente general: el cofundador de iRobot, Rodney Brooks.
Desafiando a la corriente general
Brooks, jefe de tecnología de iRobot, precursora en cuanto a robots aspiradores autónomos se refiere, ha publicado un ensayo en su sitio web en el que duda acerca de cómo serán y hasta dónde alcanzarán las generaciones robóticas venideras. Tal es su suspicacia al respecto, que incluso él también, como hacen otros expertos, se ha referido a esta cuestión señalando que sobre ella se está inflando una burbuja a la que le queda poco tiempo para vencer la resistencia y explotar.
En su escrito, publicado bajo el título "Por qué los robots humanoides nunca tendrán destreza", Brooks no duda en arremeter contra aquellos que proyectan figuras robóticas que no paran de asimilarse con el aspecto humano: “los robots humanoides actuales no aprenderán a ser diestros a pesar de los cientos de millones, o quizás miles de millones de dólares, donados por capitalistas de riesgo y grandes empresas tecnológicas para pagar su formación”, destaca el experto.
Brook, que fuera profesor de robótica en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), y exdirector del Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial del MIT, plantea dos cuestiones sobre las que se debe poner el foco. La primera tiene que ver con la seguridad de que personas y robots bípedos compartan un espacio vital por cuestiones de destreza de estos y de su peso, considerando los materiales de construcción y las consecuencias que podría tener una caída o un tropiezo con una de estas máquinas.
La segunda, apunta más a la morfología que se está proyectando de forma recurrente por la industria robótica, ante la que Rodney Brooks plantea dudas:
“Tendremos muchos robots humanoides dentro de quince años, pero no se parecerán ni a los robots humanoides ni a los humanos actuales”
Para el robotista, resulta más fiable pensar en una proyección robótica que se mueva sobre ruedas que sobre piernas, como están haciendo la mayoría de exponentes de la industria: “Dentro de poco (y ya empezamos a verlo), los robots humanoides tendrán ruedas en lugar de pies, primero dos, y más adelante quizá más, sin nada que se parezca realmente a piernas humanas en su forma aproximada. Pero seguirán llamándose robots humanoides”.
Brooks también difiere sobre la capacidad sensorial y prensil del tren superior de los robots que serán el resultado del trabajo actual en la materia, ya que señala que “habrá versiones con uno, dos y tres brazos. Algunos tendrán manos de cinco dedos, pero muchos tendrán pinzas de mandíbula paralelas de dos dedos. Algunos podrían tener ventosas”.
Una serie de dudas que le encaminan a una conclusión final que es tan pesimista para la robótica actual como elocuente: “esos robots desaparecerán y, en su mayoría, caerán convenientemente en el olvido. Estos son los próximos quince años para ti”, sentencia en su escrito.
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