Existen figuras en nuestra época que, por unas razones u otras, están en la palestra casi de forma diaria. En ocasiones por sus logros empresariales o sociales, pero otras veces más por el ruido que generan, al dejar al margen su vertiente más profesional para priorizar la de personaje público.

Las biografías autorizadas permiten llegar más al fondo de la personalidad de protagonistas de la escena diaria. A través de ellas se puede vislumbrar mejor cómo es la personalidad de alguien y que no haya que quedarse con su imagen pública, algo que ha defendido recientemente Jeff Bezos refiriéndose a Elon Musk.

Una mente compleja detrás de su humor

Precisamente la figura del fundador de Tesla y SpaceX la desgrana Walter Isaacson en su biografía autorizada, publicada en 2023. En ella arroja cierta luz sobre la personalidad del magnate nacido en Pretoria, y algunos aspectos parecen coincidir a la perfección con la imagen que la opinión pública se puede generar de él a raíz de su comportamiento público.

Isaacson hace una radiografía del sentido del humor del empresario, que tan pronto pasa de expresarse de forma infantil a hacerlo con la más fina de las ironías: “El humor bobo de Musk es la otra cara de su humor demoníaco. En sus momentos más oscuros, suele oscilar entre la ira y la risa a carcajadas. Su humor tiene muchos niveles”, reconoce Isaacson en las páginas de su libro, en las que también hace referencia a las controversias que genera Musk.

Bromas de patio de colegio de infantil

Dentro de esos niveles parece haber momentos para todo: desde bromas de mal gusto y zafias, basadas en los conceptos más simples, a otras que plantean audacia e incluso reflexión. Isaacson hace referencia a las primeras de ellas, destacando la querencia de Musk por lo escatológico: “El nivel más bajo es su afición pueril por los emojis de caca, los sonidos de pedos programados en el Tesla y otras descargas de humor de lavabos. Di el comando de voz "Abre el culo" en la consola de un Tesla y se abrirá el puerto de carga eléctrica en la parte trasera del vehículo”, apunta el biógrafo para dejar manifiesto de a lo que se refiere con esa parte infantiloide de Musk.

“El nivel más bajo es su afición pueril por los emojis de caca, los sonidos de pedos programados en el Tesla y otras descargas de humor de lavabos"

Sin embargo, Isaacson también reconoce una capacidad irónica en el sentido del humor de Elon Musk, que denota su inteligencia: También tiene un humor mordaz e irónico, como demuestra un póster en la pared de su cubículo en SpaceX. Muestra un cielo azul oscuro centelleante con una estrella fugaz. "Cuando le pides un deseo a una estrella fugaz, tus sueños se hacen realidad. A menos que sea un meteorito que se precipita hacia la Tierra y destruya toda la vida. Entonces estás perdido, desees lo que desees. A menos que sea la muerte por meteorito", describe Isaacson con sumo detalle en las páginas del libro.

Con esas pinceladas no sería justo sacar una conclusión de la personalidad de Elon Musk, pero es cierto que ayudan a comprender un poco mejor qué hay detrás de la figura de un empresario e inversor que parece que quiere recuperar esa faceta de su vida en detrimento de su vertiente activista y política.