Aviación
Así es el XQ-58 Valkyrie, el caza no tripulado de combate entregado a la Fuerza Aérea de Estados Unidos
Se trata de una aeronave de bajo coste y grandes prestaciones, armada, capaz de lanzar otros drones, y que podría ser incluso “sacrificado” usado como señuelo
La pasada semana, el 40º Escuadrón de Pruebas de Vuelo de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, con base en Eglin (Florida), tomaba posesión del primero de los dos drones de combate Valkyrie que se entregarán a la unidad. El vuelo inaugural de la aeronave se realizará a fines de este mes, aunque ya ha venido realizando numerosas pruebas a lo largo de los últimos meses, entre ellas alguna volando junto a una variante del Marine Corps F-35B, F-22 Raptor y F-35A Lightning II. Las pruebas principales se llevaron a cabo en Yuma Proving Ground, Arizona, con pruebas preparatorias en la Base de la Fuerza Aérea Nellis, en Nevada.
Se trata del Kratos XQ-58 Valkyrie, un “caza” sigiloso no tripulado de bajo coste y alto rendimiento que “despega” lanzado por cohetes desde un sistema de raíles y se controla desde una estación de tierra o desde un avión de combate. Un sistema informático de a bordo es capaz de determinar la mejor trayectoria de vuelo y los ajustes del acelerador para cumplir las órdenes.
Aeronave de bajo coste
Ha sido construido por la compañía Kratos para el programa de ataque de bajo coste que desarrolla la Fuerza Aérea de Estados Unidos, del Laboratorio de Investigación de la USAF. El departamento que gestiona estos proyectos (LCAAT) nació para tratar de romper la tendencia al alza de prototipos anteriores. El objetivo del Valkyrie es proporcionar una escolta no tripulada que pueda trabajar junto a una aeronave de combate tripulada.
Este modelo destaca por su bajo precio comparado con otras aeronaves similares, su combinación de largo alcance, alta velocidad y maniobrabilidad, y por la capacidad de desplegar una combinación de armas letales desde su bahía interna de bombas como las que incorpora bajo las alas. Se trata de una aeronave muy similar a un caza tripulado, capaz de operaciones colaborativas con activos tripulados en entornos disputados.
Con un techo operativo de 50.000 pies y una velocidad máxima superior a 0,7 Mach, el diseño de alto rendimiento de Kratos UTAP-22 proporciona un compañero/copiloto no tripulado para el combatiente. Además, por su sistema de “despegue” puede ser lanzado desde casi cualquier lugar.
La aeronave tiene 9,1 metros de largo, por 8,2 de envergadura.
El diseño versátil del Kratos XQ-58 Valkyrie admite varios requisitos de misión al poder abordar una amplia gama de cargas útiles internas y externas. Las grandes bahías auxiliares configurables proporcionan hasta 8,5 pies cúbicos de volumen de carga útil, aunque se puede incorporar otras adicionales.
En una de las últimas pruebas del modelo, Esta prueba, fue lanzada una pequeño aeronave no tripulada (SUAS) ALTIUS-600 desde la bahía de armas interna del Valkirie. Las compañías Kratos, Area-I y AFRL diseñaron y fabricaron el SUAS y desarrollaron el software para permitir el lanzamiento.
Base de Eglin, en Florida
Basar el Valkyrie en la base de Eglin, que cuenta con un rango de prueba que abarca unas 100.000 millas náuticas cuadradas de espacio aéreo que cubre el Panhandle de Florida y el Golfo de México, según la Fuerza Aérea, permitirá que el servicio evalúe la capacidad del dron para operar de forma autónoma en grandes distancias, dijo en el comunicado el mayor John Nygard, líder del equipo de experimentación de aeronaves autónomas del escuadrón.
Debido a que la Fuerza Aérea no tiene la experiencia necesaria en pilotar aviones autónomos no tripulados como parte de las operaciones de vuelo normales, los pilotos de prueba y los encargados de mantenimiento del 40º Escuadrón de Pruebas de Vuelo serán responsables de determinar la logística y la infraestructura necesarias para albergar y operar el Valkyrie, dijo Nygard.
El secretario de la Fuerza Aérea, Frank Kendall, cree que están listos para comenzar un programa de aeronaves de combate colaborativas (CCA) a partir del año 2024 , que buscaría desplegar uno o más drones autónomos capaces de operar con los F-22 y F-35 de quinta generación, así como con la familia de sistemas Next Generation Air Dominance (NGAD), un programa para desarrollar un caza tripulado para reemplazar al F-22 a principios de la década de 2030.
“La expectativa es que estos aviones puedan diseñarse para tener menos capacidad de supervivencia y menos capacidad, pero aún así aportar mucho a la lucha en una mezcla que al enemigo le resulta muy difícil clasificar y manejar”, dijo Kendall. “Incluso puedes sacrificar intencionalmente algunos de ellos para disparar, si quieres, para que el enemigo se exponga”.
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