Así funciona la tecnología de los globos espía

Los científicos llevan décadas utilizando globos estratosféricos para estudiar el planeta. Permiten analizar las capas superiores de la atmósfera, el impacto de erupciones volcánicas en los océanos u obtener información meteorológica. Tienen la ventaja de ser mucho más económicos que los satélites, operar a una altura muy por debajo de estos (entre los 15 y los 45 km de altitud) y ser fácilmente configurables en cuanto a los instrumentos científicos que llevan. Pero también pueden ser usados con otros propósitos: como el espionaje.

Y esto es lo que podría haber ocurrido con el globo chino detectado por Estados Unidos en los últimos días de acuerdo con declaraciones del portavoz del Pentágono Pat Ryder quien afirmó que “ejemplos de este tipo de actividad de globos se han observado previamente en los últimos años. Una vez que el balón se detectó, se tomaron medidas para proteger cualquier información sensible”.

Este tipo de globos se sirven de las corrientes y los vientos para cubrir diferentes áreas y pueden pasar más de un mes sobrevolando distintas regiones. En el caso del globo chino, de acuerdo con el Ministerio de Asuntos Exteriores del gigante asiático, se habría salido de curso unos 8 días atrás, habría sobrevolado por encima de Alaska (donde fue detectado por primera vez por Estados Unidos) y pasar por encima de al menos 4 estaciones estratégicas nucleares del país.

Los globos tienen una capacidad de unos 10.000 litros de helio o hidrógeno y pueden llevar una carga de hasta 90 kilos. Cuentan con una válvula de escapa, para dejar salir el gas y así poder configurar la altura deseada. Algunos globos, como el Thunderhead Balloon desarrollado por la firma Aerostar, cuentan con un sistema inteligente de navegación que le permite buscar las corrientes óptimas. Una vez cumplida la misión, se puede desprender de la carga que llega a tierra mediante un paracaídas. Otra opción posible también es que un avión recoja la carga mientras el globo aún está en pleno vuelo. Se trata de globos construidos con un material plástico muy delgado y en su carga pueden llevar desde sistemas de análisis meteorológico, telescopios, cámaras (térmicas, nocturnas, etc.) y hasta drones.