
Entrevista
Álex González y Silvia Alonso: "En esta serie converge la mirada del niño que fuimos con la de los que lo son hoy"
Interpretan a Rui y Amber, dos cacos de guante blanco enfrentados y aliados en "Ladrones: la tiara de Santa Águeda"

Rui y Amber; Amber y Rui. Ambos, dos caras de la misma moneda. Los protagonistas de la serie de Disney+, interpretados por Álex González y Silvia Alonso, «La tiara de Santa Águeda», hablan con LA RAZÓN de los retos a los que se enfrentaron para crear y desarrollar esta ficción emocionante.
Es innegable que para sus personajes hace falta química, ¿cómo la trabajaron?
Silvia Alonso: Fuimos a ensayar muy a saco ya desde el principio. Ya habíamos trabajado juntos entonces, hacía muchos años que no, pero ya sabes, hay veces que cuando te dicen vas a trabajar con tal chaval, le conozco lo suficiente como para saber que va a ir bien. Desde esa base ya todo era más sencillo.
Álex : Sí, de hecho, nunca lo hemos hablado, pero a mí lo que me costó fue lo contrario, porque ellos tienen química, pero también están picados, que es como lo divertido. La imagen era un poco el Coyote y el Correcaminos, que se hacen faenas muy gordas. Esa imagen para trabajar a mí me encantaba, pero lo complicado fue eso, porque ya nos conocíamos, sabíamos que iba a haber química y que nos íbamos a llevar bien. Lo difícil fue encontrar ese tono entre llevarnos bien y que hubiera piques.
Aquí lo de honor entre ladrones, nada...
Álex: Bueno, hay un dios o una diosa que adoramos, que es en este caso la tiara. Y el fin justifica los medios, ¿no?
Silvia: Entra en conflicto esa ley del honor con lo que ellos quieren.
Álex: Hay un conflicto muy grande entre saltarse el código o no. Y por qué.
Después de varias traiciones, uno ya no se fía...
Álex: Solo lo puedes contrarrestar ganándote la confianza. Y eso se consigue a través del tiempo. Y de algo de un acto épico, también.
Silvia: Estos dos personajes también son así: son más individualistas por algo. El personaje de Amber, por ejemplo, tiene un pequeño trauma del pasado que se irá descubriendo a lo largo de la serie, que es el que la lleva un poco a no confiar en nadie. Y no sabe muy bien cómo actuar en según qué situaciones.
Él no ayuda con su manera de ser.
Silvia: Pues imagínate.
¿Cómo es ese momento del baile? ¿Se les dio bien?
Silvia: Fue muy divertido.
Álex: Fue divertido. Y de los momentos más importantes del proceso de ensayos. A veces estás ensayando a través de las palabras y levantando algo o la idea que tú crees, o buscando el tono, que lo de encontrar un tono es más difícil de lo que parece, y yo, por ejemplo, uno de los días que hice un click fue con una coreografía nueva que teníamos. Nos salió a la primera y para mí eso habló de que ya Silvia y yo empezábamos a entendernos más allá de la idea preconcebida que teníamos de cómo poder entender desde dónde conectan estos dos, que al final es desde el disfrute.
Hay una presión extra en el caso de Álex por ser productor ejecutivo, ¿fue mirando los gastos?
Álex: Los productores son Sofía Fábregas, de Disney, y César Benítez, de Plano a plano. Yo estoy en un lugar muy amable de la producción ejecutiva, pero por suerte los que deciden y los que mandan son ellos dos, así que no. Sí cuando empezamos a rodar, pero no por presión, sino porque llevaba desde el minuto cero con guiones y todo eso. Y durante el proceso de localizaciones. República Dominicana fue en el último momento, pero había otros sitios. Ser parte de todo eso y ver que luego todo va saliendo... Me produce una cierta excitación que cuando empezamos a rodar el primer día me di cuenta que me costaba un poco estar dentro, porque había estado viéndolo todo desde fuera. Y recuerdo que hablé con ellos y les dije en el rodaje «creo que por el bien de la serie es mejor que intente desconectar». Pensaba en «Romeo y Julieta». Romeo no puede mirar a Julieta desde fuera. La tiene que ver desde los ojos de Romeo.
¿Algo de sus personajes creció sobre la marcha?
Silvia: Al final, el proceso de ensayos es un poco eso. Normalmente hay muchos proyectos en los que no se ensaya, y aquí ensayamos muchísimo. Es increíble porque ese es el momento que tienes para probar y proponer cosas. No siempre te dan ese lugar, pero cuando lo puedes hacer, es maravilloso. Además, los guionistas, Pablo y Verónica, estaban muy a favor de escuchar propuestas. Está guay que el guión sea un poco vivo, porque a veces cuando pones una escena en pie no es lo mismo escribirla y estar sentados y leerla y entenderla desde aquí, a accionarla. Y a veces surgen cosas que no te habrías planteado, o te das cuenta de que no funciona y que falta algo. Ese también es el papel que tenemos como actores.
Álex: Es verdad que la última versión es la que está escrita; es la que se rueda. Y es maravilloso porque es como mágico que de repente convergen las energías de todo el mundo, de todos los departamentos y pasan cosas mágicas que por mucho que hayas ensayado... Los ensayos me he dado cuenta que no son para poner la escena en pie, sino para crear códigos de diálogo entre los equipos. Y eso hace que cuando dicen «acción» pasen cosas. Por ejemplo, Amber es un personaje maravilloso, pero la excelencia de lo que está rodado lo ha puesto Silvia. Que ella no lo va a decir. Te lo digo yo. Es muy difícil lo que ha hecho. Creo que Amber, Ruby y todos, son personajes soñados para cualquier actriz o actor. A Silvia pues le he dado ese toque perspicaz, elegante, inteligente. También cambió la relación entre ellos dos, porque no estaba escrito así, pero empezó a suceder una cosa y es que, (no sé muy bien cómo explicarlo), antes era más equitativo, más ecuánime todo. Quién había traicionado a quién, quién tenía razón, quién no la tenía. Y, de repente, era más importante cómo defendía Silvia su punto de vista y cómo defendía yo el punto de vista de Rui. Yo me tuve que acoplar en otro lugar y empecé a hacer un Rui que no tiene el liderazgo como tiene ella en la banda. Pero no estaba escrito así y yo lo hice más desde el colegueo, sabiendo que ella es la cabeza pensante y que todo el mundo le va a hacer caso. Yo iba a hacerme el gracioso a ver si cayendo bien..., y eso no estaba escrito. Fueron sinergias que empezaron a surgir. Empezamos el primer día de rodaje en Málaga, no sé si fue la primera o la segunda secuencia, entre, Antonio Pagudo y Asier Etxeandía, Los reyes de la comedia y de los que mejor manejan los tempos de la comedia. Y claro, elevaron el tono. Recuerdo decirle a Emma Torrente, la directora, «Inma, yo no sé hacer eso. No sé hacer esa comedia». Pero se terminó colocando todo en otro lugar y al final ha sido como una perfección que no buscábamos.
Hay un homenaje en la serie al cine de los 80 y 90, ¿cómo trabajaron esos saltos de comedia romántica a la acción?
Álex: La típica frase no cuando antes era todo mejor o cuando yo era pequeño, creo. Creo que esta es la serie perfecta para que converja la mirada del niño. Del niño que fuimos con con el niño, con los niños que son niños a día de hoy. Porque. Porque si une lo mejor de los años 80 y 90, pero de una forma muy moderna y muy actual.
¿Hubo alguna escena de acción o de los robos que resultara especialmente desafiante?
Silvia: Hay una parte acuática que logísticamente fue complicada. También fue divertida porque ya era de la serie, ya era común, pero nos entregamos. Creo que pasa una cosa en la serie también, que según va avanzando se va poniendo más absurda. Absurda en el mejor de los sentidos. Porque amo lo absurdo, y de repente, el humor se va yendo a un sitio más absurdo y yo creo que también nos iba pasando a nosotros. Ya estábamos entregados a esa cosa medio cómica y decías esto puede estar siendo todo un desastre, porque están pasando muchísimas cosas. Esto es muy difícil de manejar y en estas escenas en el mar, en una lancha, tenía la cámara lejos y me empezaban a pedir unas cosas como si fuese marina. Y Álex estaba en el en el agua, y yo con un miedo de llevármelo con la hélice .Pasaron muchas cosas. Fue bastante trepidante. Pero también hemos tenido otros momentos. Las coreografías o rodar a 53 grados (me lo invento) en agosto en el hangar de aviones.
Si pudieran robar algo sin consecuencias, qué objeto elegirían sus personajes y por qué.
Álex: Rui buscaría robar algo muy difícil, que se necesitasen al menos nueve personas para tener la excusa perfecta de vivir otra aventura con la banda.
Silvia: Amber robaría algo muy difícil que pudiese hacer ella sola. Y que no venga nadie a estropear los planes, porque ella sabe de sobra que lo puede hacer. Es el vértigo y la adrenalina de robar. Ya no tanto qué robas.
Álex: Hombre, que si vale 240 millones de euros, mejor que si vale 100.000...
✕
Accede a tu cuenta para comentar