Controversia
Así fue la vez que se expulsó a Rusia de Eurovisión
En 2022, la Unión Europea de Radiodifusión decidía vetar a la C1R tras la invasión de Ucrania orquestada por Vladimir Putin
Ha sido una de las noticias más importantes del día: España no acudirá bajo ningún concepto a Eurovisión si se sigue permitiendo la participación de Israel. Así se traducía la decisión tomada esta mañana por el Consejo de Administración de RTVE, presidido por José Pablo López. Nuestro país se convierte por lo tanto en la quinta nación que le planta cara a la Unión Europea de Radiodifusión (UER).
El ya omnipresente debate entre unos y otros sobre la presencia del ente público israelí (KAN) en Viena sigue trayendo a la mente la última expulsión que se dio en el festival. Se trata ni más ni menos que de Rusia, vetada por la UER inmediatamente tras la invasión de Ucrania. Y aunque el motivo pueda parecer más que obvio, lo cierto es que las tensiones venían en aumento desde hace ya años.
Hay amistades que no duran para siempre
Desde su debut en el año 1994, Rusia siempre había sido un país más en el Festival de Eurovisión. Ya en sus primeras participaciones estuvieron a punto de rozar la victoria: con Alsou en el año 2000 y con las famosas t.A.T.u. en 2003. Ese mismo año, la UER le daba la bienvenida a la competencia a Ucrania, con la que la nación de Putin solía intercambiarse puntos, como buen vecino.
Durante la década de los 2000, tanto Ucrania como Rusia ganaron por primera vez Eurovisión, lo que conllevó que cada una lo celebrara por todo lo alto. A pesar de la estrategia política de todos los años, parecía que la relación entre ambos países era inmejorable. Pero como siempre ocurre en el festival, la política terminaría involucrándose de lleno.
A finales de 2013, las protestas para la adhesión de Ucrania a la Unión Europea se convertiría en un absoluto quebradero de cabeza con el gigante siberiano. El denominado 'Euromaidán' terminaría en febrero de 2014, después de haberse cobrado la vida de 89 civiles en total. Sin embargo, al mes siguiente se colmaría un vaso ya medio desbordado, alcanzando así un punto de no retorno.
Un conflicto que provocaría retiradas
La anexión de Crimea a Rusia en marzo de 2014 generó todo tipo de respuestas a nivel internacional. Pero centrándonos en el Festival de Eurovisión, la consecuencia más directa se tradujo en el ambiente con el que se encontraron las abanderadas rusas ese año: las hermanas Tolmachevy. Abucheos antes, durante y después de la actuación; así fueron tratadas durante la competencia, donde quedaron séptimas.
Tres años más tarde, Ucrania volvía a organizar el certamen musical, pero era de sobra sabido que la relación con Rusia no era la misma que la primera vez que Kiev era sede del concurso. Tras conocerse que la representante rusa, Yulia Samoylova, había actuado en Crimea tras la anexión a Rusia, esta fue vetada de entrar en territorio ucraniano.
Aquel veto supuso toda una declaración de intenciones por parte de Ucrania en cuanto a su relación con Rusia en eventos internacionales. Y si bien la cuestión de Crimea propició la retirada rusa en 2017, Ucrania no tardaría mucho en vivir el mismo destino a causa de la misma problemática.
En 2019, la ganadora de la preselección ucraniana para Eurovisión, Maruv, fue descalificada nada más ganar la competición debido a que tenía programados varios compromisos contractuales en Rusia. Tras ser obligada a firmar un contrato donde cortaba todos los lazos con sus negocios en el país vecino, la cantante decidió no ir a Eurovisión, algo que secundaron los otros participantes de la preselección.
El estado vecino que cambiaría el juego
La retirada de Ucrania de Eurovisión 2019 y su posterior regreso a una edición marcada por la COVID-19 (además del festival cancelado de 2020) solo fue el último engranaje de un mecanismo listo para saltar por los aires. En Róterdam 2021, Rusia y Ucrania pudieron participar, pero otro habitual del certamen fue protagonista de una expulsión muy recordada: Bielorrusia.
Tras unos meses agitados por las protestas que se dieron en Minsk, además de otros puntos del país, debido a las críticas al régimen de gobierno de Alexandr Lukashenko, la televisión pública bielorrusa (BTRC) decidió enviar al certamen a la banda Galasy Zmesta, que presentó un tema que hablaba evidentemente del presidente de Bielorrusia.
Si bien la UER pidió a la BTRC que reconsiderara enviar otra canción que no incluyera tintes políticos, el ente televisivo propuso una canción distinta con un mensaje muy parecido. Por ello, Bielorrusia fue vetada de participar en Eurovisión de forma indefinida, después de que el organismo europeo votara por suspender su membresía.
Todas estas tensiones, de una forma u otra, serían el caldo de cultivo de la rigidez de la UER en relación con el conflicto en Europa del Este. Por ello, nada más conocerse la invasión de Ucrania en 2022 por parte de Putin, Rusia fue vetada y suspendida de su membresía, echando así del festival al país más grande del mundo.