
Sororidad
Ana Rosa Quintana contra las acusaciones de las monjas de Belorado: "Hermanas, hay que saber perdonar"
Desde que las clarisas decidieran separarse de la Iglesia Católica, la suya se ha convertido en una de las tramas más mediáticas del país

La de las monjas de Belorado es una de esas historias de las que baje Dios y lo vea. Tras el cisma que vivieron con la Iglesia Católica, esta hermandad de clausura decidió hacer borrón y cuenta nueva a su vida espiritual. Un nuevo obispo al que seguir, nuevas oportunidades empresariales, y un aluvión de críticas bajo el brazo, principalmente debidas a la financiación de estas oportunidades.
En otras palabras, una cancelación por parte de un sector eclesiástico más tradicional que no ha sentado muy bien a estas beatas asturianas. Desde 'El programa de Ana Rosa' se han vivido momentos de tensión, ya que las monjas señalaban al magazine de Telecinco como uno de los principales culpables del linchamiento social que están recibiendo.
Monjas de apertura
"Estas monjas en cuanto a catolicismo están bajo cero, pero son unas grandes empresarias", criticaba Quintana la semana pasada. Según la presentadora, el hecho de abrir un restaurante y considerarse una hermandad de clausura eran elementos totalmente antagónicos.
Al mismo tiempo, las monjas estaban en el punto de mira de la Fiscalía tras la venta de unos lingotes de oro, estando estos tasados en más de 130.000 euros. "Usamos esta cuenta que estaba a mi nombre para comprar el oro. Eso es todo", reprochaban las de Arriondas.
Rehúsan de la penitencia
De hecho, las monjas de Belorado se encuentran muy molestas con todas las acusaciones que han recibido por parte de los medios, 'El programa de Ana Rosa' incluido. "El restaurante lo estamos preparando con muchísima ilusión", comentan las exclarisas, confirmando el proyecto de hotel-restaurante como prioridad por encima de cualquier polémica.
"Las hermanas tienen que entender que no es muy normal en una comunidad de monjas clarisas se salgan de la religión católica y tengan tres juicios", apuntaba la presentadora, ya que se trataba de una situación sin precedentes. Igualmente, Quintana les proponía enterrar el hacha de guerra y zanjar cualquier tipo de molestias: "Hermanas, hay que saber perdonar".
Defendidas a capa y espada
Durante la retransmisión en directo, el corresponsal que se hallaba en Arriondas pudo conversar con dos testigos directos sobre el caso de las monjas. El primero de ellos era un comercial de Cangas de Onís que iba a visitarlas, y que no dudó en mojarse sobre la situación actual de las exclarisas. "Tienen ya muchas reservas hechas, así que supongo que tendrán mucho éxito", compartía el hombre, quien se iba a encargar de enseñarles las distintas opciones de vino para el menú.
Quien sí que fue más directo con el magazine de Mediaset fue Francisco Canals, portavoz de las monjas. "Puedo decir Ana Rosa que las monjas de Belorado son trece mujeres carismáticas, ocho jóvenes y cinco mayores, son como la Selección Española de las monjas". Para referirse a la necesidad de conseguir dinero por parte de las de Arriondas, Canals mencionaba que la vida humilde no era sencilla: "En un convento hay muchos gastos estructurales".
Fue entonces cuando Ana Rosa arremetía contra el portavoz: "Las monjitas de los pobres no hacen inversiones en valores". Manu Marlasca se encargaba de concluir la sección con una pregunta limpia y sin segundos sentidos. "Ese oro, ¿era de las monjas, o de la congregación de la que se han ido?, cuestionaba el copresentador, ante la duda de quién era el legítimo propietario de los lingotes.
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