Estreno

Juanra Bonet: “Sólo intento no rayar el Aston Martin ni romper el traje de James Bond”

laSexta estrena una nueva temporada de “¿Quién quiere ser millonario?”

Juanra Bonet: “Sólo intento no rayar el Aston Martin ni romper el traje de James Bond”
Juanra Bonet: “Sólo intento no rayar el Aston Martin ni romper el traje de James Bond”Atresmedia

Este martes 2 de abril, en el Prime Time de laSexta, comienza una nueva temporada de “¿Quién quiere ser millonario”, el exitoso programa producido por Atresmedia TV en colaboración con Warner Bros. ITVP España, que ha mantenido una audiencia promedio del 13,4% y 1,8 millones de espectadores en las últimas temporadas, con un total de casi 24 millones de televidentes y 4,5 millones de espectadores únicos por episodio. A pesar de ser un formato clásico e invariable, que ofrece la oportunidad de ganar un millón de euros respondiendo 15 preguntas, “¿Quién quiere ser millonario” es un programa que no envejece, pues se nutre de la actualidad para mantener su vigencia y frescura, incluso, permitiéndose cambiar su cara visible, que desde hace 4 años es Juanra Bonet, en lugar del popular y reconocible Carlos Sobera. Con Juanra hablamos para LA RAZÓN, sobre esta nueva etapa en el programa.

¿Cómo es, Juanra, hacer parte de un formato reconocido en todo el mundo?

Es una suerte, nunca mejor dicho. Primero, porque gente con capacidad y talento para presentarlo hay mucha, sinceramente, y segundo porque es absolutamente deseable. Es un formato que trasciende al presentador e incluso, a riesgo de que me despidan a las cadenas, porque es un programa universal. Es el único concurso que tiene un largometraje de ficción premiado en los Oscar. Es algo que va más allá de todo y a mí me ha tocado presentarlo en este lapso de tiempo, desde 2020. Tiene tanta fuerza, que el programa permanecerá en el tiempo y nosotros pasaremos, hoy me ha tocado a mí y mañana lo pillará otra persona. Pero, por supuesto, es un orgullo pertenecer a esta gran familia.

A Sobera se le sigue reconociendo por el programa.

Es el Sean Connery de este James Bond. No sé si yo vengo siendo el Pierce Brosnan, pero lo que está claro es que ambos nos hemos puesto al mando del mismo Aston Martin y lo que yo intento es no rayar el coche ni romper el traje. Es decir, lo único que pretendo, antes que un reconocimiento como cara visible del programa, es respetar al máximo la esencia del formato. Quiero que los concursantes estén lo mejor posible, arroparlos antes, durante y después del juego, es lo básico. Luego, intento divertirme y aportar lo poquito que se pueda.

En estos formatos, ¿el presentador actúa un poco como psicólogo del concursante?

Pues eso que has dicho ocurre muchas veces. Uno debe saber leer al concursante, entender qué necesita para estar más cómodo. A veces necesita un presentador, digamos frío y seco, que simplemente se limite a dar información, otros necesitan más un colega en el que apoyarse… Cada persona que se sienta ahí necesita un rebote. A mí me gusta detectar lo que puedo hacer para que esa persona juegue mejor, porque una vez te sientas en esa silla, se te puede nublar a la vista, te salen matojos por todas partes y no ves el bosque con claridad. Mal haría si añado más presión o si, con mi actitud, lo que hago es distraer o poner más nervioso aún al concursante.

¿Juega también al tiempo que presenta?

Sí, no puedo evitarlo. Pero además, es que yo no sé la respuesta y, aun sabiéndola, muchas veces dudo y no puedo transmitir ni mis inseguridades ni mis sensaciones al concursante. En el hipotético caso más lejano de que fuera un profesional horrible, lamentable y miserable que mereciese ser despedido, y yo quisiese ayudar, ¿cómo demonios sé yo que levantar una ceja o hacer una mueca lo va a interpretar el concursante exactamente igual que lo hago yo? Me ha pasado que, en momentos clave, en los que el concursante se juega mucha pasta, me he encontrado con preguntas de las que conozco la respuesta, pero luego, miro las otras opciones, escucho el tic tac y empiezo a dudar. Son momentos complicados y cualquier gesto te puede hacer cambiar de opinión. Imagina, por ejemplo, que antes de grabar he comido un bocata de jamón y se me ha quedado un trocito entre los dientes. El acto de jugar con la lengua para intentar quitarme el trozo, puede ser interpretado como un gesto, Sé que parece ridículo, pero en momentos decisivos ya te digo yo que no lo es tanto.

¿Son más exigentes los concursantes anónimos o los famosos?

Personalmente, a mí me exige más el anónimo, porque se juega u premio en el que probablemente, tiene fundadas un montón de ilusiones, cambio de vida, oportunidades… Y son, en definitiva, los protagonistas del programa. Los famosos, en cambio, vienen a jugar, a pasárselo bien, pero se juegan de alguna manera, un prestigio y una imagen, no quieren quedar mal, y no disimulan en pedir que les ayudes. En ese sentido, me exigen más, pero también nos reímos más. Ya lo verás esta temporada, con José Mota, Silvia Abril, Paco León o Eva Soriano… son tremendos.