
Caso real
«Amanda Knox» víctima de la justicia
Su liberación fue toda una odisea y Disney+ le brinda la oportunidad de limpiar su nombre gracias a esta miniserie de 6 capítulos que está producida por Monica Lewinsky

La frecuencia cardíaca de una mujer joven de 20 años oscila entre 60 y 100 pulsaciones por minuto. Sin embargo, en momentos de angustia, cuando te sientes observada, manipulada por el sistema de justicia italiano y condenada, tanto pública como penalmente, por un asesinato que no cometiste, el corazón se acelera hasta tal punto que cualquiera a tu alrededor puede percibir el mal trago que atraviesas. Con ese pulso desbocado, K.J. Steinberg abre esta poderosa miniserie cargada de simbolismos y con un mensaje nítido: limpiar, de una vez por todas, el nombre de Amanda Marie Knox (escritora y activista que en 2007 fue condenada por el presunto asesinato de Meredith Kercher). Pasó injustamente cuatro años en prisión, fue vejada por unas instituciones judiciales que centraron su hostilidad en una joven norteamericana que solo quería disfrutar de un curso académico en el extranjero.
Basada en hechos reales, la ficción ya está disponible en Disney+, que ha lanzado los dos primeros episodios de esta producción (coproducida por Monica Lewinsky). Los cuatro capítulos restantes se estrenarán semanalmente, cada miércoles, en la plataforma de streaming de Mickey Mouse, hasta completar la serie de seis.
Más allá de princesas, cuentos de hadas y las historias multiversales de Star Wars y Marvel Studios, la compra de Fox abrió la puerta para que relatos más oscuros llegaran bajo el sello de Walt Disney. 'Amanda Knox: una historia retorcida' es uno de ellos y aterriza en Disney+ a través de Star, que en España pasará a convertirse en Hulu en 2026. Bajo la dirección del ya mencionado K.J. Steinberg, quien cautivó al público con el drama 'This is Us', la miniserie lleva su sello inconfundible y está protagonizada por una entregada Grace Van Patten en el papel de Amanda Knox. Su mirada y gestualidad sostienen una interpretación soberbia que nos acompaña en cada paso de este doloroso proceso.
Ella es una joven intrépida, peculiar e independiente, valiente y poderosa, como diría Melodía Ruiz Gutiérrez, más conocida como Melody. Este es uno de los grandes papeles de la actriz neoyorquina, que demuestra estar preparada para afrontar dramas de gran calibre, ya sea en televisión o en la gran pantalla.
Amanda Knox y Monica Lewinsky comparten más de lo que podría parecer a simple vista. Ambas fueron protagonistas de escándalos mediáticos que desataron una cobertura sin precedentes, donde su imagen y vida privada fueron diseccionadas hasta el exceso, convirtiéndolas en personajes públicos antes que en personas reales. Knox, acusada en Italia del asesinato de Meredith Kercher, y Lewinsky, centro del caso Clinton-Lewinsky en la Casa Blanca, vivieron el peso del escrutinio global, el sensacionalismo y el estigma social. Ahora, ese paralelismo se refuerza con la implicación de Lewinsky como productora en la serie sobre la historia de Knox, un gesto que une sus trayectorias bajo una misma reflexión: el precio humano de ser juzgada por la opinión pública antes que por la justicia.
La serie arranca con fuerza: tras el recurso de los latidos, un montaje frenético de menos de diez minutos, narrado en voz en off por la propia Amanda Knox (que complementa la visión de ella durante todo este proceso), resume su llegada a Italia, presenta a los personajes clave y reconstruye la noche anterior al asesinato de Meredith Kercher.
En los dos primeros episodios se muestra cómo Amanda pasó de ser una testigo más a la principal sospechosa, junto a su pareja Raffaele Sollecito y Patrick Lumumba, dueño congoleño del bar donde trabajaba, quien fue acusado y detenido tras una confusa declaración que años después llevó a Knox a ser denunciada por difamación. La trama aborda el mediático juicio en Italia, basado en pruebas cuestionables, especialmente una supuesta evidencia de ADN duramente criticada por expertos por mala gestión y posible contaminación.
Sin coartada sólida, sin un motivo claro y con testigos poco fiables, el caso se desmoronó hasta que en 2015 la Corte Suprema italiana anuló la condena por «errores impresionantes» e insuficiencia probatoria. Todo ello estuvo acompañado de un tratamiento mediático feroz, que en Italia la retrató como 'Foxy Knoxy' en una narrativa sensacionalista y sexista, mientras gran parte de la prensa estadounidense denunciaba un juicio injusto y lo comparaba con una caza de brujas moderna. Una revisión necesaria de una historia mal contada que, casi dos décadas después, sigue dando de qué hablar.
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