Memoria Histórica

Inventario sobre trabajos forzados y sus construcciones en el franquismo

El ministro Torres: «Queremos saber cuántas personas eran, qué obras se hicieron y dar transparencia»

La alcaldesa de Soto del Real, Noelia Barrado (c), el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres (2d), y el delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Francisco Martín (d), visitan el destacamento penal de Chozas de la Sierra, a 3 de enero de 2024, en Soto del Real, Madrid (España).
La alcaldesa de Soto del Real, Noelia Barrado (c), el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres (2d), y el delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Francisco Martín (d), visitan el destacamento penal de Chozas de la Sierra, a 3 de enero de 2024, en Soto del Real, Madrid (España). Jesús HellínEuropa Press

Entre 1942 y 1950, bajo un sistema de redención de penas, pasaron por el destacamento penal de Chozas de la Sierra (Madrid) mas de 2.000 prisioneros republicanos que construyeron 19 kilómetros del puente de ocho ojos de Soto del Real, que conectaba el ferrocarril de Madrid con Burgos, de los 6.000 que trabajaron en la construcción de la línea entre Chamartín y Lozoya.

En el enclave llegaron a vivir y formarse familias, ya que las esposas de los presos tenían permiso para residir en el destacamento, que ayer visitó el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, y del que solo quedan los pilares y un poema anónimo escrito a mano por uno de los presos. La asociación local Chozas de la Sierra realizará actividades de divulgación histórica con una subvención de 4.000 euros a cargo del ministerio.

Es un ejemplo de la actividad que quiere impulsar en este terreno el ministro canario, quien anunció una investigación sobre los trabajos forzados durante el franquismo para elaborar un censo de víctimas y un catálogo de edificaciones. «Con este inventario que queremos realizar en el año 2024, queremos saber cuántas personas eran, qué obras se hicieron y dar transparencia y respuesta a todo ello», explicó. En declaraciones a los periodistas, afirmó también que «la Ley de Memoria Democrática debe ser desarrollada» y que para eso «hay que tender la mano a todos los grupos políticos».

Durante la visita, Torres recordó las penalidades de quienes «sufrieron presidio» y «trabajos forzados» en este y otros lugares de España durante el franquismo «por razones tan magníficas como defender la libertad y la democracia». A su juicio, «no cabe en ninguna civilización europea y en ningún pueblo que haya sufrido exterminio, fascismo y genocidio, que haya quien defienda todo ello y, por tanto, lo que hay que hacer con respecto a los vestigios franquistas es de manera unánime, retirarlos y para ello necesitamos la colaboración de todas las instituciones. Esto no debe ser una cuestión de un gobierno».

El presidente de la Fundación Franco:

"Propondría demoler las 556 presas, los 300 pueblos de colonización, las universidades laborales, las vías electrificadas, los Nuevos Ministerios en Madrid, los astilleros gallegos o las industrias"

Por su parte, el presidente de la pendiente de ilegalización Fundación Nacional Francisco Franco (FNFF), Juan Chicharro, asegura a este diario que «apenas existe constancia verídica de lo que puedan contar», y que «a los diez años de finalizada la guerra, la población reclusa no llegaba a 10.000 personas». El general en la reserva defiende que «puestos a eliminar vestigios de construcciones franquistas yo les propondría demoler las 556 presas construidas; los más de 300 pueblos de colonización; las universidades laborales; las industrias implantadas en Cataluña y Vascongadas; las vías electrificadas; los Nuevos Ministerios en Madrid; los astilleros gallegos para la construcción naval; que derribaran toda la repoblación forestal y, por supuesto, todas las intervenciones hospitalarias… sería una buena tarea».

En el entorno serrano se pueden ver hoy en día los restos de chabolas construidas por los presos y donde vivían con sus familias. Lucía Díaz, que nació en ese destacamento, participó ayer en la visita.

Como explicó el ministerio en una nota informativa, en la construcción de la línea ferroviaria Madrid-Burgos trabajaron y vivieron presos y sus familias en nueve destacamentos madrileños: Chozas de la Sierra; Bustarviejo; Garganta de los Montes o Lozoyuela; Valdemanco; Miraflores de la Sierra; Colmenar Viejo; Fuencarral; Chamartín y Las Rozas.

70 kilómetros de vías con trabajos forzados

En la construcción de la línea ferroviaria Madrid-Burgos trabajaron y vivieron presos y sus familias, recluidos en nueve destacamentos: Chozas de la sierra, Bustarviejo, Garganta de los Montes o Lozoyuela, Valdemanco, Miraflores de la Sierra, Colmenar Viejo, Fuencarral, Chamartín y Las Rozas.

Con los trabajos forzados entre 1941 y 1955 se levantaron 70 kilómetros de infraestructura ferroviaria. La vía se proyectó en 1928, pero las obras sufrieron retrasos durante la II República. Se retomaron las obras después de la Guerra Civil. Aunque se finalizaron en 1955, el ferrocarril no se inauguró hasta 1968.