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Estocolmo, una urbe tejida de historia y modernidad

La capital sueca sorprende al viajero con su bonita geografía salpicada de puentes y obras de arte

Vista panorámica del corazón de la ciudad
Vista panorámica del corazón de la ciudadDreamstimeDreamstime

Atrevida, elegante y extrañamente discreta para todo lo que atesora. Así presentamos Estocolmo, una ciudad fascinante que se caracteriza por su geografía única y sus majestuosos monumentos cargados de historia. La capital sueca se define, sin duda alguna, como una preciosa urbe bañada por el agua, ya que muchos de sus barrios se extienden sobre 14 islas que se unen entre sí por más de 50 puentes. Como ya hemos indicado, su geografía es única.

Conocida, entre otras cosas, por ser la cuna de los premios más prestigiosos del mundo, los Premios Nobel, Estocolmo desprende arte y cultura en cada rincón. Un claro ejemplo de ello es que la que está considerada la galería de arte más larga del mundo se encuentra aquí: el metro de Estocolmo. Sigamos enumerando algunos de sus alicientes más seductores para el viajero, como son la Catedral de San Nicolás, el Palacio Real, el Museo Nobel, el Museo Skansen o el Museo Vasa, entre otros, por no hablar de que alberga lugares tan especiales que son el sueño de adultos y pequeños, como el Gröna Lund, el parque de atracciones más antiguo de Suecia.

Iniciemos nuestro recorrido por el corazón de Estocolmo, Gamla Stan, la Ciudad Vieja. En ella residen los orígenes de Estocolmo. Su punto neurálgico es la Plaza Startorget, una pequeñita y encantadora plaza flanqueada por edificios señoriales, entre los que se encuentra el que alberga el Museo Nobel, el Börshuset, que fue el edificio antiguo de la bolsa sueca, y hoy día es una interesante visita para conocer la historia de los famosos Premios Nobel. Desde esta plaza se pueden explorar las sinuosas callejuelas de Gamla Stan que llevan a los monumentos más icónicos de la ciudad.

Un imperdible es el Palacio Real, residencia oficial de la monarquía sueca. Esta impresionante construcción, realizada sobre lo que fue un antiguo castillo medieval, data del siglo XVIII y es una de las residencias reales más grandes de Europa. En su visita se pueden recorrer los apartamentos reales, el salón de banquetes, la capilla real, la biblioteca; también un interesante museo, que muestra los restos del castillo Tre Kronor, o la sala del tesoro, donde se guardan las mejores joyas de la Corona. A muy pocos metros se encuentra el Parlamento, otro imprescindible, no obstante, vamos a detenernos en la Catedral de San Nicolás. Aparece por primera vez en escritos históricos alrededor de 1279, adentrarse en ella es hacerlo en una parte muy importante de la historia de Estocolmo. En su interior se han celebrado coronaciones, bodas reales y otros eventos muy relevantes de los que han sido testigo sus paredes de ladrillo y techos abovedados; por otro lado, en ella destaca la famosa escultura medieval de San Jorge y el Dragón, que simboliza la victoria de Suecia sobre Dinamarca, y la pintura más antigua de Estocolmo, la Vädersolstavlan, que representa un peculiar fenómeno astronómico de la Edad Media.

Otras paradas recomendables en Gamla Stan son la Plaza Kornhamnstorg, con unas bonitas vistas al mar y un agradable ambiente en sus terracitas, ideales para tomar algo; la Iglesia Riddarholmen, que altera el skyline de la capital con su bonita torre de aguja; y una de las calles más famosas de Suecia, el Callejón de Mårten Trotzigs, una angosta callejuela de 90 cm de ancho que es la más estrecha de Estocolmo.

El agua caracteriza el paisaje de la capital sueca
El agua caracteriza el paisaje de la capital suecaDreamstimeDreamstime

Otras de las visitas esenciales en la seductora capital sueca

Como hemos señalado al principio, Estocolmo desprende arte y cultura, y uno de los enclaves en los que más se aprecia es en la isla de Djurgården, donde se encuentran la mayoría de sus museos más relevantes. Uno de ellos es el Museo Skansen. Es un museo al aire libre cuyo fin, en sus más de 30 hectáreas, es mostrar el modo de vida de los suecos durante los últimos siglos, es decir, es una réplica de antiguas casas, granjas, tiendas de artesanía…, el recorrerlo es sumergirse en el pasado de Suecia. Otro de sus museos, muy conocido entre los amantes de lo náutico, es el Museo Vasa, en el que se puede ver el buque del siglo XVIII mejor conservado del mundo; como dato, fue rescatado del mar 333 años después de su hundimiento. En la visita a esta isla es muy recomendable visitar el ya citado Gröna Lund, antiguo parque de atracciones inaugurado en1883, es perfecto para disfrutar tanto si viaja con niños como si no.

En este punto, y ante la evidencia de que es muy difícil detallar todo lo que ofrece Estocolmo en un solo artículo, damos unas pinceladas a lugares de referencia en Estocolmo: el ayuntamiento, uno de los edificios más bellos y simbólicos, ya que alberga la Sala Azul, sede del banquete anual de los Premios Nobel; el barrio de Södermalm, el más alternativo de la ciudad, en él se respira un ambiente bohemio, distendido y artístico enmarcado por sus tiendas vanguardistas, cafeterías eclécticas y sus pintorescas calles que han sido escenario en la literatura, como, por ejemplo, las novelas de la saga Millenium; también, entre los muchos puntos de interés, es destacable el barrio más elitista, Östermalm, que se caracteriza por sus enormes caserones y establecimientos, la mayoría del siglo XVII, de exquisita arquitectura.

Por otro lado, dedicamos unas líneas a algo que creemos que es un gran reclamo para los amantes del arte, ya que Estocolmo alberga la que es considerada la galería de arte más larga del mundo: sus más de 110 km de túneles de metro. Inaugurado en 1950, el metro de Estocolmo cuenta en unas 90 de sus 100 estaciones con fabulosos mosaicos, pinturas, esculturas y montajes artísticos, actualmente hay tours guiados que conducen por estas obras de arte y en los que, al transcurrir bajo tierra, se despierta la sensación de estar realizando una expedición arqueológica moderna para descubrir secretos y sorpresas. Créanos, esta visita es una experiencia que no defrauda y que no deja indiferente a nadie.

En conclusión, si tuviéramos que describir en pocas palabras qué ofrece Estocolmo al viajero, sería que es una ciudad donde la naturaleza ha dibujado una orografía única por las brillantes aguas que la bañan y que la mecen y en las que se reflejan la sesgada y preciada luz del norte, sin olvidar de que es la prueba fehaciente de que la historia y la modernidad pueden convivir en perfecta armonía.