Contestación social

La otra batalla de Trafalgar: «no» a la explotación del faro

Los vecinos se movilizan contra la decisión de la Autoridad Portuaria, que ha anunciado una concesión para un centro de interpretación y un restaurante

Faro de Trafalgar
Faro de TrafalgarLa RazónLa Razón

Hace más de un siglo, el 21 de octubre de 1805, Trafalgar servía de escenario para una de las batallas navales más trascendentes de la historia de España y Europa. Las flotas española y francesa –33 navíos– sufrieron en sus aguas una inesperada y sangrienta derrota –se perdieron casi cinco mil vidas– frente a las embarcaciones (27) lideradas por el almirante británico Horatio Nelson. Hecho que abrió un nuevo tiempo en la historia naval europea y mundial, acabando con las aspiraciones de Napoleón de invadir Inglaterra.

Desde entonces, el cabo de Trafalgar ha sido un icono histórico, que no solo se ha mantenido en el tiempo, sino que, en lo sentimental y paisajístico, ha ido cobrando una extraordinaria fuerza para quienes, sobre todo, habitan su paradisíaco entorno y, por otra parte, quienes lo han convertido en casi una constante de sus escapadas.

Cabo en el que, de forma especial, destaca su faro, construido casi cincuenta años después de dicho enfrentamiento (1860), y que, como mirador y vigilante de las aguas de Los Caños de Meca, tomó el relevo de la antigua torre almenara, cuyos restos aún son visibles.

Solitario desde hace unos años (Luis García Cernuda fue su último farero; 37 años), el faro y su entorno han sido en los últimos tiempos referente de recreo y relax para multitud de personas (en su horizonte se dibuja uno de los atardeceres más bonitos que existen), algo que vecinos y visitantes ven peligrar ahora con el desarrollo de un proyecto de explotación en la que fue la casa del farero.

Alerta que, por otra parte, se disparó días atrás con la presencia de excavadoras en el entorno del faro y que, definitivamente, impulsó una recogida de firmas a través de las redes en contra de «toda explotación comercial» y a favor de «garantizar su conservación como patrimonio histórico abierto al público».

Si bien es cierto que la Autoridad Portuaria Bahía de Cádiz ha disipado el temor de los vecinos a que en dicho edificio se vaya a desarrollar un proyecto de alojamiento, ésta ha anunciado una «concesión administrativa a la empresa Pentágono Colón, S.L para la puesta en marcha de un restaurante y un centro de interpretación en la edificación del Faro de Trafalgar (Barbate)».

El proyecto

Concretamente, ha señalado que «el centro de interpretación se dividirá en dos espacios. Uno interior, con una superficie de 100 m², donde se distribuirán varias salas expositivas relativas al propio faro y a la histórica batalla de Trafalgar; y otro exterior complementario, donde también se analizarán la flora y fauna autóctonas, entre otros conceptos». Desarrollo que contará con una inversión de 123.600 euros.

Asimismo, el faro acogerá un restaurante, a cuyo frente estará el «chef Germán Franco, fundador de varios restaurantes en Sevilla, que plantea una carta con productos propios de la zona y de Andalucía, con especialidad en arroces y variedad de carnes y pescados». Este dispondrá de «terraza exterior, comedor interior y barra para aperitivo».

La Autoridad Portuaria también ha aclarado que «la zona de aparcamiento es exterior a la concesión, por lo que se restringe el acceso de vehículos, a excepción del servicio de traslado en determinadas temporadas que ofrecerá la propia empresa con vehículos en su mayoría eléctricos».

Con una inversión total de 838.850 euros, «plantea la contratación de 22 personas residentes en el ámbito de influencia del faro para la temporada baja que, en temporada alta puede llegar a 41, así como la posibilidad de contratación de personas mayores de 50 años, en situación de riesgo de exclusión social y paridad en la plantilla».

Por otra parte, entre las mejoras ofrecidas por el concesionario (periodo de 15 años, posible prórroga de 5 más), «destaca un plan específico de limpieza de arenas en la carretera del faro y mejoras en la torre».