Retirada

El ocaso del creador de la «Arcadia roja»

Sánchez Gordillo, el líder jornalero que ha convertido Marinaleda en el último reducto comunista, se retira

El alcalde de Marinaleda (Sevilla), Juan Manuel Sánchez Gordillo, no se presentará a las municipales
El alcalde de Marinaleda (Sevilla), Juan Manuel Sánchez Gordillo, no se presentará a las municipalesLa RazónLa Razón

La figura del alcalde de Marinaleda (Sevilla), Juan Manuel Sánchez Gordillo, siempre ha estado envuelta en un halo de misticismo. Este hijo de albañil ejerció de maestro en su pueblo durante cuatro años, pero pronto comenzó su particular «activismo agrario». Se ha mantenido en la Alcaldía durante 44 años, encadenando mayorías absolutas desde las primeras elecciones democráticas tras el franquismo, y ahora le llega el momento de la retirada debido a varios achaques de salud y dejando atrás una innumerable ristra de acciones reivindicativas que han forjado su leyenda.

Este líder jornalero ha convertido Marinaleda en una particular «Arcadia roja». Un reducto comunista donde sus vecinos, algo más de 2.000, colaboran en la limpieza de las calles y en el arreglo de los jardines. Son los denominados «domingos rojos», sin salario y en días libres. En Marinaleda no hay problemas habitacionales. El Ayuntamiento cede los terrenos y son las propias familias las que levantan sus viviendas. Un modelo de autoconstrucción y cooperativismo que le ha sido rentable electoralmente. Además, gran parte de la población trabaja en la cooperativa El Humoso, dedicada a las conservas. Se trata de una finca propiedad de la Junta de Andalucía cedida a los vecinos en los años 90. El Consistorio ya ha iniciado los trámites para convertirla en municipal, sin pagar por ella.

Quien ose mostrarse contrario a los postulados del alcalde no goza de una vida plácida en el pueblo. Algunos críticos han sufrido pintadas en sus viviendas e incluso tienen que abrir negocios en pueblos cercanos. El callejero da buena muestra de la ideología dominante en este enclave de la Sierra Sur sevillana, con nombres como Ernesto Che Guevara, Salvador Allende, Fraternidad y Blas Infante, porque Sánchez Gordillo siempre ha defendido un particular andalucismo jornalero que pide «tierra y libertad». Los jóvenes se divierten en la discoteca Palo Palo, donde tocan los grupos de rock comunistas, y, como alternativa a la Semana Santa, el Ayuntamiento organiza cada año la denominada «semana cultural por la paz», donde las charlas sobre el pueblo palestino se entremezclan con sones flamencos.

El PSOE denunció a Sánchez Gordillo ante la Fiscalía en 2017 porque llevaba un año sin convocar plenos. El regidor aseguró que «continuamente» se celebraban sesiones extraordinarias «sin límite para la presentación de propuestas, preguntas o ruegos» y también «sin límite» a la hora de las intervenciones. El juzgado archivó la causa al considerar que quedaba garantizada la labor de oposición.

Pero su mayor proyección pública la alcanzó con las ocupaciones de fincas y otras protestas en las que reivindicaba un reparto «justo» de la riqueza. Una de las acciones más sonadas fue la ocupación, en 2011, de la finca Las Arroyuelas, en Carmona (Sevilla), propiedad de la Duquesa de Alba. Sánchez Gordillo, su compañero de andanzas Diego Cañamero y miembros del Sindicato de Obreros del Campo (SOC) «asaltaron» esta propiedad en pleno verano. Cayetano Martínez de Irujo, tras cuestionar el trabajo de los jornaleros, tuvo que rectificar y visitó junto al regidor la finca El Humoso, comprometiéndose a «trabajar juntos». También tuvieron bastante eco los asaltos a sendos supermercados de Estepa y Écija. Los participantes se llevaron carros enteros de alimentos y material escolar, que se iban a destinar a varios comedores sociales. La Justicia, finalmente, archivó la causa, enmarcando la acción en el derecho a la huelga.

Ahora, Sánchez Gordillo acude discretamente a un centro de salud a recibir sesiones de rehabilitación. El tiempo y el fulgor reivindicativo le han pasado factura.