Catástrofes

¿Puede un tsunami del Pacífico afectar a Baleares? Un experto advierte sobre el riesgo de maremotos en el Mediterráneo

Aunque el archipiélago balear se encuentra en una zona de baja actividad sísmica, los movimientos en otros países o continentes, dependiendo de su cercanía, pueden notarse en las islas

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Una imagen de un tsunami devorando una ciudad costeraLa Razón

El reciente terremoto de magnitud 8,8 registrado frente a las costas de la península rusa de Kamchatka ha vuelto a poner en el centro del debate el impacto potencial de fenómenos sísmicos en todo el planeta.

Las alertas de tsunami emitidas en numerosos países del Pacífico, desde Japón hasta Hawái y América Latina, no tienen efectos directos sobre el Mediterráneo. Sin embargo, el eco de estos movimientos sísmicos lleva a preguntarse si Baleares podría verse afectada por un fenómeno similar.

Agustí Jansà, meteorólogo e investigador colaborador de la Universitat de les Illes Balears (UIB), ha recordado estos días en una entrevista para el periódico local Última Hora que aunque el riesgo sísmico en el archipiélago balear es bajo, no se puede descartar la posibilidad de maremotos provocados por terremotos en zonas cercanas.

En declaraciones recientes, el experto ha señalado que incluso terremotos de intensidad moderada en regiones próximas, como el norte de África, pueden desencadenar consecuencias importantes en las costas de Baleares.

Un precedente significativo en Argel

Un precedente significativo fue el terremoto de magnitud 7 que sacudió Argel el 21 de mayo de 2003. A pesar de producirse a más de 300 kilómetros de las islas, sus efectos llegaron hasta el archipiélago en forma de maremoto.

En Mahón, más de 70 embarcaciones se hundieron y otras 80 sufrieron importantes daños. En Mallorca, se vieron afectadas zonas portuarias como Portocolom, Cala Rajada, Porto Cristo, Portopetro y Ses Salines.

Jansà explica que los tsunamis no actúan de forma uniforme y que la magnitud del terremoto no siempre se corresponde directamente con la amplitud de las olas que llegan a la costa.

“En alta mar, las olas del tsunami son pequeñas y no representan un peligro. Pero cuando se aproximan a la costa, pueden amplificarse significativamente dependiendo de la forma del litoral”, ha advertido en declaraciones al medio local mallorquín.

Esa amplificación, combinada con ciertos factores topográficos, puede provocar que algunas áreas costeras sufran daños graves mientras otras apenas perciben la subida del nivel del mar.

Las rissagas o meteotsunamis

Consultado sobre si existen puntos más vulnerables dentro del archipiélago, el meteorólogo insiste en que todo dependerá de las condiciones locales de la costa. “No se puede generalizar; lo que determinará el impacto es la configuración geográfica del lugar y la posibilidad de que se genere un efecto de resonancia”.

A este fenómeno se suma otro bien conocido por los baleares: las rissagues o meteotsunamis, olas repentinas y de gran amplitud generadas no por terremotos, sino por condiciones meteorológicas específicas.

Ciutadella es uno de los lugares donde este fenómeno se manifiesta con mayor frecuencia. En varias ocasiones, estas rissagues han superado los cuatro metros de altura, provocando daños en embarcaciones y en instalaciones portuarias.

Zona de baja actividad sísmica

Aunque las Baleares no se encuentran en una zona de alta actividad sísmica, los fenómenos de origen geológico —como los tsunamis— y meteorológico —como las rissagas— forman parte del paisaje de riesgo natural del archipiélago. La clave, según apuntan los expertos, es la vigilancia, la preparación y la concienciación ciudadana ante eventos que, aunque poco frecuentes, pueden tener consecuencias devastadoras.

En definitiva, el riesgo de un tsunami de origen pacífico alcanzando el Mediterráneo es inexistente. No obstante, episodios como el de Argelia en 2003 recuerdan que Baleares no está al margen de los efectos de terremotos relativamente próximos.

Por ello, mantener sistemas de alerta temprana y planes de contingencia es fundamental para garantizar la seguridad de la población costera.