Crisis en el PSOE

Pedro Sánchez, el perdedor que quiere ser presidente del gobierno

Pedro Sánchez, el perdedor que quiere ser presidente del gobierno
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Por Luz Trujillo

Hay una máxima en política para mantenerse en el poder: “Divide y vencerás”, cita atribuida al emperador Julio Cesar. Pedro Sánchez no tiene nada de este personaje histórico, sin embargo, ha conseguido la mayor creando un enfrentamiento interno en el centenario partido socialista, a cuyos dirigentes está dejando muy tocados si no hundidos.

Por el momento, el aún secretario general del PSOE ha convocado para el próximo 1 de octubre el Comité Federal, seis días después de los comicios autonómicos gallegos y vascos. El motivo según Ferraz es minimizar el ruido interno y no dar margen de actuación a los críticos; es decir, no quieren que el conflicto interno pase factura en las urnas, así como dejar poco margen de maniobra a los que quieren desterrarle de la secretaria general.

La revuelta en el seno socialista ha llegado tarde; resulta indignante la actitud de un partido de derrotados que ha dejado demasiado margen de maniobra a su secretario general con tal de que no gobierne el Partido Popular, con la consecuente inestabilidad política que terminará pasándonos factura.

Con este escenario cada vez más parecido a la commedia dell’arte, —cuyo personaje Polichinela podría ser Pedro Sánchez— todo es posible y Podemos también tiene su papel en esta representación, o bien como aliados o por el contrario como enemigos.

Pedro Sánchez puede volver a intentar su investidura con Podemos.Juntos una vez más no suman y menos después del descalabro en las elecciones del 26-J, sin embargo sumarian con el PNV que ha contado hasta ahora con el PSE para gobernar. La antigua CiU del tres por ciento ya ha manifestado que no quiere que gobiernen los que quieren llevarlos a la cárcel. En cuanto a ERC, este es un hueso más duro de roer, pero no es descartable que también sume, si pospone sine die el referéndum de autodeterminación. Se trata como he dicho anteriormente de que no gobierne el Partido Popular y en eso todos están de acuerdo, luego ya veremos.

El paso siguiente sería presentar el acuerdo ante el Comité Federal con la baza de la renuncia momentánea de los independentistas en su derecho a decidir; y si aún así no acepta los términos volver a poner encima de la mesa la temida consulta a las bases. ¿Es un disparate? Sí, pero no descartable en el mundo de Pedro Sánchez, como tampoco lo es unas terceras elecciones; si seguimos el hilo de su mundo virtual, da por hecho la remontada a costa del rescate de votos a un Podemos que tiene enfrentados a Iglesias y Errejón. Si éste último ganara la batalla sería más fácil tener su apoyo, y por ende que Ciudadanos retomara el pacto de El Abrazo.

Ninguna de estas opciones es buena para España. Aunque finalmente consiguiera su propósito no dejaría de ser un fracaso que pagaríamos caro todos los españoles. Mi conclusión es que si Sánchez pudiera ser directamente ex-presidente del gobierno nos ahorraríamos muchos problemas.