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La fórmula Cifuentes

No se trata ni de logaritmos cuánticos, ni de derivadas, ni de ecuaciones polinómicas, sino de algo mucho más sencillo: cumplir con la palabra dada o, lo que es lo mismo, hacer realidad que el voto de cada afiliado cuente, un uno más uno más uno más uno que da un resultado exponencial.
La llamada fórmula Cifuentes revolucionó el pasado domingo 13 las sedes del Partido Popular de todo Madrid y fue el reflejo de lo que estamos viviendo en estos previos al 16 Congreso Regional, que dicho sea de paso, se está convirtiendo en el más participativo, diverso e inquieto de cuantos se han celebrado hasta la fecha. Primero, por la elección directa de uno de los dos candidatos a la presidencia del partido Regional, como digo; después, por la discusión sobre las ideas que se está fraguando en los textos de las ponencias que se votarán el próximo fin de semana.
La fórmula es, además de sencilla, democrática, algo, por cierto, que se nos había olvidado entre las bases, más acostumbradas a los conjuntos disjuntos que a tener en cuenta los elementos comunes de las intersecciones. En lo que va del nuevo PP, las incógnitas se han sustituido por voces diversas con diversas voces y las ecuaciones se han simplificado. Que a algunos esta matemática básica aplicada les provoque cierta urticaria vital no debe despistarnos, ni acomplejarnos, ni amedrentarnos. Si acaso, nos merecemos respirar aliviados, porque, por fin llegó lo que esperábamos. Véanse, si no, las casi 1.000 enmiendas a las 4 ponencias enviadas directamente por los afiliados de la Comunidad de Madrid a golpe de click, a las que debemos añadir el mismo número de negociaciones y acuerdos para redactar los textos finales. Un lujo, vamos.
Ya que estamos en estas, me voy a permitir la licencia de dar las gracias a todos y cada uno de esos afiliados que quieren ser factores de la suma. Sí, a todos, también a los guerreros, a los extremos, a los conciliadores, a los rebeldes, a los comprensivos, a los humildes, a los cansinos, a los que piensan como yo y a los que no.
Como ponente de una de las enmiendas, he de reconocer que lograr el consenso es agotador y chupaenergía, pero también he de confesar que es mi medio. Aunque parezca un flipe y salvando todas las distancias que hay, me siento como Galileo Galilei observando el Universo, creando ciencia sin saberlo y formando parte de la revolución del pensamiento. Exageraciones aparte, o no, debemos ser conscientes del momento histórico que vivimos en el Partido Popular de Madrid y de que, quienes estamos formando parte activa de esta transformación, debemos contarlo, disfrutarlo y difundirlo.
Mientras tanto, a Cristina Cifuentes, la creadora de toda esta transgresión tan perversa (si esto diera para emoticonos, a continuación elegiría el del guiño y lengua fuera), se le ataca desde un sector atascado en un pasado glorioso que fue y/o acabado que es. ¡Ojo, que no lo critico! Al contrario. Si está bien que sea, que se note su presencia. Porque a ver qué seríamos si comenzáramos este camino seleccionando a quien quiere andarlo por otra senda. Malamente.
Insisto y ya acabo. Este fin de semana, en el 16 Congreso del PP de Madrid, se va a vivir el colofón de un nuevo comienzo. Tan seguro estoy de ello, que me comprometo a explicarlo en un vídeo grabado desde el Hotel Marriot Madrid Auditorium –allí vamos a estar viernes 17 y sábado 18-, para la próxima entrada de este blog.
Ya verás cómo la fórmula Cifuentes es la que más sumas arranca (emoji de sonrisa amplia).
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