El secreto prehistórico de Cantabria: una aventura entre mamuts, cuevas y naturaleza para disfrutar en familia este verano

Con la llegada del verano y las vacaciones escolares a la vuelta de la esquina, encontrar planes que entusiasmen a toda la familia puede parecer un desafío. Pero en el corazón de Cantabria se esconde una joya que convierte cualquier día en una aventura inolvidable: el Parque Paleolítico de la Cueva del Valle.

A solo unos pasos de la civilización, pero con la sensación de haber viajado miles de años atrás, este sendero mágico nos lleva por un recorrido en plena naturaleza donde la historia cobra vida. Un plan perfecto para escapar del calor, conectar con el entorno y, sobre todo, compartir tiempo de calidad en familia.

La ruta tiene una duración aproximada de dos horas y media y está pensada para que tanto niños como adultos disfruten a su ritmo. El camino, de fácil acceso, discurre entre robles, chopos y la frescura del río del Silencio, cuyo murmullo acompaña a los visitantes desde el inicio. El sendero ofrece varias sorpresas: un antiguo lavadero mineral, la boca de una mina abandonada y hasta un puente de madera que cruza el río, aunque los más intrépidos pueden cruzarlo saltando entre piedras.

Pero el momento que deja sin palabras a los más pequeños, y saca el móvil del bolsillo a los mayores, llega cuando, casi sin avisar, aparece un enorme mamut a tamaño real entre los árboles. Nadie se resiste a la foto.

Una lección en la naturaleza muy divertida

A lo largo del recorrido, paneles informativos nos van situando en el tiempo y el espacio: cómo vivían nuestros antepasados, qué animales compartían este valle con ellos y qué especies vegetales han sobrevivido hasta hoy. Una auténtica lección de historia natural al aire libre.

Y como colofón, al final del sendero, se abre ante los visitantes la imponente entrada de la Cueva del Valle, uno de los sistemas subterráneos más extensos de Europa, con más de 60 kilómetros de galerías. Aunque solo los expertos en espeleología pueden adentrarse en su interior, el exterior ofrece una vista sobrecogedora. Basta una linterna para asomarse y dejar volar la imaginación.

Descubierta en 1905 por el padre Lorenzo Sierra, esta cueva ha sido testigo del paso del hombre desde hace miles de años. En su interior se han identificado restos de diferentes fases del Paleolítico, lo que la convierte en uno de los enclaves arqueológicos más importantes de la región.

Si buscas un plan que combine aventura, naturaleza, historia y emoción, el Parque Paleolítico de la Cueva del Valle es ese destino sorpresa que hará que tus hijos hablen del verano de 2025 durante mucho tiempo. Solo necesitas ganas de viajar en el tiempo. Además esta abierta todo el año.