Bomberos y policías locales se preparan frente al alza de las conductas suicidas

El suicidio se ha convertido ya en la principal causa de muerte no natural en España, por delante de los accidentes de tráfico desde hace varios años. Los últimos datos que se disponen, de 2021, revelan que en nuestro país se quitaron la vida 4.003 personas, la mayoría de ellos hombres, de los cuales 236, 168 hombres y 68 mujeres, se produjeron en Castilla y León, lo que supuso un 3,5 por ciento más que un año antes.

Una Comunidad, por cierto, en la que los suicidios no han parado de incrementarse desde 2017, y en la que preocupa sobremanera el aumento detectado de conductas suicidas en las llamadas de teléfono que recibe el servicio de emergencias 1-1-2.

De hecho, durante el pasado año fueron 3.600 las llamadas atendidas por esta causa, en lo que supone un aumento significativo respecto a ejercicios anteriores, pero es que este año tampoco le va a la zaga. De hecho, según datos de Protección Civil Castilla y León, en el primer semestre de este 2023, o lo que es lo mismo, hasta julio, el servicio de emergencias ha recibido casi 1.750 llamadas por intento de suicidio.

Frente a este problema de complicada solución, el Gobierno que preside Fernández Mañueco en Castilla y León está intentando dar respuesta desde la formación, preparando más y mejor en lo psicológico a personas y Cuerpos que viven este fenómeno en primera persona como bomberos y policías locales, para que sepan cómo actuar en la primera intervención ante una persona que amenaza con quitarse la vida.

Y es que los policías locales que patrullan las calles y los bomberos de servicio son recursos del sistema de protección civil de gran valor para abordar la primera intervención frente a una conducta suicida por la rapidez con la que pueden llegar a la escena. Por ello, la Agencia de Protección Civil y Emergencias ha organizado el curso «Actuaciones en conductas y riesgos suicidas» impartidas por personas del Colegio de Psicología de Castilla y León, en el que han participado 72 bomberos y 63 agentes de la Policía Local.

Autoprotección

Durante el curso, policías y bomberos han profundizado en la comprensión de qué es el suicido y cómo gestionar la actitud suicida de la persona con la que se va a tener que interactuar, pero también en su propia protección como intervinientes. En este sentido, se les prepara psicológicamente para enfrentarse a una situación que provoca un gran estrés poniendo en práctica habilidades de autoprotección psicológica.

Los participantes, además, ahondan en el conocimiento de la conducta suicida, y se presta especial atención al suicidio en personas mayores, según apuntan desde la Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Vivienda. Igualmente, en esta formación, los policías y bomberos analizan el tratamiento que hacen del suicidio los medios de comunicación, y se dedica un espacio de estudio a la atención telefónica de las conductas suicidas.

Y, para finalizar, se hace hincapié en los tres protocolos existentes: cuando el acto suicida está en curso; cuando el consultante refiere el suicidio de un familiar; y cuando se trata de conductas autolíticas.

Todo ello para favorecer que todas las actuaciones sean homogéneas y la toma de decisiones sea más rápida también.