Desarrollo rural

El enoturismo como seña de identidad y motor económico

Valladolid se posiciona como referente del sector en la quinta edición de FINE que reúne a 140 bodegas y rutas de España, Portugal e Italia y a touorperadores de 23 países

Veganzones, Carnero, Víctor Alonso o Blanca Jiménez, entre otros, en la apertura de la Feria FINE
Veganzones, Carnero, Víctor Alonso o Blanca Jiménez, entre otros, en la apertura de la Feria FINEIcalIcal

Más de 140 bodegas y rutas de vino de España, Italia y Portugal, además de 84 touroperadores de 23 países están participando en Valladolid en la Feria de Enoturismo (FINE), la más internacional de las cinco que se han celebrado hasta ahora.

Un evento en el que Valladolid se ha vuelto a posicionar como una provincia vitivinícola por excelencia de la mano de las cinco denominaciones de origen de vino con las que cuenta, pero también como un destino enoturístico de referencia que es seña de identidad y motor económico de relevancia a través de las bodegas y un potente sector hotelero, de servicios y de restauración muy potente. Un sector aúna la cultura del vino y la gastronomía con el turismo a las bodegas y al patrimonio artístico y cultural de las comarcas donde se elabora, en el que participan 800 de las 4.000 bodegas que hay en España y en el que Castilla y León y la provincia de Valladolid son referentes

El consejero de Industria, Comercio y Empleo, Mariano Veganzones, inauguraba este miércoles esta nueva edición de FINE junto al alcalde de la ciudad, Jesús Julio Carnero, y el vicepresidente de la Diputación de Valladolid, Víctor Alonso, quienes coincidieron en señalar la importancia que ha cogido ya esta feria, en la que se pretenden superar los dos mil encuentros entre profesionales, bodegueros y touroperadores que están presentes en la capital del Pisuerga.

Es el caso de la directora de la Ruta del Vino «Sapori del Etna», Marika Mannino, quien se ha marcado como reto en esta feria promover la isla de Sicilia de la mano de sus bodegas, los productores de aceite de oliva, los hoteles o el agroturismo, el caso o del bodeguero italiano Patrizio Chiacchiarini, de «Azienda Sartarelli», para quien el turismo del vino enoturismo es una oportunidad para descubrir su región.

Como novedad, en esta edición de FINE se ha colado por primera vez la sidra asturiana, un sector que también está apostando por el enoturismo cada vez más, sobre todo desde la pandemia.

La presencia portuguesa mantiene en 2024 su relevancia, en torno a 40 destinos, con bodegas como Quinta da Pacheca, las rutas de Porto e Norte y Centro de Portugal y una treintena de empresas que acudirán de la mano de Viniportugal.

Por otro lado, los contenidos de Befine analizarán este año los diferentes modelos de enoturismo que triunfan en el mundo y cuáles son los aliados para el desarrollo y consolidación de un territorio como destino enoturístico.

El consejero llamaba a todas las bodegas de la Comunidad a sumarse al turismo del vino a «porque es un valor añadido fundamental para crear riqueza, retener talento y que la economía crezca», decía, mientras que el primer edil de Valladolid ponía en valor el potencial de la feria para los territorios como escaparate para el mundo, y reafirmaba su compromiso con el proyecto de parador vinculado al vino en el convento de Las Catalinas, a pesar de que no está encontrando colaboración en el Gobierno de España.

En la segunda jornada del FINRE que se celebrará este jueves será el turno de conocer casos concretos de la mano de bodegas y territorios de España, Portugal e Italia. Be Fine 2024 concluirá con una mesa redonda que enlaza enoturismo con literatura, cine y teatro.