Sociedad
La escapada perfecta por el pueblo de León que parece un fiordo noruego
Ofrece una postal paradisíaca, con los altos picos de la montaña oriental leonesa reflejados en sus aguas
Sin salir de España, uno puede encontrarse muy cerca de los parajes helados donde vive Papa Noel. Y es que hay un municipio de la provincia de León que cuenta con una estampa más típica de Finlandia o de Noruega. Riaño es un pequño pueblo que se asemeja y mucho a las Islas Lofoten, a los pies del embalse que se asemeja más a un fiordo y entre montañas.
Riaño se encuentra situado en la confluencia geográfica de los dos ríos que forman el Esla en un solo cauce. Las cabeceras del Esla y el río Yuso donde se encuentra, forman un extenso conjunto montañoso muy accidentado, de elevada altitud media y cubierto por un tapiz vegetal en el que alternan pastizales, brezales y piornales con magníficos restos de bosques de hayas y robles. Todo ello le valió el reconocimiento como área natural protegida bajo la denominación de Parque regional Montaña de Riaño y Mampodre.
Las rocas del sustrato son todas muy antiguas, de edad paleozoica, principalmente cuarcitas cámbricas y ordovícicas y conglomerados carboníferos y calizas devónicas. Intensamente deformadas por las orogenias herciniana y alpina, aparecen falladas, plegadas y montadas unas sobre otras, en contactos y sucesiones discordantes. Además, estas rocas mantienen un diferente comportamiento ante la erosión, de tal forma que la red fluvial ha ido vaciando y labrando amplias vegas de fondo plano sobre las pizarras carboníferas, rocas deleznables y poco competentes, y dejando en resalte cuarcitas y calizas, mucho más duras y compactas que únicamente han permitido a los ríos abrir estrechas hoces y "conjas". Buenos ejemplares de valles amplios y fértiles son las vegas de Acebedo, Burón y Prioro y, sobre todas, la de Riaño, anegada hoy por el embalse.
Riaño se encuentra en una zona conocida como los Fiordos Leoneses y, gracias a su imponente belleza natural, a mediados del siglo pasado se la llamaba la “Suiza Española”. Con esto ya uno debe imaginarse la imagen de la postal que caracteriza a Riaño: agua, montaña y un colorido pueblo ubicado a los pies del embalse. Definitivamente, se trata de una de las estampas más bonitas de la provincia.
Se sitúa en plena Cordillera Cantábrica, dentro de la histórica comarca Montaña de Riaño, y protegido por el Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre. Dicho espacio protegido es la antesala del famoso Parque Nacional de Picos de Europa, uno de los escenarios naturales más sorprendentes de España.
Antes de la construcción del embalse, el municipio se encontraba en lo profundo del valle. Hoy en día, se alza sobre una loma que hace que su arquitectura se eleve por encima del nivel del agua. A ello también contribuye el gran viaducto que da acceso a la zona oriental asturiana y al puerto de San Glorio, que comunica la provincia leonesa con Cantabria.
¿Qué ver en Riaño?
El pueblo leonés cuenta con numerosos atractivos turísticos, sobre todo patrimoniales y naturales, entre los que destacan el Valle de Anciles, que es sinn duda uno de los rincones más bonitos y aislados de la montaña de Riaño. Impresionantes formaciones de roca caliza, infinitos bosques de hoja caduca, fauna salvaje única y además una de las primeras reservas de Bisonte Europeo con animales en estado de semilibertad, donde conviven con el resto de fauna autóctona y sin apenas intervención humana.
Además cuenta con una ruta senderista que comienza en el pueblo de Liegos, que llevara a uno de los pocos valles vírgenes que quedan en la provincia de León. De Liegos, sale una pista que por el Valle de San Pelayo que va al pueblo de Lois, y al cabo de unos seis kilómetros se llega a la collada de Anciles, punto más alto del recorrido. Desde ahí se toma la pista que sale a la izquierda y tras pasar una valla, se entra en el valle de Anciles, zona protegida. Descendiendo por esta pista, el valle se abrirá a la derecha, en una planicie de pastos y bosque, en la que se puede ver si vamos en silencio especies como: Corzo, Cabra Montesa, Zorro, Rebeco, Jabalí, Águila, Buitre, Perdiz… Cerrando al sur la mole de las Peñas Pintas y el Pico Llerenes.
Mas abajo, donde el valle se estrecha, pasaremos de nuevo la valla y tras esta, se encuentra un arroyo de agua fresca y cristalina, en la cual llenar nuestras cantimploras. Seguidamente se vuelve a abrir el valle con la impresionante cola del pantano, que se recorrerá por su orilla izquierda, hasta su unión con el cañón de Bachende y las moles calizas del Pico Gilbo y el Cueto Cabrón.
Ascensión al Pico Gilbo: Son muchas las rutas de senderismo que se pueden realizar por la zona, pero una de las más emblemáticas es el ascenso al Pico Gilbo (1679 metros). Este sendero tiene las mejores vistas de toda la zona. Las vistas panorámicas impresionan casi desde el principio. Y aún más desde la propia cumbre.
A esta montaña el llaman el Cervino leonés. El sendero transcurre al comienzo por la ribera del propio embalse, para internarse en fuerte pendiente por un precioso hayedo. A partir de ahí, el ascenso no da tregua hasta alcanzar la cumbre, y con unas vistas impresionantes.
Columpio más grande de España: Riaño cuenta con el columpio más grande de España. Se sitúa en el Alto de Valcayo, a 1.200 metros de altitud con unas panorámicas del pueblo y del embalse espectaculares. Cuenta con dos grandes tijeras de roble con unos ocho metros de altura y con una viga en horizontal, donde a través de unas cadenas paralelas se sujeta al sillín. Y no solo es para niños sion para darse el placer de columpiarse mientras los ojos del visitantes otean el inmenso horizonte.
Crucero por el embalse de Riaño: El embalse de Riaño cuenta con más de 100 kilómetros de costa, por lo que una de las actividades estrella del municipio es el crucero turísticoa. Hay que reservar con antelación en la web oficial y coger el barco que sale todos los días con horarios según demanda y con plazas limitadas. El trayecto dura aproximadamente una hora y tiene un coste de unos 13 euros por persona.
Paseo por Riaño: El recorrido puede comenzar por la Ermita de Nuestra Señora del Rosario junto a la que se encuentra por el denominado "banco más bonito de León". El templo fue trasladado hasta allí piedar a piedra, ya que originariamente se encontraba en el pueblo de La Puerta.
La visita sigue por el Paseo del Recuerdo. Una senda peatonal de un kilómetro de extensión que bordea la orilla del pantano. En él se puede observar varios paneles informativos con explicaciones e imágenes del pasado de este valle antes de la construcción del embalse. El paseo finaliza junto al embarcadero de Riaño. Uno de los mejores puntos desde donde observar la imagen panorámica del conjunto arquitectónico rematado por la Iglesia Parroquial de Riaño.
Ermita de Quintanilla: Esta riqueza patrimonial se salvó por muy poco de ser engullida por las aguas del embalse. La visión de este templo rodeado de montañas y junto a las aguas del embalse dejan enamorados a su visitante. La iglesia se encuentra a solo tres kilómetros del centro del municipio.
Además esta zona es reconocida también por variada y rica despensa, que se asemeja con los productos típicos de la zona con un conjunto de platos entre los que destacan, y más estando cerca de las montañas y siendo un territorio frío como el cocido, y otros platos de cuchara, así como la morcilla, la cecina de León o el chorizo.
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