
Sociedad
Estos son los lugares abandonados más espectaculares y escalofriantes de Castilla y León
Detrás de ellos se encuentran leyendas y fenómenos paranormales que merecen una visita

Lo desconocido, lo extraño, lo misterioso siempre atrae y mucho, porque somos curiosos por naturaleza. Todos los rincones de nuestro país cuenta con lugares escalofriantes que no dejan indiferente a nadie. Y como no podía ser de otra manera Castilla y León cuenta con algunos de ellos, que bien merecen una visita aunque sea una vez en la vida.
Ochate
El pueblo “maldito” español como se le denomina, se encuentra en el Condado burgalés de Treviño, y que fue tomando fama en torno al siglo XX por los fenómenos paranormales que se produjeron. Escondido entre la maleza, alejado de todos como apestado por los lugareños, se esconden las ruinas de este pueblo. Este fantasma de ladrillo y arbusto ha suscitado desde hace años el interés de los fanáticos por lo paranormal, y son tantas y tan variadas las leyendas que corren sobre el lugar, que a veces cuesta creerlas.
El territorio es objeto de muchas leyendas acerca de presuntos fenómenos paranormales. El mismo Ochate se ha convertido en un lugar de peregrinación para los amantes del género desde la década de 1980, siendo considerado uno de los parajes más misteriosos de España.
La leyenda nació en los años ochenta, a causa de un artículo publicado en Mundo Desconocido titulado "Luces en la puerta secreta". La noticia se basó en una fotografía de un ovni volando en las cercanías del distrito de Ochate, tomada en 1981 por Prudencio Muguruza, aunque algunos expertos opinaron que la fotografía era falsa. Es el comienzo de la historia negra que ha rodeado a esta localidad burgalesa durante años y la adopción del sobrenombre “Ochate, el pueblo maldito”.
Y es que según la información el pueblo habría sido abandonado debido a tres epidemias misteriosas sucedidas en 1860, 1864 y 1870: viruela, tifus y cólera, que diezmaron el lugar. Inexplicablemente, las epidemias no afectaron a las poblaciones colindantes.
Por otra parte, en 1987, un grupo de investigadores encabezados por Alberto Fernández, se aceraron a Ochate con la idea de captar en sus grabadoras voces de ultratumba. Consiguieron captar dos psicofonías, convirtiéndose en las más famosas del lugar: “Pandora” o “Kanpora” y “¿Qué hace la puerta cerrada?”. Lo insólito vendría a la hora de regresar a sus vehículos. Los compañeros de Alberto lo encontraron asfixiado dentro de su coche con las ventanillas precintadas.
Ya en 1999 Iker Jiménez publica su libro “Enigmas sin resolver”, donde vuelve a hacer hincapié en los fenómenos paranormales ocurridos en Ochate, añadiendo, a lo ya conocido por Muguruza, misteriosas nieblas que aparecen como por arte de magia, varios suicidios y seres extraños que recorren la zona.
Incluso se dice que el pueblo fue deshabitado finalmente después de que un violento habitante, Jacinto Ramírez, asesinase al penúltimo pastor que quedaba en Ochate. Esto motivó su abandono total en 1936.
Cartuja de Nuestra Señora de Aniago
La cartuja de Nuestra Señora de Aniago fue un monasterio católico español fundado por los monjes cartujos en 1441 bajo la tutela y patrocinio de la reina María de Aragón, esposa de Juan II. Se construyó en un lugar llamado Aniago, en la provincia de Valladolid. A principios del siglo XIV era un pueblecito con un término extenso perteneciente a Valladolid, partido judicial de Medina del Campo y jurisdicción en Villanueva de Duero. El monasterio sobrevivió a lo largo de los siglos hasta su supresión en 1836 debido a las distintas desamortizaciones y exclaustración del siglo XIX.
En el siglo XXI quedan restos ruinosos como recuerdo de la vida monacal y el lugar de Aniago es un despoblado que acoge los trabajos y maquinaria de los quehaceres agrícolas de sus nuevos propietarios. El lugar mantiene casi intacta la tapia que rodeaba todo el conjunto monástico y viviendas de los colonos. En su entorno se cultivan las tierras de lo que en su día fuera el coto redondo de los monjes, según señala Wikipedia.
Algunas de las “joyas” que contenía el templo están en otros emplazamientos para que no se pierdan, como por ejemplo la iglesia de Villanueva de Duero, el Museo Diocesano de Valladolid e incluso el Museo Nacional de Escultura, también en la capital vallisoletana.
En la iglesia parroquial de la Visitación de Villanueva hay pequeños retablos muy clásicos, con columnas pareadas de orden corintio; en uno de ellos se describe la escultura de un Jesús Nazareno con la cruz a cuestas. También destaca la Piedad de Nuestra Señora de Aniago, tallada en piedra y que fue la imagen titular de la cartuja. Es una obra gótica procedente de un taller austro-bohemio.
Monasterio de San Pedro de Arlanza
En Burgos, este monasterio, con sus orígenes en el siglo X, ha sido testigo de la historia y la evolución del reino de Castilla. Fundado en el año 912 por el padre de Fernán González. Está considerado como la "Cuna de Castilla" y uno de los cenobios más impresionantes que tuvo la Castilla condal.
El conjunto presenta hoy una superposición de diferentes estilos, fruto de las numerosas actuaciones a lo largo del tiempo. Así, mientras la iglesia, comenzada en el año 1080 y hoy en ruinas, tenía tres naves y tres ábsides a la cabecera, por lo menos en el primer planteamiento románico, durante la etapa del gótico hubo modificaciones que cambiaron el aspecto general del templo, si bien se conservaron algunos capiteles del siglo XI.
Entre los restos de la monumental iglesia destacan los tres ábsides semicirculares, con amplios presbiterios. También se conserva la torre, levantada a finales del siglo XII, así como parte del claustro, la sala capitular y el óculo de doble abocinamiento en la parte superior del hastial del imafronte. Existe asimismo, la portada de la iglesia que fue trasladada al Museo Arqueológico Nacional en 1895.
No es ésta la única pieza patrimonial de que ha sido despojado el monasterio: además, como se ha dicho, del sepulcro de los condes de Castilla Fernán González y Sancha, de otro sepulcro románico de gran belleza que la tradición dice haber pertenecido a Mudarra y que puede verse en la catedral de Burgos, de valiosos frescos que se exhiben en el Museo Metropolitano de Nueva York y en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, y de otras obras de arte de prolija relación.
Pueblo de Ribadelago Viejo
La tragedia de la rotura de la presa de Vega de Tera dejó este pueblo anegado y es un lugar con una historia impactante. El pueblo se hizo tristemente famoso el día 9 de enero de 1959, cuando fue arrasado por unos ocho millones de metros cúbicos de agua procedente de la rotura de la presa mal construida de Vega de Tera, provocándose una de las mayores catástrofes debidas a la rotura de una presa.
De los 549 habitantes que tenía el pueblo en aquel momento murieron 144, pudiendo recuperarse tan sólo 28 cuerpos. Las cruces en el pueblo viejo recuerdan las ausencias. Familias enteras perecieron, y el pueblo quedó completamente destruido a excepción de unas pocas casas. Tras la catástrofe, que captó la atención de periodistas y fotógrafos, se inició una campaña solidaria de nivel internacional. Las responsabilidades nunca se depuraron a fondo. En vez de reconstruirse el pueblo en su lugar original se eligió un nuevo emplazamiento, conocido como Ribadelago Nuevo y denominado entonces oficialmente Ribadelago de Franco, en honor al entonces dictador de España Francisco Franco.
El pueblo antiguo conserva interesantes ejemplos arquitectónicos, desde el Ayuntamiento y las escuelas (actual consultorio de atención primaria sanitaria) hasta la iglesia o las viviendas. Sin embargo, el conjunto arquitectónico del pueblo nuevo resulta completamente fuera de lugar pues se construyó siguiendo los modelos de un pueblo andaluz, con unas características muy alejadas de las autóctonas, muy poco apropiadas para las características del entorno, climáticas y paisajísticas.
El pueblo antiguo, que no llegó a ser abandonado totalmente, actualmente está siendo recuperado. En la actualidad, la población se divide entre los dos asentamientos, siendo éstos el pueblo nuevo, con 104 habitantes, y el pueblo antiguo, con 37 habitantes. Los nombres usados en el dialecto local son -respectivamente- "Al Puobro Viello" y "Al Puobro Nuovo".
Poblado minero de Almaraz
Fue un asentamiento construido para los trabajadores de las minas de estaño que operaron a finales del siglo XIX y principios del XX. Las minas estuvieron funcionando varios años a cargo de las empresas inglesas y alemanas que sacaban el mineral de estaño de los abundantes filones de cuarzo que había en el yacimiento. Sin embargo las bajas temperaturas del lugar en el invierno provocaran la llamada “peste" o "lepra del estaño”, que hizo que el mineral adquiría un color gris, aumentaba de volumen y se desmenuzaba convirtiéndolo prácticamente en polvo. En consecuencia, la explotación perdió rentabilidad y el poblado fue abandonado.
Hoy en día, quedan ruinas del poblado, incluyendo barracones y casas, que se pueden observar junto al río Duero, a unos 5 kilómetros de Almaraz de Duero. Este poblado es un recordatorio del pasado industrial de la zona y un punto de interés en la ruta que lleva a la Cascada de las Pilas.
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