Federico García Lorca
García Lorca: «Te agradecería en el alma me evitaras periodistas y gente oficial casi siempre seca»
Una carta y una fotografía olvidadas recuperan una amistad del poeta granadino
Es habitual que al pensar en una biografía como la de Federico García Lorca nos fijemos en los grandes nombres que hay a su alrededor, los de Dalí, Buñuel, Falla, Alberti, Salinas o Guillén, dejando de lado a otros menos conocidos o que han quedado olvidados con el paso del tiempo. Eso es injusto porque en muchos casos ocultan datos interesantes tanto sobre el poeta como de aquel amigo o amiga que se cruzó en el camino de Lorca. En ocasiones también puede ser una buena excusa para indagar sobre un nombre que merece una aproximación siendo el granadino la llave para poder abrir esa puerta que ha quedado cerrada.
En el otoño de 1933, Federico García Lorca conoció un gran éxito durante su estancia en Argentina para presentar su obra “Bodas de sangre” de la mano de la actriz Lola Membrives. Con más de cien representaciones en un teatro de Buenos Aires, el poeta se vio obligado a prolongar su estancia y presentar otros textos suyos, como “Mariana Pineda”, además de pronunciar algunas conferencias. Tan desbordado se encontraba que no le quedó otro remedio que contratar a una suerte de secretario que fue mecanografiando su correspondencia, además de poner en limpio los a veces complicados manuscritos del autor de “Romancero gitano”. Las peticiones para ofrecer una charla llegaban de todo el país. El 10 de noviembre de 1933, desde el Plaza Hotel de Córdoba se le envía una carta que es una invitación. “Me comunica el Cónsul que la Universidad abonaría todos tus gastos de viaje, ¿hotel?, [y] te entregaría 300 pesos”, apunta la misiva. En la misma aparece este ruego: “¿No podrías imponerte la molestia de complacerlos?” ¿Estuvo de acuerdo Lorca con el ruego? Un telegrama enviado cuatro días más tarde apunta que “esperote jueves, Plaza Hotel. Abrazos”. Los dos documentos contienen como única firma el apellido Bóveda. ¿De quién se trataba? ¿Acudió Lorca a la cita?
La respuesta no se encuentra en ningún archivo argentino sino algo más cercano. Esta semana, en la Real Academia Galega, en La Coruña, donde se guardan los fondos de algunos de los más importantes autores gallegos. Es allí donde se conservan una carta y una fotografía de Federico García Lorca. Es cierto que el granadino tuvo una importante relación con la literatura de Galicia, como lo demuestra especialmente en su libro “Seis poemas galegos”. Pero lo que los dos documentos localizados en La Coruña están vinculados con su paso por Argentina, respondiendo a una petición del escritor y periodista Xavier Bóveda. Autor cercano a Cansinos-Assens y habitual de las tertulias en los cafés madrileños de los años diez, en 1923 se instaló en Argentina dejando de lado la poesía para dedicarse al ensayo donde encontró un público seguidor de sus textos. Se movió en el ámbito de la inmigración en América Latina y colaboró con la diplomacia española en la zona. Eso es lo que hizo que enviara la carta y el telegrama citados al saber que Lorca estaba en Argentina. El granadino respondió con una carta que no se encuentra en la ejemplar edición del “Epistolario completo”, que en 1997 editaron Andrew A. Anderson y Christopher Maurer. La misiva escrita a máquina, tal vez dictada a su secretario bonaerense Arturo Bazán, hoy depositada en el archivo de la Real Academia Galega, dice así:
“Buenos Aires, 13 de Noviembre de 1933
Señor: Xavier Bóveda
Querido Amigo:
Recibí tu carta. El miércoles por la noche podría salir para Córdoba aceptando las condiciones de tu carta, o sea todos los gastos de viaje y hotel y los trescientos pesos.
Contesta telegráficamente qué conferencia puedo leer ahí. A mí me gustaría leer “Juego y Teoría del Duende”. Desde luego la entrada será por invitación no pudiéndose bajo ningún punto de vista vender entradas.
Tengo muchos deseos, como sabes, de conocer Córdoba y me agrada extraordinariamente hablar en la Universidad.
Por cierto que los tres días que pienso estar ahí quisiera estar al contacto con los estudiantes y te agradecería en el alma me evitaras periodistas y gente oficial casi siempre seca.
Recibe un abrazo de tu amigo Federico
Contesta telegráficamente”
Era la pieza que faltaba sobre este episodio.
Aquella experiencia debió gustar al poeta que quiso agradecerle las gestiones a Bóveda. En esos días, Lorca había acudido al prestigioso estudio Witcomb de Buenos Aires para posar ante la cámara. La sesión fotográfica, una de las más conocidas, se tradujo en una serie de imágenes en las que el poeta aparecía con semblante alegre, serio y triste. El más feliz de esos retratos sirvió para ilustrar la edición que hizo Sur del “Romancero gitano”. Otra de esas fotografías fue regalada a Bóveda con esta dedicatoria: “A mi querido Xavier Bóveda, con un abrazo de su leal Federico”.
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