Diada

Aragonès pide una alianza para hacer “inevitable” el referéndum

El president reivindica la mesa de diálogo ante los ataques de JxCat

La jornada previa a la Diada ha tenido una importante carga política. Por un lado, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en su primer discurso oficial de la Diada, ha reclamado una “alianza” entre instituciones, partidos, sociedad civil y ciudadanía para retomar la “iniciativa” y hacer “inevitable” la celebración de un referéndum. Por otro lado, la presidenta del Parlament, Laura Borràs, ha liderado un acto de homenaje a activistas y políticos con causas judiciales por el “procés”, una estampa muy polémica.

Esta recuperación de la iniciativa que reclama el president por ahora no pasa por el regreso a la unilateralidad que defienden JxCat o la CUP, sino por la mesa de diálogo. En su discurso, Aragonès ha querido poner énfasis en la negociación con el Estado que tantas críticas está cosechando, sobre todo, procedentes de su propios socios de Govern. Ante este escenario, el president ha reclamado unir fuerzas a todo el independentismo, pero también ha hecho un llamamiento a mirar más allá de Cataluña. “Tenemos que unir esfuerzos construyendo confianzas dentro y fuera de Cataluña, ante un proceso lleno de obstáculos que necesitará tiempo, unidad y perseverancia”, ha afirmado, en referencia a la búsqueda de alianzas internacionales, que siguen muy lejos de llegar al auxilio del independentismo (más allá de lo que está trascendiendo con Rusia).

Asimismo, el president también ha querido exhibir la mesa de diálogo como un triunfo ante el independentismo. “Hasta hace poco, era del todo impensable que el Estado español reconociera la propia existencia del conflicto político y, pese a las dificultades evidentes, hemos conseguido que el Estado se siente en una mesa de negociación donde el Govern defenderá la amnistía y el derecho a la autodeterminación”, ha defendido. La estrategia de Esquerra pasa por superar la pantalla del intento de diálogo con el Gobierno para después intentar cargarse de legitimidad en el exterior y obtener avales internacionales a su causa.

El lugar de su discurso también ha enviado un mensaje de su perfil más social: ha sido pronunciado desde el recinto modernista del Hospital Sant Pau y ha querido centrar también buena parte de su mensaje en la crisis del coronavirus y sus efectos.

Por la mañana, Aragonès también ha enviado un aviso al Gobierno tras el choque por la ampliación del aeropuerto de El Prat: ha advertido que tendrá consecuencias. “No será gratis ni inocuo”, en referencia a que pueda condicionar las relaciones entre Generalitat y la Moncloa, pero por ahora tampoco impedirá la celebración de la reunión de la mesa de diálogo de la semana que viene ni la negociación de los Presupuestos Generales del Estado.

Aragonès también ha recordado que tanto Gobierno como Generalitat asumen que el resultado de la negociación contará con el aval de la ciudadanía a través de una votación. En este sentido, también se ha dirigido a quienes no quieren la independencia: “Tenéis un planteamiento político legítimo, que representa una parte importante de la ciudadanía que hay que escuchar y tener en cuenta”.

En todo caso, el independentismo regresa esta sábado por la tarde a la calle para celebrar la habitual manifestación de la Diada y lo hace con el objetivo de tratar de ganar impulso de nuevo. En este sentido, la ANC, organizadora de la marcha, ha apostado por un recorrido de alto contenido simbólico para tratar de encender de nuevo al separatismo. La protesta partirá desde Plaza Urquinaona, bajará por Via Laietana (donde se encuentra la Jefatura Superior de Policía) y virará por el paseo Isabel II hasta las puertas del Parlament, tres lugares que se han ido convirtiendo en epicentro de las violentas protestas de los dos últimos años del independentismo. La jornada llega precedida por el desencuentro de El Prat y como antesala de la mesa de diálogo.