Tensión Estado-Generalitat

Esquerra deja en el abismo el futuro de la legislatura

Los republicanos mantienen su descontento con el Gobierno por el presunto espionaje a pesar de los gestos y advierten de que las «confianzas están rotas»

Este jueves se vota en el Congreso el decreto de medidas para combatir los efectos económicos de la Guerra de Ucrania, una votación de especial sensibilidad porque, entre otras cosas, incluye materias como la reducción de los 20 céntimos por litro de gasolina, con un impacto sustancial sobre el bolsillo de todos los ciudadanos. Y a eso apela, principalmente, el Gobierno para tratar de atar el apoyo de Esquerra, aunque los republicanos siguen dando señales de estar bastante alejados de Moncloa tras la crisis por el espionaje a líderes independentistas destapada por «The New Yorker».

«Nuestra reacción no es un farol. Esta visita no garantiza el apoyo parlamentario ni normaliza las relaciones. Las confianzas están rotas», ha señalado este domingo la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà, tras el encuentro con el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. La reunión se ha saldado sin ningún acercamiento: es más, la sensación que ha proyectado el Govern es que las distancias son todavía más siderales. Desde la Generalitat ya advirtieron 24 horas antes que serían «duros» y lo han confirmado.

Sin ERC, el Gobierno se puede quedar sin tramitar el decreto ya que los apoyos de PP y Ciudadanos tampoco están garantizados. Los populares están pensándoselo y lo condicionan en buena medida a que Moncloa acepte su plan fiscal. Lo cierto es que a Pedro Sánchez se le puede empezar a atragantar la legislatura, ya que los populares están cada vez más rehechos de su crisis y sí que van a continuar planteando pactos con el Gobierno, pero es una mano tendida envenenada porque siempre va a acabar chocando con una parte del ejecutivo, como Podemos. Y si el apoyo del PP parece complicado, la alianza con ERC puede empezar a diluirse sin una reacción contundente y rápida del Gobierno.

Moncloa hizo un gesto ayer con los separatistas al desplazarse a Barcelona y anunciar medidas en el CNI para indagar sobre el presunto espionaje, pero en el Govern quieren algún tipo de escenificación pública más contundente: es decir, quieren conocer el porqué de la operación o quieren alguna asunción de responsabilidades más drástica, como dimisiones. En el Govern son claros: sea por complicidad con el espionaje o sea por incapacidad de dar respuestas, quieren ceses. Ahora bien, por ahora, se evitan dar nombres, aunque sitúan en el punto de mira a la ministra de Defensa, Margarita Robles, por sus explicaciones hasta el momento. Desde JxCat presionan todavía más y van directamente a por Sánchez.

Con este endurecimiento del tono, el cerco se va estrechando sobre el Gobierno y el futuro de la legislatura puede sufrir un revolcón de un momento a otro. Desde que saliera a la luz el presunto espionaje, voces internas de ERC con autoridad han ido avisando de que la legislatura quedaba «claramente» en riesgo si Moncloa no tomaba cartas en el asunto. Y, hasta ahora, la credibilidad de las amenazas de Esquerra parecían quedar en entredicho porque prácticamente nunca se consumaban (tampoco ha tenido nunca demasiados incentivos para romper con el Gobierno ya que esa alianza le ha dado la centralidad que precisaba para llegar al poder en Cataluña), pero ahora coge todo otro tono: la consellera Vilagrà, por ejemplo, tampoco acudirá este lunes a una importante reunión en Madrid sobre la candidatura de los Juegos Olímpicos para 2030. El proyecto queda exento de esta crisis y la voluntad de la Generalitat es que continúe adelante, pero aun así todo ha quedado salpicado y las relaciones muy enrarecidas.

Iniciativas pendientes

Además del decreto de este jueves, que es toda una prueba de fuego para el Gobierno porque aspiraba a aprobarlo por unanimidad por la importancia que tenía y puede acabar quedando tumbado y Sánchez muy castigado, quedan por delante otras iniciativas importantes, aunque tampoco determinantes del todo. En este sentido, están la Ley de vivienda, la Ley del «solo sí es sí», la Ley de Seguridad Ciudadana o la Ley de Memoria Histórica. Como corolario estarían los presupuestos de 2023, aunque ya se antojaban muy difíciles de aprobar teniendo en cuento el ciclo electoral del año que viene.

Ante este escenario, el Gobierno trata de poner de su parte para evitar una ruptura con ERC y el PSC también trata de generar un clima de reconciliación y jugar un rol importante en la reconstrucción de los puentes. En este sentido, la reunión de ayer de Bolaños con Salvador Illa tras la cita de la Generalitat es una muestra clara en este sentido.