Salud

El Clínic lleva a cabo su segundo trasplante de útero

La previsión es implantar el primer embrión a la receptora del órgano a finales de año con la esperanza de que, en este caso, se logre el éxito total de la intervención con el nacimiento del primer bebé

Cera de una veintena de profesionales, entre los que figuran siete cirujanos, participaron en la cirugía de trasplante de útero de Maira
Cera de una veintena de profesionales, entre los que figuran siete cirujanos, participaron en la cirugía de trasplante de útero de Maira@franciscoavia

Maira tenía claro que no podía ser madre. Era muy consciente de ello y, a priori, no suponía un problema, ni para ella ni para su pareja, hasta que un día ambos sintieron el deseo de tener un hijo. Fue entonces cuando tuvieron conocimiento que, en 2004, en Suecia, se había completado con éxito el primer trasplante de útero, la única opción para esta pareja de poder dar a luz a un bebé, y exploraron esta posibilidad.

Uno de los requisitos indispensables para poder realizar este tipo de intervención es que la donante y la receptora del órgano estén emparentadas en primero o segundo grado y pudieron cumplirlo después de que Marilene, la madre de Maira, se ofreciera a asumir el rol de donante. Así las cosas, el pasado 4 de abril, un equipo de profesionales del Hospital Clínic, liderado por los doctores Francisco Carmona. Jefe del Servicio de Ginecología, y Antonio Alcaraz, Jefe del Servicio de Urología y Trasplante Renal, llevó a cabo el trasplante de útero, el segundo que realiza el centro, en el que participaron hasta 20 profesionales y duró 18 horas.

Y es que, como señala el doctor Alcaraz, “el de útero es probablemente el trasplante más complejo que se emprende, solamente equiparable al de cara, pero en este último, si no logras un éxito completo, puedes al menos alcanzar el éxito parcial, mientras que en el de útero, o logras el éxito o fracasas”. La complejidad de este tipo de intervención reside en el hecho de que este órgano tiene una red de venas pequeñas y frágiles y, aunque durante el embarazo la vascularización del útero se multiplica por 20, en condiciones normales ésta muy poco vascularizado y, a diferencia de otros órganos, sus venas son poco visibles y mal establecidas.

De hecho, como indica el doctor Alcaraz, “hay momentos muy críticos de la cirugía, tanto en la fase de extracción como en la del implante, y parte de la complejidad viene por ahí, son muchas horas las que tienes que estar muy concentrado”, aunque si hubiera que identificar el momento más complicado de la intervención éste sería, a ojos del doctor Carmona, “casi el final de la cirugía de la donante”, que en este caso se prolongó durante cerca de 11 horas, concretamente “cuando el útero está solo unido por las arterias y venas que se van a conservar”. “En ese momento es tremendamente fácil cometer un error, hacer un movimiento brusco que lesiones la vascularización y que perdamos el órgano”.

En cualquier caso, a diferencia del primer trasplante de útero que llevó a cabo el Hospital Clínic en octubre de 2020, en esta segunda operación los profesionales que han intervenido han podido disponer de algún avance tecnológico. Así, el equipo ha contado con un exoscopio, un dispositivo que el hospital ha incorporado hace solo unos meses y que consiste en una lente de gran aumento y alta definición de imagen, de manera que ha ayudado en el implante en cirugía abierta y en la cirugía de banco, que es cuando el útero está fuera del cuerpo y se prepara para ser transferido.

Con respecto a ese primer trasplante, en esta ocasión también se ha modificado la cantidad de embriones viables, para pasar de los 4 sanos disponibles en aquella intervención pionera, a los 16 que se han conseguido de Maira, lo que aumenta de forma significativa las posibilidades de embarazo.De hecho, la primera paciente tuvo la menstruación al mes y medio del trasplante, sin embargo aún no se ha conseguido un embarazo viable. Por su parte, Maira tuvo su primera menstruación el pasado 22 de mayo y se prevé poder llevar a cabo la transferencia del primer embrión en unos seis meses.

Si así fuera y, finalmente, fuera posible asistir al nacimiento de un bebé tras el trasplante, ella sería el primer caso de éxito completo de trasplante de útero en el Clínic y, en este sentido, es importante resaltar que, si bien con la fecundación in vitro estándar la tasa de recién nacidos viables por pareja que inicia el proceso no llega la 20%, con este tipo de trasplante existe un 40% de recién nacidos sanos viables. De hecho, en el mundo ya se han llevado a cabo cerca de un centenar de trasplantes de estas características, con una viabilidad del 80%, y han nacido 30 bebés.

En cualquier caso, éste es un tipo de intervención poco frecuente dada su complejidad y a día de hoy “menos de 10 equipos de todo el mundo son capaces de realizarla”, señala el doctor Carmona, ya que no solo es necesario disponer de un equipo multidisciplinar cohesionado, sino que además es imprescindible una alta especialización de los cirujanos. Así pues, este segundo trasplante sitúa al Clínic en “la élite de la cirugía mundial”, pero además abre el camino para realizar otros trasplantes como el de riñón o el de otros órganos en niños de muy bajo peso con vasos muy similares a los del útero.