Hoja de ruta
ERC quiere negociar otro 1-O que declare la independencia con el 55% de los apoyos
Los republicanos ultiman su nueva ponencia política que incluirá el Acuerdo de Claridad prometido por Aragonès a favor presionar a Sánchez con el referéndum
Lejos de contentarse con la derogación de la sedición y los cambios en la malversación –las dos grandes concesiones del Gobierno en la llamada «desjudicialización» del «procés»– Esquerra quiere pasar de etapa y exigir a Pedro Sánchez negociar un referéndum, un nuevo 1-O en el marco de la mesa de diálogo.
Ahora, los republicanos proponen un Acuerdo de Claridad que identifique «cuándo y cómo Cataluña puede volver a ejercer el derecho a decidir. Como han hecho Canadá y el Quebec».
Es decir, entierran los planteamientos unilaterales aunque se refugian en acordar las condiciones para la celebración de una consulta de independencia pactada. Y estas condiciones, según la ponencia política que ERC renovará en la segunda fase de su Congreso, pasan por dar por válido un hipotético resultado a favor de la secesión con el 55% de «síes» y una participación del 50%, según la hoja de ruta del partido de Oriol Junqueras y Pere Aragonès.
La pregunta de la consulta debería ser «clara, como la del referéndum del 1-O» –entonces fue binaria y el enunciado era «¿Quiere usted que Cataluña sea un Estado independiente en forma de república?»– y de ganar el «sí» con un 55% debería abrirse una negociación entre los gobiernos catalán y central para materializar el resultado, según la ponencia política esbozada por los republicanos.
En concreto, una victoria «clara» del «sí» debería suponer el inicio de un proceso de negociación «de buena fe» entre Cataluña y el Estado, con mediación europea e internacional, para llegar a un acuerdo que permitiera «la creación de una República Catalana independiente reconocida internacionalmente».
Es más, Esquerra plantea que pueda votar en el referéndum cualquier persona residente en Cataluña mayor de 16 años y los no residentes con derecho a votar en las elecciones del Parlament, a semejanza de lo que ocurrió en Escocia el 2014.
De hecho, ERC someterá a ratificación de la militancia su apuesta por negociar un Acuerdo de Claridad con el Gobierno en la ponencia del partido que se votará el 28 de enero en su congreso en Lleida y que será su hoja de ruta para los próximos cuatro años. La segunda parte de un cónclave que ya ratificó como líderes de la formación al propio Oriol Juqueras (presidente) y a Marta Rovira (secretaria general).
Tras los indultos, la derogación de la sedición y la reforma de la malversación, una «agenda antirrepresiva» con la que ERC dice intentar conseguir los mismos «efectos» que una amnistía «de facto», los republicanos exigen iniciar una segunda fase política con el Gobierno para plantear en la mesa de diálogo las condiciones de otro hipotético 1-O. Y aquí el partido de Oriol Junqueras quiere introducir sus propias exigencias bajo el paraguas de un Acuerdo de Claridad o «vía canadiense» que Aragonès expuso en el Parlament justo antes de que Junts lo rechazara y rompiera el Govern de coalición independentista.
En cuanto a las alianzas postelectorales, en el ámbito municipal ERC apuesta por priorizar pactos con partidos independentistas, pero avala acuerdos que permitan frenar a Vox.
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