Aniversario

El independentismo escenifica una falsa unidad en torno a Companys

Pese a la desunión y falta de estrategias conjuntas en Madrid y en el Parlament, los partidos soberanistas, con la ausencia de Aliança, coinciden en homenajear la figura de Companys

GRAFCAT3259. BARCELONA, 15/10/2025.-El presidente catalán, Salvador Illa, junto con el presidente del Parlament, Josep Rull (i) y el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni (d), durante la ofrenda ante el monolito en el Fossar de Santa Eulàlia del Castillo de MontjuÏc, donde fue fusilado el expresident Lluís Companys en 1940. EFE/Andreu Dalmau
Ofrenda floral a Lluis CompanysAndreu DalmauAgencia EFE

El independentismo ya no es mayoría, está desunido y el PSC gobierna la Generalitat sin una alternativa clara. Sin embargo, todavía quedan símbolos capaces de reunir a casi todo el arco político catalanista. Uno de ellos es Lluís Companys, el president fusilado por el franquismo tal día como hoy hace 85 años en el castillo de Montjuïc. Su figura sigue siendo, al menos en apariencia, uno de los últimos grandes consensos de Cataluña.

Desde primera hora de la mañana, buena parte de la clase política catalana ha acudido al Fossar de la Pedrera, en el cementerio de Montjuïc, para rendir homenaje al expresidente. Allí estaban los representantes de las tres instituciones principales, Salvador Illa, Josep Rull y Jaume Collboni, así como los líderes de los principales partidos: Oriol Junqueras (ERC), Jordi Turull (Junts), Candela López (Comuns) y Pilar Castillejo (CUP). También se sumaron miembros de Òmnium, la ANC y el Consell per la República, junto a un puñado de ciudadanos con esteladas.

El presidente de ERC, Oriol Junqueras, fue el primero en mover ficha política al anunciar que su partido presentará en el Congreso una proposición no de ley para exigir al Gobierno español un “acto de desagravio político” hacia la figura de Companys. Según Junqueras, “desagraviar al presidente de la Generalitat es desagraviar a toda Cataluña”. ERC está convencida de que con las actuales mayorías en Madrid podría materializarse.

Su discurso, de tono institucional y simbólico, contrasta con el de Junts, cuyo secretario general, Jordi Turull, volvió a invocar la represión. “Ahora no son pelotones de fusilamiento, son pelotones con toga”, afirmó, en referencia a los jueces que, según él, “quieren anular lo que decidió el pueblo de Cataluña el 1-O”. Turull aprovechó para reivindicar la defensa del catalán y de las competencias como verdaderos homenajes a Companys, y lanzó un dardo directo a ERC: “Cuando no entregamos las instituciones catalanas a quienes las quieren españolizar, también estamos honrando al presidente Companys”.

Entre ambos partidos, la distancia política es evidente. ERC busca recuperar centralidad y pragmatismo institucional; Junts insiste en la confrontación y en la idea de que el procés no ha terminado. En medio de ambos, el presidente del Parlament, Josep Rull, alertó de la “complicidad” de algunos partidos del hemiciclo con “aquellos que detuvieron a Companys en Francia y lo entregaron a España”, en clara alusión a Vox y a Aliança Catalana, y recordó que la Cámara sigue sin normalidad por la ausencia de los diputados exiliados.

Fuera del terreno institucional, el Consell per la República y la ANC también participaron. Jordi Domingo, presidente del Consell, aseguró que “aunque ya no nos fusilan, sigue habiendo una voluntad de aniquilarnos”, y que el ejército que ejecutó a Companys “hoy viste toga”. Desde la ANC, Carles Sastre pidió “no rendirse” en la lucha por la independencia. Sin embargo, ambos organismos son conscientes de su pérdida de influencia social y de que no pasan su mejor momento con respecto a la relación con Junts y ERC.

En el homenaje también se notó una ausencia significativa: Aliança Catalana no acudió a la ofrenda. El partido de Sílvia Orriols, que ha irrumpido con fuerza entre el electorado soberanista más desencantado, mantiene una relación tensa con el resto del independentismo. Sus dirigentes acusan a ERC, Junts y la CUP de haber traicionado el mandato del 1-O y de haberse convertido en parte del sistema. A su vez, los demás partidos les responden con un cordón sanitario, equiparándolos con la extrema derecha. La no asistencia de Aliança simboliza bien el momento actual: ni siquiera la figura de Companys, que durante décadas fue un punto de encuentro transversal del catalanismo, logra hoy reunir a todo el espectro soberanista.

El PSC y los Comuns

Más allá del independentismo, Salvador Illa también rindió homenaje al expresidente con un tono que buscó trascender el marco soberanista. “Companys es patrimonio de todos”, subrayó, apelando a su “serenidad, dignidad y generosidad” como ejemplo para afrontar los nuevos retos de Cataluña, desde la vivienda hasta las desigualdades sociales. El líder del PSC reclamó “reconocer y garantizar la diversidad” de los territorios y las lenguas, y pidió superar las “confrontaciones estériles” para mirar al futuro “sin miedo ni rencor”.

Los Comuns, por su parte, vincularon la figura del expresidente con la defensa de la justicia social y la libertad de los pueblos. Candela López celebró la anulación del juicio sumarísimo contra Companys y aseguró que su sueño de una “república catalana socialmente justa” sigue vigente. De este modo, tanto el PSC como los Comuns quisieron sumarse a este supuesto "gran consenso" alrededor de Companys, pese a que los independentistas acusan al Illa de ser "el presidente más españolista de la historia".