Astrobiología

Por dónde empezar a buscar vida extraterrestre: las estrellas de baja masa ofrecen pistas

Saber si hay vida fuera de la Tierra es una de las grandes preguntas de la humanidad. Las estrellas de baja masa son buenas candidatas para albergarla, pero el verdadero reto es saber qué es realmente la vida.

Superficie de un planeta con un sol al fondo
Recreación artística del sistema planetario TRAPPIST-1ESO/N. Bartmann/spaceengine.orgCreative Commons

¿Hay alguien más ahí afuera? Quién no se ha preguntado alguna vez si hay vida en algún lugarademás de en la Tierra. Esta es una de las preguntas fundamentales en astronomía. Incluso podríamos decir que responderla es el objetivo final de gran parte de la investigación en este campo.

Y bien, ¿por dónde comenzar la búsqueda? Un vecino cercano, Marte, ha recibido numerosas visitas de sondas, satélites y todo tipo de aparatos de medición para averiguar si alguna vez albergó vida. Pero otros planetas más lejanos son aún mejores candidatos.

Se trata de planetas que orbitan alrededor de estrellas de baja masa. Es decir, estrellas menos masivas que el sol. Estas estrellas viven muchísimo tiempo. De hecho, no se conoce ninguna estrella de baja masa que haya llegado al final de su vida. El universo tiene 13.800 millones de años, y se piensa que estas estrellas viven billones de años: 100 veces más.

Precisamente por tener vidas tan largas, se piensa que es más fácil que haya planetas en torno a las estrellas de baja masa. Cuanto más viva la estrella, más tiempo tienen estos planetas para formarse.

Danza de estrellas

Pero los planetas no son fáciles de detectar. No emiten su propia luz, con lo que los telescopios no pueden ‘verlos’ directamente. En vez, para detectar un planeta se buscan estrellas que bailan: lo hacen por efecto del planeta que las orbita.

Cuando un planeta orbita alrededor de una estrella, lo hace porque la estrella ejerce una fuerza de gravedad sobre él. La estrella es más masiva que el planeta, y su atracción provoca que el planeta se mueva a su alrededor.

Sin embargo, la fuerza de gravedad también actúa en la dirección contraria: el planeta también ejerce una atracción sobre la estrella. Al ser más masiva, la estrella se mueve mucho menos que el planeta, incluso aunque la fuerza es la misma en ambas direcciones. Pero algo sí se mueve, y este bamboleo se puede medir.

Cuanto más masivo sea el planeta y más cerca esté de la estrella, más intenso es el baile. Por eso los primeros planetas que se encontraron fuera del Sistema Solar eran planetas muy masivos y muy cercanos a su estrella. Si la estrella es de baja masa, su bamboleo se percibe incluso aunque el planeta que lo provoque no sea tan grande.

Además de hacerlas bailar, los planetas hacen sombra a las estrellas. Cuando pasan por delante de ellas, hacen que baje la luminosidad que percibimos desde la Tierra. Es un efecto parecido a un eclipse: al igual que la luna tapa al sol, un planeta puede tapar la estrella que orbita.

Esta es otra manera de observar la presencia de planetas. Se llama método de tránsito. Claro está que, cuanto más grande sea el planeta en comparación con la estrella, más se notará el descenso de luminosidad. Por estas dos razones, las estrellas de baja masa son buenas candidatas para buscar planetas a su alrededor.

Tras las pistas de la vida

Si encontrar planetas no es tarea fácil, hallar vida es todavía más difícil. Y, al igual que ocurre con la detección de planetas, no se buscan directamente los organismos vivos: se persiguen indicios indirectos de que pueda haber vida.

Para poder tener vida en un planeta, este debe estar a la distancia adecuada de la estrella. Si está demasiado lejos o demasiado cerca, será imposible que haya agua líquida, al menos en la superficie del planeta. Para la vida que conocemos, el agua líquida es un ingrediente imprescindible.

Pero no basta con tener agua líquida. Algunas estrellas de baja masa emiten demasiada radiación ultravioleta para que se forme vida en los planetas de alrededor. La radiación ultravioleta puede erosionar la atmósfera, impidiendo el desarrollo de la vida, y descomponer las moléculas presentes en el planeta.

Incluso puede provocar que el dióxido de carbono se descomponga en carbono y oxígeno. Después, el oxígeno se podría recombinar con oxígeno de la atmósfera formando ozono. El ozono es más fácil de detectar que el oxígeno y se considera que es un indicador de vida. Pero claro, si el ozono se forma debido a la radiación ultravioleta y no porque haya vida, las mediciones de este gas serán falsos positivos. Por eso se trabaja para conocer mejor cuánta radiación ultravioleta emiten estas estrellas.

¿Qué es la vida?

En cualquier caso, todas estas consideraciones están en continua revisión. Los requisitos que se establecen para la vida son hipótesis propuestas a partir de la vida que conocemos. Pero, de vez en cuando, aparecen sorpresas. Aquí en la Tierra se han encontrado bacterias en lugares que no se pensaba que fueran aptos para albergar vida. De igual manera, podría suceder que hubiera vida en planetas que no reúnan las condiciones que actualmente se dan por necesarias.

Por no hablar de que la vida en otros planetas podría ser totalmente diferente de la vida terrestre. No hay ningún indicio de otras formas de vida distintas de las que tenemos en la Tierra, pero tampoco hay pruebas de que sea imposible que existan. Aún peor: incluso en la Tierra, el debate sobre qué está vivo y qué no sigue abierto.

¿Hay motivos para la desesperación? Puede parecerlo, pero la comunidad astronómica no se desanima. La búsqueda continúa, y se siguen descubriendo planetas que orbitan estrellas de baja masa como TRAPPIST-1 y Proxima Centauri. Aún falta mucha investigación para saber si hay, o hubo, vida en estos planetas. Es posible que la vida extraterrestre sea muy diferente de la vida que conocemos, vida que no necesite agua líquida ni ozono. Pero, fuera de los indicios que conocemos, no sabríamos donde buscar.

Estamos en la tesitura del borracho que busca sus llaves bajo una farola. A la pregunta de que si está seguro de que se le cayeron ahí, responde “No, pero este es el único sitio donde sería capaz de verlas”.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Aunque hallar vida fuera de la Tierra sea complicado, la búsqueda de planetas fuera del Sistema Solar (llamados exoplanetas) ha dado muchos frutos. En la actualidad se conocen más de 4.000 exoplanetas. Tan solo el sistema de TRAPPIST-1 tiene siete planetas conocidos, y alrededor de Proxima Centauri se han encontrado dos.

REFERENCIAS (MLA):