Valencia

Sanjuan avanza que la EMT puede acabar disuelta en un ente metropolitano

El socialista dice que el alcalde no conoce el proyecto de reforma de la avenida de Ausiàs March

En primer plano, Joan Ribó y Sandra Gómez vigilados desde detrás por Borja Sanjuan. Al fondo, de verde, Giuseppe Grezzi
En primer plano, Joan Ribó y Sandra Gómez vigilados desde detrás por Borja Sanjuan. Al fondo, de verde, Giuseppe GrezziLa RazónAjuntament de Valencia

El concejal socialista, Borja Sanjuan, avanzó ayer que la Empresa Municipal de Valencia (EMT) que, en opinión de la oposición está en quiebra técnica, puede acabar integrada en una Entidad Metropolitana del Transporte, “en un futuro no muy cercano”. Sanjuan dijo que esta integración -que supondría cargarse una de las concejalías más polémicas del equipo de gobierno de PSPV y Compromís-, podía ser “un debate bonito”.

Para Sanjuan, integrar la EMT en la Entidad Metropolitana supondría “coser con los pueblos de alrededor que tienen derecho a ir y venir a Valencia y son tan valencianos como los que integramos los 800.000 habitantes”.

El concejal afirmó decidido que hay que avanzar en integrar las infraestructuras de transporte dentro de la entidad metropolitana, entre ellas la EMT, al hilo de la conversación en una entrevista en la Cadena SER.

El socialista dijo que Valencia tenía que ser como Ámsterdam, en alusión a la movilidad respetuosa con el medio que impera en dicha ciudad de los Países Bajos, y respecto a las diferencias en el transporte público entre dicha capital y Valencia, dijo que “Ámsterdam no empezó a ser Ámsterdam hasta que quiso ser Ámsterdam” y la comparó con “la Valencia que queremos”.

Y todo ello a colación del último roce, o choque de trenes, entre el PSPV y Compromís a cuenta del proyecto de reforma de la avenida Ausiàs March, más conocida como la pista de Silla.

El proyecto prevé transformar la avenida como si fuera una gran vía, trocando la relación de 80 por ciento de la superficie para trafico rodado y 20 por ciento para peatones, que hay ahora, por un sesenta por ciento para los ciudadanos y un 40 para los coches. Ello supondría la eliminación de los viales de servicio y la reducción de los carriles a tres por sentido.

El alcalde Ribó señaló ayer que es prematuro presentar ese diseño pues la Conselleria está preparando un plan de movilidad metropolitano que marcará ese tipo de infraestructuras y que por lo tanto, habrá que esperar a que se diseñe ese plan para estudiar la remodelación de la avenida.

Sin embargo, Borja Sanjuan dijo que el alcalde tenía un problema «de desconocimiento», y que la reforma de Ausiàs Marcha estaba plenamente en consonancia con los requisitos que tendrá ese plan de movilidad metropolitana, y recordó que en la Conselleria de Obras Pública gobierna su partido, el PSPV, y la relación es fluida.

Sanjuan fue más allá en la crítica al alcalde y dijo que «no se puede ser valiente solo en el centro de la ciudad, y abandonar los barrios».

El concejal dijo que la Valencia que diseñan los socialistas no tiene autovías que la atraviesen y añadió que había que romper la preeminencia del coche particular, además de asegurar que vías como Pío XII o el bulevard sur tiene más tráfico que Ausiàs March.

Guerra de egos

Por su parte, el concejal del PP, Carlos Mundina, calificó ayer de un verdadero despropósito la gestión de Ribó y PSOE el urbanismo y movilidad en la ciudad de Valencia. La desautorización del alcalde Ribó sus socios del PSOE por el proyecto para suprimir los carriles de la avenida Ausiàs March confirma que “la guerra de egos entre Compromís y PSOE que está ocasionando ya graves perjuicios a los ciudadanos que son los que sufren los errores en su planificación de la ciudad. Se actúa por impulsos, con improvisación, sin alternativas y con unas consecuencias negativas para Valencia”.

Mundina calificó de improvisado el proyecto de supresión de la mitad de los carriles de tráfico de la avenida Ausiàs March, que es el principal acceso sur de Valencia y que soporta un tráfico la pista de Silla, V-31, a la que desemboca la avenida de más de 126.000 vehículos cada día. El doble de lo que soporta la A-3 y casi tres veces más que la V-21.