Amamantando la vida
Las técnicas más adecuadas para administrar al lactante suplementos de leche
El empleo de biberones, aunque muy extendido en nuestra cultura, no es el método más recomendable para la suplementación
Como continuación al artículo de la semana pasadaes necesario valorar la técnica empleada para administrar al lactante suplementos de leche, tanto si se trata de leche materna extraída como leche de fórmula. La forma con la cual ofrecer el suplemente debe ser individualizada para cada caso en particular, puesto que, cada circunstancia tiene sus particularidades, cada bebé es diferente, y cada método tiene ventajas e inconvenientes. Por lo tanto, se debe de emplear el que resulte más cómodo para la madre y que no interfiera en la succión del bebé al pecho.
Entre las diferentes técnicas para administrar suplementos de leche a un bebé amamantado, nos encontramos con la técnica de la jeringa, sonda, relactador (dispositivo de lactancia suplementaria colocado en la mama), cucharilla, recipiente cuchara, vaso o taza, biberones, aunque este último debería de evitarse y es mejor utilizar otros métodos alternativos siempre que sea posible, también se importante tenerlo en cuenta, dado que realizado adecuadamente puede ser eficaz en algunos casos.
Primero mencionaré las diferentes formas de ofrecer suplementos al bebé, para luego valorar sus ventajas e inconvenientes, ya que no existe ningún método exento de riesgo. Antes de elegir el método de suplementación es fundamental tener en cuenta algunos factores, como la edad del bebé y su capacidad para succionar de forma eficaz o no, el volumen de leche a administrar, si su empleo esta previsto que vaya a ser a corto o a largo plazo, incluso valorar el estrés que el método produce en el lactante y/o propia madre, tal como las habilidades de esta y sus preferencias.
La alimentación con vaso o taza es muy adecuada y aunque parezca increíble los bebés, incluso, los más prematuros, son capaces de beber de un vaso, para ello tendremos que inclinar el vaso de forma que la leche quede cerca de sus labios, apoyando el vaso en el labio inferior del bebé y dejando que este lleve el ritmo que desee. Este resulta un método adecuado cuando es necesario administrar pequeñas y frecuentes cantidades de suplemento, como en el caso de bebés prematuros o de bajo peso e incluso para cuando las madres deben incorporarse al trabajo en aquellos lactantes que rechazan el biberón, también en bebés que pronto iniciaran la alimentación complementaria resulta un método adecuado y más apropiado que ofrecerles un biberón.
Para los bebés que se inician pronto con la alimentación complementaria existe, también, en el mercado un recipiente como alternativa al biberón que permite dar leche materna al bebé de manera rápida, sencilla y práctica, permitiendo la transición a los alimentos sólidos. Se trata de un cilindro, donde se introduce la leche, y al final de este una boquilla de silicona de borde contorneado a modo de cuchara rectangular.
El método de dedo-jeringa, consiste en administrar leche mediante una jeringuilla y a la vez que el bebé succiona ponemos nuestro dedo corazón o anular en la boca del bebé, el cual debe estar tocando la parte superior del paladar del lactante (el dedo debe llegar hasta el punto en el que empieza su paladar blando), asegurándose que el bebé mantiene la boca bien abierta y el labio inferior evertido, en esta posición introduciremos la jeringuilla por la comisura y a medida que el bebé succiona de nuestro dedo, se irán dejando caer pequeñas cantidades de leche.
Este método es muy útil cuando hay que suplementar pequeñas cantidades, especialmente durante los primeros días de vida del lactante. Pero tiene como inconveniente que requiere de habilidad y verificar que el bebé realiza un correcto sellado boca-dedo, y de que la posición de su lengua sea correcta, es decir coloca su lengua debajo del dedo, además, se trata de un método que no debería ser usado durante mucho tiempo, porque, aunque resulta muy eficaz para ayudar a entrenar a aquellos bebés que presentan el síndrome de confusión con el pezón o que tienen algún problema de succión, también puede tener un efecto contrario sino se hace adecuadamente y producir disfunciones en la succión.
El relactador, puede ser uno de los mejores métodos de suplementación, al mismo tiempo que aumentamos la producción de leche materna, ya que, a la vez que el bebé recibe el suplemento adicional que necesita, estimula la mama para que produzca más leche, y potencia el vínculo entre madre e hijo, que tan importante es a su vez para la producción láctea. No solo es el método más indicado cuando se requiere de estimular la producción láctea en la madre, si no que a la par, ahorra tiempo, al permitir amamantar y suplementar a la vez.
El relactador, es un recipiente donde se pone la leche, del cual sale una pequeña sonda, que se coloca al lado del pezón, de este modo cuando el bebé se engancha del pecho, extrae leche tanto del pecho como del relactador. Para algunas madres, aunque supone un método que les ahorra tiempo, no siempre les resulta fácil ni cómodo de usar. Aparte de que tiene el inconveniente de que requiere comprobar que el lactante se coge eficazmente del pecho y no solo toma de la sonda como si bebiese de una pajita. Por lo que, es un método muy recomendable pero siempre que se realice bajo la supervisión para valorar que la técnica es adecuada.
El empleo de biberones, aunque muy extendido en nuestra cultura no es el método más recomendable para la suplementación, especialmente, porque la técnica de succión al pecho difiere de la de un biberón y los bebés más pequeños que son amamantados y no controlan la técnica de succión podrían engancharse peor del pecho, siendo ello un problema para extraer eficazmente la leche del mismo, esta es una de las principales causas de dolor y grietas en la madre. A la vez, el empleo del biberón da una falsa impresión a los padres de seguridad alimentaria, «veo la cantidad que toma el bebé, mientras que del pecho no».
De todas formas, si se opta por el empleo del biberón como técnica para suplementar, es importante controlar el ritmo de la toma, utilizar una tetina blanda, con base amplia, redonda, larga y estrecha y ofrecérselo al bebé empleando las condiciones más parecidas a la toma del pecho. Para ello recomiendo el empleo del método Kassing, y buscar el apoyo adecuado de profesionales para que la madre no pierda la confianza en su capacidad de amamantar y no crear una dependencia de los suplementos y poder dejar de usarlos cuando el bebé ya no los requiera.
En definitiva, sea cual sea el método empleado para ofrecer el suplemento de leche al bebé, lo importante es optar por aquellos que en menor medida dificulten el establecimiento y continuidad de la lactancia materna directa, y si tienes cualquier duda o no saber qué método es mejor en tu caso, no dudes en buscar ayuda de personal cualificado en lactancia materna.
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