Los recuerdos familiares que sobrevivieron al fango de la riada

Una fiesta de cumpleaños infantil. Un viaje a Benidorm. Una Nochebuena rodeada de familiares. Una cena con amigos en la casa del pueblo. Una tarde en el parque con los primos. Recuerdos y vivencias guardadas, a veces, en un cajón o en un álbum que coge polvo en la estantería y en apenas unos minutos fueron arrastradas por el fango y el barro en esa fatídica tarde el 29 de octubre.

Porque la dana se llevó vidas humanas. La tragedia más en carne viva. Pero también afectó a lo cotidiano, a los recuerdos. Y es ahí donde nació el proyecto «Salvem Les Fotos», impulsado por la Universitat de València (UV) y en el que, a través de manos expertas, se invitaba a los afectados a que hicieran llegar sus fotografías para que fueran restauradas.

Una loable acción que, siete meses después de la riada, se ha convertido en más que una exposición, es un homenaje a aquellos voluntarios que ayudaron en la dana pero también un rayo de esperanza que hace algo menos amarga la reconstrucción.

Con todo ello, el Centro del Carmen de Valencia ha presentado esta misma semana la exposición «Andana. Lugares de memorias», la primera exhibición que saca a la luz esas fotografías rescatadas de la riada del pasado octubre en el proyecto de la UV, que tenía como misión salvar la memoria gráfica de las familias afectadas.

El proyecto en el que la UV junto al resto de universidades valencianas ha trabajado para recuperar las fotografías de las familias afectadas por la riada en los cinco laboratorios que se habilitaron en Torrent, Alfafar, Algemesí, Utiel, Burjassot y Alaquàs, ha desembocado en una exposición que toca el alma. Y lo hace no sólo por la capacidad de evocar recuerdos sino también por demostrar que, pese a la tragedia, aún queda esperanzas. En total se han reunido más de un millón y medio de fotografías de 800 familias, que siguen restaurándose dentro de la iniciativa.

En la muestra del Centro del Carmen se presentan algunos de esos recuerdos familiares que han logrado ser restaurados. Además, para la exposición se han establecido cuatro categorías: ritos, viajes, generaciones y fiestas populares. Una foto de familia donde se pueden ver a toda una generación, desde la abuela hasta la bisnieta; la primera comunión; una foto de vestido de fallero; la paella de los domingos, las fiestas del pueblo… de entre las miles de imágenes se han seleccionado para la exposición los álbumes de cuatro familias en las que cualquier valenciano se sentiría representado. «Más que una memoria individual estas imágenes constituyen la memoria colectiva del pueblo valenciano», explicaron las comisarias Beatriz Santamarina, Teresa Vicente, Alejandra Nieto, Chiara Carzan, Sofia Valota y Laura Itzel García.

Asimismo, el proyecto ofrece tres itinerarios. El primero de ellos rinde homenaje al voluntariado que acudió a la zona afectada tras la inundación. Su título, «Sois lo mejor» remite a la consigna trasladada antes de fotografiarles y motivó la sonrisa que muestran estos catorce retratos seleccionados. Las fotografías tienen su propio relato en los testimonios de personas damnificadas entrevistadas en el marco del proyecto «Etnografía de emergencia».

Más adelante, «Patrimonio embarrado» se sumerge en las fotografías que muestran las huellas del lodo, recogidos en los laboratorios habilitados en las localidades de Torrent, Alfafar, Algemesí, Utiel, Burjassot y Alaquàs por la iniciativa «Salvem Les Fotos».

En la última sección, «Relatos de la escuela», un grupo de comisarias y mediadoras culturales, del máster Permea, que impulsa el Consorcio de Museos en colaboración con la UV, lleva su mirada a las comunidades educativas y centra su trabajo en el IES Berenguer Dalmau de Catarroja, ahora desplazado temporalmente al IES de Massanassa.