En la mañana del pasado 2 de febrero, la junta directiva de la Academia de Cine, en consonancia con el Ayuntamiento de Málaga y el presentador y productor de la gala, Antonio Banderas, decidió que la 35. ª Edición de los Premios Goya no se celebraría bajo la carpa de la «nueva normalidad», sino que se optaría por un modelo mixto en el que «apenas habría presencialidad», según las palabras de Mariano Barroso, director del organismo. No fueron pocos los académicos que, de inmediato, corrieron a quejarse tanto a la junta como en sus propias redes sociales y altavoces mediáticos: «No tiene mucho sentido pedirle a la gente que vaya a los cines cuando estamos organizando una fiesta del cine español sin presencialidad», confesaba una productora independiente unos días después del anuncio.

166 directos y sumando

Apagado el primer fuego de la desinformación, con el anuncio de varias actuaciones musicales (Nathy Peluso, Aitana o Vanessa Martin), la presencia física de varios «entregadores» de nuestro tejido cinematográfico y, por supuesto, la conducción de Banderas y María Casado desde el Teatro Soho Caixabank, los Goya de la pandemia quedarán marcados por dos hechos clave. Primero, todos los ganadores que no sean Ángela Molina (Goya de Honor) no recibirán su premio en el momento del anuncio, sino que tendrán que esperar a que el «cabezón» les llegue por correo. Segundo y, quizá más importante de cara al espectáculo televisivo que constituyen, todos y cada uno de los candidatos al premio máximo de nuestro cine lo esperarán desde casa, conectados al «streaming» de la Academia mediante una herramienta muy parecida a Zoom.

Después del dantesco espectáculo que significaron los Globos de Oro, con una gala aburrida y falta de brío, la Academia se ha mantenido en su decisión y, por tanto, se «arriesgará» también a cualquier proclama, símbolo o reivindicación que los nominados quieran mostrar a cámara. Ese toque «cañí», que puede tener una traducción desde lo político hasta lo anecdótico, se da de bruces con el anuncio más reciente de presencia internacional en la gala: Robert de Niro, Al Pacino, Helen Mirren, Sylvester Stallone, Emma Thompson o Charlize Theron, se sumarán telemáticamente a la transmisión para «lanzar un mensaje de apoyo al cine español», según han confirmado desde la Academia.

Por supuesto, la medida al más puro estilo «Bienvenido Mr. Marshall», ha tenido sus detractores en el seno de la institución, pero nada que la presencia ya asegurada en Málaga de Pedro Almodóvar, Penélope Cruz, Alejandro Amenábar, Belén Cuesta o Antonio de la Torre no pueda remediar. La ceremonia, que podrá seguirse en la noche del 6 de marzo desde las 22:00h de la noche en TVE, tendrá su pistoletazo de salida desde las 19:50h, cuando lleguen los primeros invitados a una alfombra roja reducida a lo simbólico: tanto los pocos cámaras presentes, como los presentadores y entregadores, se someterán a PCR periódicas hasta la celebración de la gala y a un test de antígenos antes del inicio de la misma. Para bien o para mal, siempre recordaremos los Goya de la pandemia.