Goya, anfitrión de la nueva sala de arte del Banco de España
Hasta el 26 de febrero, el espacio expositivo acogerá “2.328 reales de vellón”, muestra que acoge la colección del Banco y que debe su nombre al dinero que se le pagó al pintor en su primer encargo
Bien sabido es que Francisco de Goya y Lucientes fue un pintor prolífico. Un artista que rozó todos los ámbitos de su realidad, desde la sobriedad de la aristocracia hasta la locura de los marginados, pasando por lo festivo y lo violento del ser humano. Además de pintar para la Corte o para su “Quinta del sordo”, Goya también colaboró con el Banco de España de Madrid, el cual le encargó una serie de pinturas que ahora forman parte de una exposición. Se trata de “2.328 reales de vellón. Goya y los orígenes de la Colección Banco de España”, muestra cuyo título hace referencia al dinero que se le pagó al pintor por el primer retrato que hizo del primer director del banco, José de Toro Zambrano y Ureta. Según Yolanda Romero, conservadora jefe del Banco de España, “poca cantidad para la época”.
Hasta el 26 de febrero de 2022, el Banco abre las puertas de una sala de exposiciones permanente, para mostrar la amplia y variada colección de arte que atesora. Con acceso gratis y previa reserva en la web oficial del espacio, la sala en la que se desarrolla la muestra ya se abrió en 1982, pero desde entonces no se había usado con este fin. Ahora, pretenden que su causa se haga permanente. Dice Romero: “Queremos enseñar todo nuestro patrimonio, no solo artístico sino también documental. Este espacio tiene vocación de permanencia, el público que venga puede saber que siempre va encontrar una exposición”.
La colección de arte del Banco de España está integrada por unas 4.000 piezas. De ellas, “2.328 reales de vellón incluye una treintena de obras de arte, una decena de Goya, así como magníficas piezas de Mariano Salvador Maella, Vicente López o Federico de Madrazo, miembros de la entidad. La sala de arte se encuentra en el corazón de la sede principal del banco, en pleno Paseo del Arte, a pocos metros del Museo Thyssen y el Prado, junto a la Plaza de Cibeles.
“Perfección anatómica absoluta”
La exposición, inaugurada ayer por el Rey Felipe VI, acoge, por tanto, parte de la obra que Goya realizó para el Banco, entonces Banco de San Carlos. En aquella época de su carrera, “aún no era un pintor tan relevante”, según relata Manuela Mena, una de las máximas autoridades del pintor del mundo y comisaria de la exhibición. Así, en la sala principal se han dispuesto los retratos de los primeros directores, gobernadores y miembros fundadores del Banco, una decena de ellos pintados por Goya, con una disposición similar a lo que hubiera sido una reunión de la junta de la entidad, presidida por Carlos III, protector y primer accionista de la entidad.
En los distintos retratos se puede ver la rápida evolución que experimenta Goya en el inicio de su carrera. “Al principio se nota que hay como una sequedad, pero luego se ve una evolución inmensa, hasta convertirse en el retratista más importante de ese periodo”, explica Mena. “Sabe el personaje que tiene delante, y no deja de él nada”, explica. El pintor demuestra ya entonces una “perfección anatómica absoluta”, con minuciosos detalles en manos y rostro, y su excepcional capacidad para reflejar la personalidad del retratado.
No obstante, en este nuevo espacio de exposiciones no solo habrá pintura, sino que el Banco también la utilizará para mostrar otros de sus tesoros: su inmenso archivo y su biblioteca, integrada por miles de documentos y libros. “2.328 reales de vellón” incluye, por ejemplo, uno de los primeros libros de contabilidad del banco, en el que aparece el detalle del encargo a Goya y que fue clave para atribuir al pintor estas obras a principios del siglo XIX, cuando se había perdido la pista de quién los había pintado.
Asimismo, se pueden ver algunos de los primeros billetes españoles de la historia, los primeros también, según ha explicado Romero, en los que usaron tintas de distintos colores para cada valor, toda una revolución para la época. Hay libros de reuniones, mapas y material documental de diverso tipo, así como muebles y objetos de artes decorativas, que guardan una estrecha relación con las obras expuestas y que conectan con la historia detrás de cada cuadro. “Queremos que el visitante entienda el origen de estas piezas -dice Romero- y de nuestra colección”.