“Mamá no enRedes”: Malena Alterio busca el amor a golpe de “likes”
Sin apartarse de sus experiencias teatrales y televisivas, la actriz estrena “Mamá no enRedes”, en la que interpreta a una madre cuyos hijos intentan evitar que ligue y rehaga su vida vía apps del móvil
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Cuando Malena Alterio (Buenos Aires 1974), protagonizó su última película, se acababa de estrenar el AVE entre Madrid y Barcelona, y la frase más utilizada entre los españoles era el infame «¿Por qué no te callas?». Casi tres lustros después, cosechando el éxito eso sí en la televisión y sobre todo en el teatro, la hispano-argentina regresa a la cima de la cartelera con «Mamá no enRedes», comedia dirigida por Daniela Fejerman en la que interpreta a Clara, madre de dos hijos que se lanza al amor a través de una aplicación de móvil, al más puro estilo de Tinder o Bumble. La situación, en las manos de la directora de «A mi madre le gustan las mujeres» (2002) y «La adopción» (2015) se convierte en un vehículo de lucimiento para la vis cómica de Alterio, con un elenco que completan Eva Ugarte, Antonio Pagudo o María Castro, en la odisea de su Clara por superar el boicot online de citas al que la someten sus hijos.
-¿Cómo está siendo tratada profesionalmente por la pandemia?
-En este trabajo, aun siendo privilegiado, nos hemos visto envueltos en una dinámica absolutamente loca. Pasamos de la quietud al frenesí en cuestión de semanas. Si tuviera que decir cómo estoy, diría que acelerada.
-La última vez que hablamos, usted acababa de llegar al rodaje...
-Me pillaste cocinando, como quién dice. Hemos hecho muchas mezclas y la película ha cambiado un poco desde entonces. Cuando uno está rodando se imagina cómo será la película y es gratificante ver que el resultado se parece el ideal que tenías. Eso hace muy bonito este trabajo. No sé qué le pasará a otros compañeros actores, pero los primeros visionados son quizá los más interesantes.
-¿Qué había en el personaje de “Mamá no enRedes” para subirte al proyecto?
-Hace ya mucho tiempo, Daniela (Fejerman) me venía tirando los tejos laborales. He participado con píldoras pequeñitas en algunos de sus proyectos, y siempre habíamos tenido buenas sinergias, nos teníamos ganas en cierto modo. Cuando surgió esta posibilidad, ambas la vimos como muy divertida y muy jugosa de hacer. Además, era volver a un papel protagonista, presentar a una mujer tan libre y que le pasaban tantas cosas con hombres revoloteando a su alrededor... Y ese elenco, que me parece espectacular, claro. Además la película está producida por Gerardo Herrero, que ya es casi de la familia al haber trabajado tantas veces con mi padre o mi hermano. Eran demasiados ingredientes como para decir que no.
-¿Cómo ha sido la vuelta a un papel protagonista? En televisión y en teatro estamos acostumbrados, pero no tanto en el cine...
-Me daba un poquito de vértigo, quizá más del habitual. Siempre he participado en películas más corales, o con personajes más pequeñitos. Creo que la última vez que hice un protagonista fue en “Una palabra tuya”, de Ángeles González-Sinde. Y aquello fue en 2008. Encarar esta historia me hacía dudar un poquito, estaba entre asustada y excitada. Me apetecía el riesgo, eso sí, desde la confianza que me daba el equipo.
-¿Por qué cuesta tanto ver una comedia sobre una mujer adulta en el cine español? Más aún si nos alejamos de lo traumático. Pero luego resulta que gusta en taquilla, por ejemplo, cuando lo exportamos de los franceses...
-No lo sé, realmente. La comedia es un género al que se mira siempre de manera injusta, como si fuera más fácil de hacer o más irrelevante. Siempre ha sido así, porque el drama es al final quien acapara los premios. Con el tiempo, eso sí, la percepción ha ido cambiando. Sobre todo en términos de público, porque la gente me lo dice en la calle cuando me ve. Me lo hacen saber cuando les gusta un trabajo que yo he hecho. Te lo agradecen siempre. Claro, a nivel de premios cuesta el doble ganar algo con un papel cómico, pero dudo que cambie.
-Hace poco, una compañera suya nos decía que hasta pasados los 45 años no le habían ofrecidos papeles realmente interesantes...
-Hay casos y casos, yo creo. Si te pones a hacer una lista de comedias protagonizadas por mujeres adultas, no te salen apenas. Son dinámicas que arrastramos desde hace años y que poco a poco iremos superando. Y esa era un poco también la reivindicación de Daniela (Fejerman), el decir “¿Por qué no?”. No creo que sea una película estrictamente feminista, pero sí una que defiende a una mujer empoderada que puede intentar rehacer su vida y citarse con los hombres que le de la gana. Eso es lo interesante, ver a una mujer en un rol que cada vez se corresponde más con la realidad, con romperse formas de estar hegemónicas. El cine debe ser un reflejo de la vida, y es importante que eso se vea de manera instantánea.
-Hablaba antes de sus trabajos anteriores, de cómo la gente los valora. A día de hoy, décadas después, la gente la sigue asociando con su papel en “Aquí no hay quien viva”. Y cada generación la descubre con gusto. ¿Es algo que pesa, que enorgullece, que molesta?
-Lo tengo muy, muy asumido. Estoy infinitamente agradecida por ese trabajo, por esa oportunidad. Y es totalmente cierto, generación tras generación la gente, los niños, la descubren y redescubren. Yo trato, eso sí, de seguir mi camino y transitar hacia otros papeles u otros referentes. He vuelto a hacer televisión, pero es verdad que lo icónico del papel siempre me acompañará, parece.
-En este contexto de novedades y cambios constantes del paradigma, ¿da un poco de miedo llevar una película a cines tal y como está el panorama?
-Un poco sí, decirte lo contrario sería mentirte. Es un terremoto constante... Después de la pandemia, creíamos que los tiempos iban a ser más tranquilos y más sosegados, pero al contrario. Siento que cada vez todos los ritmos de cine y televisión son más vertiginosos, más apabullantes. De repente, te ves estrenando tres películas en un plazo muy corto de tiempo, con todo el mundo corriendo. Y me veo como muy acelerada, porque tal y como presentas un proyecto parece desvanecerse delante de ti. Por un lado está genial que haya mucha producción, que se están haciendo muchas cosas, pero da un poco de ansiedad la cantidad de cosas que salen semana a semana. Es tantísima la oferta que llega a ser escalofriante. Por momentos, me siento atropellada.
-¿Ha repercutido el nuevo ritmo de la industria al calado de las películas, de las series?
-Totalmente, porque yo recuerdo cosas que vi de pequeña en el cine pero la serie que me gustó tanto hace un par de semanas. No me preguntes el título, porque no lo sé. Sí recuerdo ver “Atraco a las tres″, “El pisito” o “Amarcord”, por ejemplo. Y hay una cosa muy loca que se ha perdido casi, que era lo de ver una película varias veces en el cine. Ahora no hay tiempo, o no hay ganas. Somos mucho más impacientes como espectadores.